One Shots TsukiKage

Kimetsu no Yaiba | Demon Slayer

⚠️ NOTA ⚠️                                   ⚠️ NOTA ⚠️

Si no estás al día con el manga de Kimetsu no Yaiba / Demon Slayer no te recomiendo leer está adaptación.

Si aún así decides hacerlo, bienvenido o bienvenida seas, disfrútalo.

⚠️⚠️⚠️⚠️ Fin de la Nota ⚠️⚠️⚠️⚠️

Los espadachines que se encargan de acabar con ellos no parecen muy activos cosa que les permite llevar a cabo un sinfín de asesinatos con tal de saciar su hambre o anhelo de poder. Siendo la nueva Luna Superior Uno carga en el un gran poder que conlleva su perseverancia en ese mundo, entrenarse para hacer frente a los Pilares que posean las distintas ramificaciones del Aliento Solar.

No posee recuerdos de su vida como humano, su superior a quien sirve con devoción no vio necesario que conservara aquellos recuerdos pero algo dentro de su cabeza le insta a no dejarlos irse por completo con pequeñas escenas donde unos ojos azules se hacen presentes, le miran fríos pero con una cálida llama en el interior y en otras ocasiones son unos labios que no puede leer, que no hacen ningún ruido. El sudor en su frente al abrir los ojos le demuestra como esas imágenes son capaces de alterarlo aún sin ser consciente.

-¿Que es esto? Necesito saber a quien estoy recordando, quien es... ¿porque es tan importante?

Sus manos se aferran a sus largos cabellos dorados y emprende un viaje que solo puede llevarse a cabo de noche por su debilidad al sol. Se detiene en un pueblo que llama poderosamente su atención, ocultando sus rasgos diferentes a los humanos se adentra en el cálido y pequeño lugar viendo a las familias unirse en un abrazo para mantener el calor; observa esos lazos sin emoción alguna pero un dolor en la parte de su nuca se hace presente. Algo mueve su cuerpo, su mirada oro baja a la nieve donde una pequeña se queja por la madera que ha caído al suelo.

-Disculpa, ¿sabes donde estoy?

-Al menos deberías disculparte primero, ¡auch! ¡Papá!

-Disculpe lo grosera que es mi hija señor, esta en Miyagi, en el distrito de Sendai.

Ahora su mirada es dirigida hacia el hombre que le habla haciendo sus pupilas temblar por la imagen de esos bellos ojos azules que le atrapan, envuelven su ser como una seda y le estrangula con compasión. Es ligeramente más bajo que el, su mano se posa en la mejilla de aquel hombre que ronda quizás los treinta y cinco años mientras los ojos idénticos a los del mayor le observan curiosos pero atentos a los movimientos del más alto para con su padre.

-¿Nos conocemos?

-No lo sé... pero tus ojos siempre aparecen en mi mente cuando no lo deseo.

La pequeña no aguanta aquello pues ese extraño está tocando y mirando a su padre de la misma manera que su madre lo hace, no le agrada en lo absoluto.

-¡Papá tenemos que irnos!

La pequeña toma la manga de su vestimenta para llamar la atención de su progenitor que aleja la mejilla del tacto ajeno pero familiar, como si su cuerpo lo reconociera pero no su cabeza pues no hay recuerdos en esta.

-Es cierto, la leña, ¿usted tiene donde pasar la noche?

La pequeña pelirroja no puede creer que vaya a ofrecer su casa a ese extraño, ¿¡porque era tan amable con el!? Su padre también estaba actuando extraño. Llegaron a casa y su madre de cabellos naranja rojizo salió a recibirlos, sorprendida de la visita inesperada pero educada que se presenta como Tsukishima Kei. Avisa que saldrá antes del amanecer pero agradece la hospitalidad de aquella familia por acogerlo, ellos se presentan como los Kageyama, la mujer carga en su espalda un pequeño de cabello tan negro como el del patriarca que enciende el carbón para calentar su hogar y al parecer es un vendedor de cerámica que tiene su tienda no muy lejos de su hogar; hacen mención de la desaparición de las personas y la mujer insiste que espere el alba para irse pero el niega, mencionando que por problemas de salud no puede exponerse al sol así que debe salir mientras este se encuentra oculto.