El pedalear tan rápido provocaba un rechinar en la bicicleta que ya había estado años sin uso, agradecía en esos momentos que está sirviera lo suficiente o al menos aguantara hasta llegar a la estación. Era tarde, las 2:10 de la tarde, pero el frío era intenso, su destino estaba a quince minutos en bicicleta y si continuaba con el ritmo que llevaba lo haría llegar en cinco. Su medio de transporte se quejó por la brutalidad en la que sobrepasaron un tope pero no se rindió, no ahora, ¡jamás volvería a rendirse sin intentarlo! Se estaba cansando, los pensamientos negativos comenzaban a llenar su cabeza.
¿Porque hago esto?
¿Y si aquel mensaje fue solo una equivocación?
Mensaje eliminado.
Maldita opción de poder eliminar mensajes antes de dos minutos, lo había leído, una nueva energía y reflejos le fueron otorgados. La bicicleta se quedó a un lado de una pared aledaña a los escalones para subir a la estación de trenes.
-¡Espero que me mandes muchas fotos Kagebobo!
-No entiendo para que veniste, idiota.
Apretó la cabeza de quien a pesar de haber estado tres años junto a el seguía siendo más bajo.
-¡Suéltame!
-Ka-Kageyama...
El chico de pecas y cabelloa verdosos se puso un poco nervioso por la violencia ejercida hacia su pareja.
-Lo siento Yamaguchi, pero tu novio es muy bueno provocandome.
El sonido de las pantallas, el llanto de su madre a la lejanía y su padre siendo el soporte de su esposa, su última vista a Miyagi.
-Tranquilos, volveré para celebrar con ustedes el Tanabata.
Tomó sus maletas, se despidió de sus amigos y puso un pie dentro del vagón.
-¡REY!
Todos voltearon para ver al rubio que agitado corría lo más que sus piernas le permitían, la bufanda que protegía su cuello y nariz voló lejos de su dueño.
-Kei.
Los azules ojos del pelinegro lo miraron a la distancia pero el pitido del anuncio de la partida del tren era más constante y no podía perder aquel viaje. Frunció las cejas dolido de ver como las puertas se cerraron antes de que el rubio pudiera alcanzarle.
-¡Tobio!
Se miraron a través del cristal, pequeñas lágrimas caían por las mejillas del pelinegro. El rubio por su parte estaba dolido, no había llegado a tiempo, el tren partiría llevándose consigo a su amor de preparatoria sin que pudiese declararse como era debido. Un pequeño papel se coló entre las puertas, gracias al frío Tobio pudo liberar un poco de su aliento para lograr que el vidrio se empañara dibujando así un corazón a su más puro estilo.
-Te amo Luna.
Y con eso el tren partió hacia su destino, Tokio. Su celular vibró para sacarlo observando un nuevo mensaje por parte de su ahora, lejano rey.
Sintió sus mejillas arder, ignoro las interrogativas por parte de su amigo de la infancia para simplemente mirar al pelinaranja con los ojos llorosos, el corazón fisurado más no roto, pero no evitaba que el ver aquel tren que se llevaba a la persona a la que hubiera deseado entregarle todo su amor. Ahora esperaría siete meses para ello.
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One Shots TsukiKage
RandomPorque la OTP merece amor, merece escritos, ¡y yo quiero más TsukiKage en Wattpad!