One Shots TsukiKage

¿Que estás dispuesto a entregar por amor?

Caminas por una acera como todos los días, sin imaginar que en cualquier momento tu vida puede cambiar de forma repentina y quedar marcada para siempre, ¿verdad? ¿Haz pensado en la posibilidad de que al ir caminando alguna maceta pudiese caer sobre tu cabeza y morir camino a la escuela? O, ¿arrollado por un auto? Solo se necesitan segundos para cambiar la vida por completo de una persona y quienes la amen.

-Tobio, deja de distraerte con cualquier cosa de voleibol que logran captar tus ojos.

-Esas cosas son importantes para mi.

Habían comenzado a salir desde su segundo año de preparatoria, ahora cursaban su último grado y comenzaban a pensar en el siguiente paso de su vida académica, la universidad. Para ese punto cualquier información de una buena escuela con un excelente ambiente deportivo llamaba poderosamente la atención del armador.

-Lo sé pero si te sigues distrayendo no verás que tienes detrás de ti.

La respuesta del contrario no llegaba, ¿otra vez se distrajo? Al voltear sus ojos captaron la terrorífica escena de Kageyama siendo arrastrado a un callejón y Tsukishima no dudo ni un segundo en saltar al rescate de su amado pero apenas pudo esquivar el golpe que iba con una clase de tubería hacia su persona.

-¿¡Qué creen que hacen!? ¡Tobio!

No fue fácil quitarse al segundo tipo de encima, dio una buena pelea pero Kei había usado su enorme diferencia de altura para aplastar física y mentalmente a su contrincante aunque si se había llevado un par de golpes en sus costados, había gritado por ayuda pero justo en ese momento ni la policía se atrevía a aparecer y los transeúntes preferían preservar su propia integridad antes que inmiscuirse en algún problema que los pusiera en riesgo por lo que en esa lucha Tsukishima se encontraba solo y de tener la opción Kei también hubiese preferido permanecer al margen pero no, ¡era Tobio! ¡Era su novio el que estaba quizás inconsciente en algún lugar de ese horrible callejón al cual había sido arrastrado! Agitó su móvil y apretó tres veces seguidas el botón de encendido enviando el mensaje de alerta a sus contactos seleccionados continuando con su carrera contra reloj para ayudar a que la integridad de Kageyama se mantuviese en una sola pieza.

-¡No quiero! ¡Duele mierda!

-¡Cállate!

Un golpe, una bofetada, los nervios de Tsukishima se alteraron y su pulso se aceleró de igual manera siguiendo los leves quejidos, ¿leves quejidos? Su mente comenzaba a tornarse borrosa, esquivó cajas, botellas esparcidas en el suelo, basura de empaques y demás hasta que en un círculo estaba el atacante de Tobio embistiendo su cuerpo atado contra un tubo sobresaliente, sus manos estaban deshechas, amoratadas y con cortes de consideración quizás al intentar desatarse de aquel amarre.

Su mente se quedó en blanco, muy probablemente debido al shock de la imagen y tomó una botella estrellando esta contra el suelo haciendo al violador tensarse pero no fue rápido, la cristalería ingresó a su cuerpo tan rápido que no fue capaz de esquivarlo aparte de su posición al igual que sus extremidades entumidas por el placer sexual que experimentaba hasta hace segundos antes de caer como peso muerto sobre su víctima pero el gusto le duró poco al cadáver porque Kei lo pateó con una fuerza que no sabía que poseía hacia un lado notando la mancha rojiza que atravesaba la camisa del asqueroso que se había atrevido a posar sus manos en Kageyama. En su ligero letargo fue capaz de escuchar un hilo de voz dentro de cabeza que lo trajo a la realidad mientras iba en una ambulancia y su mano era sostenida por Kageyama fuertemente quien sonrió llorando de alegría al verlo despertar.

-Kei...

¿Que estás dispuesto a entregar por amor?

De repente esa pregunta llegó a su cabeza, como si se tratase de una voz extra en su cabeza que tenía una sonrisa de blancos dientes en su cabeza pero no tenía ojos, ni nariz, solo esa sonrisa en su ennegrecido rostro pues es todo lo que podía ver de aquel extraño de forma humanoide en su cabeza.

-¿Entregar por amor? -Su mano presionó al de Tobio y este se había quedado dormido con tranquilidad después de verlo despertar.- Mi humanidad.

La sonrisa en su cabeza pasó a ser una carcajada que se rompía lentamente, lo dejaba con los tímpanos temblando por aquella expresión de demencia pero no bromeaba en cuanto a eso.

Eso prueba que no eres más que un títere de su amor.

¿Y qué importaba? Kei era feliz manteniendo a su rey protegido con sus propias manos de ser necesario, no importaba de quien se tratara puesto que iba a proteger a Tobio de quién sea, de lo que fuera aún si sus manos se encontraban desnudas.

Con eso en mente dejó al fin que la anestesia hiciera efecto cerrando los párpados.