Youkai.

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-O-Oye que, ¿que te pasa Tsukishima?

Nuevamente intentó apartar al contrario de su cuerpo, ya llevaba varios minutos intentando acercarse a su cuello poniendole bastante nervioso por esto y el por su parte alejándose lo máximo posible de su "atacante".

-Hueles bien y me siento atraído hacia ti por esa razón Rey.

Las manos del rubio se enredaron en su cintura arrancando un jadeo de sorpresa en el joven de ojos azules que soltó el balón de volleyball para posar sus manos en los antebrazos del contrario.

-¡No sé que mierdas te pase pero más vale que me sueltes ahora!

Para su desgracia todos se habían ido, incluso Hinata se había largado con Yamaguchi y sus superiores no les habían esperado, ¿que acaso nadie se extraño de que Tsukishima quisiera quedarse con el a solas?

-¿Esa fue una orden mi señor?

Su lengua se paseó ansiosa por el cuello del más bajo y logró estremecer a este provocando que sus dedos crearan una presión agradable en sus antebrazos que a su vez tuvo una reacción en el cuerpo contrario liberando aquella parte que estaba dominandole poco a poco. Cinco largas y esponjosas colas aparecieron tras el más alto, un par de puntiagudas orejas se alzaron majestuosas sobre la cabeza del rubio que sonrió quitándose los anteojos mostrando unas afiladas pupilas y una sonrisa con caninos prominentes.

-Rey, no entiendo porque la naturaleza me ha hecho esto.

Los ojos de Kageyama Tobio no cabían de asombro y sus manos se alejaron instintivamente del rubio forcejeando para soltarse simplemente provocando que su cintura fuese apresada con más fuerza que antes.

-¡Aléjate! ¡¿Q-que diablos eres?! ¡Monstruo!

Los ojos miel del más alto mostraron dolor ante aquellas palabras, le dolió que Kageyama le hubiese llamado de aquella forma pero, ¿porque? Gruñó molesto y estampo el cuerpo del pelinegro contra la pared obligando a que un jadeo de dolor saliera de los labios contrarios, estaba molesto por aquellas palabras y se encargaría de hacérselo saber al más joven del equipo.

-No soy el único Youkai aquí, pero eso lo podremos hablar más tarde mi reina.

-¡¿Pe-pero que diablos?! ¡Agh!

Y los colmillos del kitsune se hundieron en el blanco cuello del azabache quien apretó los párpados y aguanto los deseos de gritar ante el agudo dolor que la mordida había provocado. Su cuerpo comenzó a calentarse lentamente, su respiración se agitó y sus piernas temblaron buscando con la mirada al contrario que sonreía complacido.

-Sabía que serías una hembra, no esperaba que una de pelaje negro pero igual eres hermosa.

Dos altivas orejas de pelaje negro como su cabello hicieron acto de presencia en la cabeza de Tobio, una esponjosa cola de brillante pelaje como el azabache también se dejó ver meneandose de un lado a otro con ansiedad y las pupilas, aunque poco perceptibles, se encontraban afiladas como sus pequeños colmillos.

-Tsukishima, me siento caliente.

-Tranquilo, eso es porque te obligue a sacar tu lado espiritual y un zorro mayor se encuentra en celo, tu cuerpo reacciona de esa manera para que pueda dejar mi descendencia en ti Kageyama.

La mano del rubio se deslizo sobre la camisa ajena acariciando el vientre del menor obteniendo una sumisa respuesta por parte de este cuando agacho las orejas y su cola se colocó entre sus piernas. Las prendas en el cuerpo del ojiazul desaparecieron y el rubio acariciaba el cuerpo ajeno con sus colas deleitándose con los gemidos que provocaba en el pelinegro. Las manos del más bajo comenzaron a pasearse ansiosas por su espalda intentando deshacerse también de sus prendas y obviamente el rubio no se hizo del rogar permitiendole que sus ropas fuesen retiradas sin mucho esfuerzo cuando el más joven soltó un pequeño chillido al ver el cuerpo ajeno ansioso por tenerle sobre el.

-Tsukishima...

Jadeó ansioso moviendo su cola de un lado a otro dejando que aquel dulce aroma a fertilidad llegara al zorro de más colas que soltó un gruñido ante aquella proposición silenciosa y sin esperar más lo tomó por las caderas haciendo que quedara frente a la pared del gimnasio usando ambas manos para alzarle las caderas separando sus nalgas deleitándose con ver aquel anillo de un bonito rosa frunciendose ansioso y húmedo ante el, aunque deseaba entrar de una sola estocada decidió esperar y prepararle debidamente usando sus dedos para ensanchar su entrada, primero uno obteniendo como respuesta un chillido de dolor, moviendolo de manera lenta de adentro hacia afuera hasta que observó los hombros del menor relajarse y decidió adentrar un dedo más.

-¡Kei!

Apretó los párpados gimiendo y apretando los dedos en su interior provocó que el cinco colas mordiera su espalda insertando un dedo más moviendolos para relajarle con otro dolor que no fuese el de su entrada, aunque no fue muy buena idea debido a que hembra se quejó rasguñandole en el brazo izquierdo ante aquella brutalidad.

-Mi reina, pronto voy a satisfacerte.

Retiro los dedos para cambiarlos por su miembro que comenzó a abrirse paso con lentitud hasta quedar completamente dentro gimiendo de gozo al haberlo logrado antes de morir con aquel doloroso y punzante palpitar. Los movimientos fueron lentos, suaves para que el pelinegro se acostumbrara y sus uñas comenzaron a quedar marcadas en la pared excitando al kitsune mayor con sus gemidos, Kei no podía usar más el raciocinio golpeando con más fuerza el interior de Tobio haciéndole gemir mucho más alto y alzar las caderas para que su miembro golpeara su próstata haciendo que su entero ser temblara por tales embestidas cuando su pierna derecha se elevó observando con sorpresa al zorro de ojos miel que sostenía su cintura con ambas manos y una de sus cinco colas su pierna.

-Hueles tan bien, mngh, deja de provocarme tanto Tobio.

-Deja tu semilla en mi interior Kei, hagamos un bonito cachorro.

Gimió más alto ante la embestida furiosa que el rubio le había proporcionado después de sus palabras que lograron excitar al contrario y sin poder avisar termino por correrse en el interior de su pareja que también alcanzó el orgasmo compartiendo un beso suave haciendo que sus colmillos se rozaran erizando el pelaje de ambos.

-¡¿Entonces Kageyama es el destinado de Tsukishima?!

Al parecer las palabras de Tsukishima eran reales y no era el único de esa manera, aunque, extrañamente la gran mayoría eran Tengus, excepto el entrenador Ukai y Takeda-sensei que también pertenecían al clan de los kitsunes.

-Así es Hinata, tenemos un nuevo matrimonio en el equipo.

Los cuervos tomaron su forma animal grasnando en alegría y el pelinegro sonrojado por completo se aferro al brazo del más alto a lo que este sonrió complacido olfateando su cabello con amor esperando ansioso que dentro de unas semanas Tobio pudiese darle la hermosa noticia de que esperaban un hermoso cachorro juntos.

One Shots TsukiKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora