One Shots TsukiKage

Magical Girl.

—¡Esto es malditamente vergonzoso!

Abrió los ojos, su voz era aguda, corrió por su habitación hasta el espejo de cuerpo completo; su pijama le quedaba grande, sus pantalones se cayeron dejando solo la camiseta cubriéndole más abajo de los muslos gritando de manera espeluznante ante aquello. Después de un fuerte brillo que sus ojos lograron captar como azul cielo, se vio vestida con un seifuku, obviamente un poco sexualizado a propósito, con un pomposo moño sosteniendo su larga cabellera negra y una vara con una estrella al final, arma que parecía ser desplegable.

—¡Quiero volver a ser hombre!

Le tocó el pecho notando aquellas protuberancias que resaltaban sobre el uniforme, las apretó y sin alguna duda más, eran senos, sus senos. La pequeña criatura que para su peor desgracia tenía el rostro de su anterior superior, Oikawa Tooru le veía negando.

—Has sido elegido para salvar a las personas de sus desgracias, Kageyama Tobio o más bien, ¡Tomoe-chan!

Quería aplastar a aquella cosa con sus manos, escuchar sus huesos triturarse si es que tenía.

—¡Me niego!

—Bien, bien, me has descubierto.

Habló con ironía aquel ser.

—Esto es más bien un pequeño castigo, has sido alguien muy egoísta Kageyama-chan~ debes reponer eso con ciento cincuenta acciones completamente desinteresadas en esta bella forma que podrás tomar gracias a ese collar que ahora posees, por cada vez que pienses en que tu buena acción te ayudara a volver a dejar de ser un hermafrodita volverás a cero en el contador que aparecerá en la pantalla de tu celular, ¡tranquilo! En caso de que falles en alguna no se descontaran del contador.

Aquel pequeño ser, fácilmente aplastable se estaba burlando de el, de una forma tan notoria incluso para alguien con una inteligencia limitada como la de Kageyama Tobio, o, Tomoe. Aquel "bicho" le indicó que podía volver a ser hombre simplemente pensándolo mientras tocaba el dije que poseía aquel collar de plata brillante aunque de todas formas el estaría con el todo el día en forma de llavero dentro de su mochila. Deshizo aquella fastidiosa transformación, odiaba eso, ¡¿a quien mierdas se le ha ocurrido que esta es una manera sana de castigar sus malas o egoístas acciones?! Y maldiciendo al mundo entero, Kageyama Tobio/Tomoe partió a la escuela. Sentía como si todo el mundo le mirase, no debía hacer nada extraño y podría seguir con su vida normal sin tener que transformarse.

—¡Ah! Y si piensas que podrás seguir tu vida como normalmente lo haces, ¡claro que no! ¿No te dije que tienes un año antes de que se expire tu castigo y seas una adorable señorita para siempre? Creo que no.

Un fuerte golpe fue propinado a su mochila.

—Ahógate, ahógate, ahógate, ahógate.

Lanzó su mochila contra un árbol y tomó la correa de esta para darle vueltas lanzándola arriba de un árbol respirando como si de una bestia rabiosa se tratase incluso dejando escapar nubes de humo de sus labios.

—Que buen lanzamiento.

—¡Ahhhh!

Ahora si tenía la mirada de los demás encima. Camino a su práctica escucho pequeños quejidos cerca de unos arbustos y llevado por su curiosidad fue hasta el lugar encontrando una cría de cuervo con, ¿cabello rubio y lentes? Este día no podía poner más raro, lo levantó con cuidado entre sus manos, buscó un nido en los árboles cercanos pero no había ninguno.

—Oh, ese pequeño cuervo viene de... la cima de la montaña, ahí está su nido junto a sus hermanos.

—Tú lo has traído, ¿verdad?

Una vena apareció en su mejilla.

—¿Para qué querría hacer eso? Oh, te quedan cinco minutos antes de llegar tarde a tu práctica de volei Tomoe-chan.

Maldijo entre dientes y saltó a los arbustos invocando su transformación, una vez hecha ajustó la cinta que colgaba al frente de su uniforme dejando al polluelo entre sus bien dotados pechos tomando impulso antes de levantar una gran nube de polvo al emprender la carrera.

—¡Ser una chica mágica te brinda poderes por supuesto! Go, go, let's go, let's go Tomoe-chan!

—Cállate.

Hundió la tierra bajo sus pies al dar un salto de casi nueve metros de altura para llegar a la cima de aquella montaña y los demás sonidos de los polluelos le hicieron sonreír saltando de rama en rama hasta el nido colocando a la cría con cuidado.

—Very good! So good! So sexy Tomoe-chan!

Su rostro se volvió rojo al ver que aquella cosa tomaba fotos desde un ángulo donde todo el interior de su falda podría verse.

—¡Maldito!

Con una patada lo hundió en la tierra.

—¡Ah! ¡Tomoe-chan maltratame más!

—Que asco.

Lo pateó una vez más volviendo a maldecir, llegaría jodidamente tarde y provocando un pequeño temblor saltó cayendo en la carretera corriendo hacia Karasuno con una impresionante velocidad.

—Eso dolió.

—No debiste provocarlo de más.

Apareció en su traje negro con el moño blanco en su cuello, el antifaz del mismo color que su moño ondeando su capa roja con una sonrisa socarrona.

—Pero, admito que es divertido ver a Tobio-chan haciendo, "cosas buenas". Oh, ya debió obtener la primera por cierto.

El rubio asintió divertido.

—Quizás me enamore de Tomoe-chan de seguir así.

—Bleh~.

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¿Podrá Tobio volver a la normalidad y retomar su forma varonil cumpliendo con las buenas acciones a las que ha sido condenado por el bicho ese?

¡Descubranlo cuando a la autora le regrese la inspiración y si es que hace una segunda parte de esto! ¡No se lo pierdan!

LOVE POWER!!

Referencias... ustedes saben.

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