Lo que tú quieres contra la imposición.

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—¡Oh Kei!

La risa de su madre era estridente, de sus ojos lentamente se escurrían unas pequeñas lagrimillas del ataque de risa que sufría en esos momentos debido a la gran "estupidez" que su hijo había soltado y justo momentos antes de presentarse a una reunión de negocios por parte de su padre.

—Mamá, lo que te...

Se vio interrumpido por las brutas caricias de su madre, limpiando sus mejillas con rudeza, posando ambas manos con una sonrisa tétrica en su rostro maquillado.

—Vas a ser un gran abogado, como tu tatarabuelo, bisabuelo, abuelo y tú padre mi pequeño Kei, llevaras muy lejos el despacho Tsukishima y serás un orgullo para esta familia, ¿entendido?

El dolor en sus hombros le enseñó que ese era su destino.

● 12 años más tarde ●

Espero conocerla muy pronto hijo.

La voz de su madre sonaba a través del auricular.

—Oh sí, es una mujer muy bonita e hipócrita, pero será un buen espejismo para tapar mis errores burdos y...

El café casi hirviendo le hizo soltar su teléfono.

—¡Oye! ¡¿Acaso no sabes soltar tu maldito aparato por una vez en tu vida?!

De un solo golpe alguien de algunos centímetros menos se encontraba limpiandole de forma apurada, pudo notar entonces descansando en su estuche mientras se había quedado en el suelo esperando a que su dueño le recogiera, este era un muchacho que protegía su cabeza con un gorro de lana negra y le miró, molesto, entregándole el pañuelo con restos de café mientras acomodaba algunos papeles entre sus brazos.

—Por favor, fíjate a la próxima que vayas caminando idiota.

—¡Kageyama! ¡Vamos a llegar tarde y no quiero problemas con el profesor Matsukawa que me da miedo!

El chico con cabeza de nabo apurado, trotando esperaba al más bajo hasta que este llegó rápidamente a su lado comenzando una carrera mientras el otro le reclamaba por su tardanza y este respondía que al menos algo debía hacer por la gente idiota.

—¡Kei! ¡Kei! ¡¿Kei estás bien?!

Reaccionó cuando la voz de su progenitora sonó desde el aparato que provocó aquella situación donde se vio flechado al instante por un estudiante de universidad, recogió el aparato y con una sonrisa dejando escapar una nube de vapor le respondió a su madre.

—Mejor que bien, a pesar de que debere pagar una tintorería por causa de un café que me ha caído encima...

Kageyama salía de la universidad y hacía un frío terrible, sus guantes los había dejado en alguno de los trenes que había tomado, en pocas palabras los había perdido, su madre sin duda iba a matarlo.

—Estas notas realmente no las entiendo... pffff.

Contra su rostro chocó una mano y algo crujió, cuando estaba por reclamar el hombre rubio con cara de "te voy a decir todas tus verdades" del otro día apareció.

—Esta creo que si la entiendes, es lo que pagué "por el accidente" del otro día, ¿sabes?

—Yo no tengo la culpa de que te encontraras con un estudiante atrasado y ocupado perdiéndote en ese aparato del demonio, si crees que voy a pagar esa absurda cantidad de dinero estás equivocado y aparte de que si tienes lo suficiente para pagar algo como eso realmente no necesitas mi efectivo pero tienes una razón para haber venido hasta aquí, ¿no es así?

One Shots TsukiKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora