Vooolvemos con este escrito con amor mexicano-gay, jajaja.
—Y entonces fue la excelente colocación que hice, Tobio, muy bien podría enseñarte algo...
—Que te den por culo, cuando éramos niños ni siquiera volteabas a verme idiota.
El de cabellos negros volvió a sorber de su raspado de leche y un puchero se formó en sus labios.
—No tenía idea de que te pondrías tan bien cuando crecieras patito feo.
Le enseñó el dedo medio al mayor y se adelantó en aquel mercado, llevando las compras que su madre le había pedido después de la preparatoria para la comida, realmente estaba molesto con aquel tonto, ¿que se creía? Quizás se había vuelto gay por su culpa pero ahora era diferente, no caería en la bonita cara de Tooru.
—¡To-biooooo!
Fue tacleado por quien fuese su vecino desde hace unos años, su raspado cayó al suelo y aunque ya solo era hielo sin sabor para el era valioso, ¡le había costado el cambio de la compra!
—¡Pendejo! ¡¿Ya viste lo que hiciste?!
Le dio un puñetazo en la cabeza a modo de venganza por su caído y refrescante raspado, sobre todo su favorito. El pelirrojo como si nada comenzó a rodearlo, preguntando acerca de aquel chico de cabellos rubios, contándole que se había acercado a el para preguntarle cosas del pelinegro.
—¿Qué? ¡Ah! Ya sé quien es, el idiota de casi dos metros, ¿cómo se llama?
—Kei.
—Ah si, eso, ¿cómo sabías Shouyo?
—Yo no te respondí.
Ambos voltearon asustados para ver al chico de pecas y cabellos verdosos a su lado con un mandil, con sangre.
—¡Shouyo está más gordo!
—¡¿Que te pasa pendejo?!
Shouyo se ofendió más por ser llamado gordo que por ser ofrecido a un ensangrentado Tadashi.
—Ah no, estoy ayudando en el changarro de un amigo, estaba cortando unas chuletas no matando a nadie, ¿entonces mi gigante amigo si se acercó a ti? Ese güey regularmente se rinde, lo tienes cacheteando las banquetas Tobio.
Una mueca de desagrado se formó en el rostro del pelinegro, no era para nada su intenció haber llamado la atención de ese rubio de bonito cuerpo, ¿que? Si algo de ventaja tenía que solo algunos conocieran sus gustos es que podía darse un buen taco de ojo en los baños.
—Quizás sea guapo pero tiene una actitud de mierda.
Shouyo lo vio de reojo con una risa mal disimulada de por medio.
—Güey, ¿no te mordiste la lengua?
Lo siguiente fue una despedida por parte del extravagante pelirrojo y una persecusión hasta la casa de Tobio. En el siguiente día de clases, durante deportes un partido se llevó a cabo, primer grado en contra de tercero, el grupo de Oikawa y el de Kageyama respectivamente.
—¡Oye imbécil!
Aquella varonil voz que hizo suspirar a algunas jovencitas del último grado de la preparatoria, Iwaizumi Hajime zarandeaba al castaño de su mejor amigo de un lado a otro reclamando que estuviese morboseando al chico de primer grado.
—¡Entiende que es menor que tú!
—Pero la edad es solo un número Iwawa.
—Y la cárcel solo una habitación, anda ya pendejo, vete a tu pinche lugar.
Lo pateó con fuerza y el partido dio inicio, ambos equipos le ponían mucho esfuerzo, como si estuviesen en un campeonato; desgraciadamente la victoria fue para los de tercero.
—Tobio, ¿que tal si aceptas una cita como mi premio?
El de ojos azules le miró mal y estaba por responder cuando los rizos pelirrojos aparecieron frente a el.
—Oye metrosexual, al novio de Tobio no le agrada mucho como te le acercas, mantén tu pinche distancia si no quieres unos cuantos putazos güey.
—¿Novio?
Oikawa estaba cabreado y mucho más cuando el rubio pasó su brazo derecho por los hombros del ojiazul mientras este se encontraba atónito por aquello.
—¿Eh?
El castaño y el rubio se miraron, el más alto con una sonrisa triunfante y el castaño mosqueado a más no poder. Tobio se apartó mirando mal a aquel alto rubio de ojos miel.
—Vayan a chingar su madre los dos.
Con el dedo medio de ambas manos alzado los mando muy lejos y a comer mientras se alejaba siendo seguido de Shouyo que se mataba de risa ante la actitud de su mejor amigo.
—Güey, trapearon el piso con el autoestima de Tooru y eso que ganamos nosotros.
Takahiro soltó una mordaz y agria risa.
—¿¡Trapearon!? No mames yo sigo viendo puerco el piso.
—¡Cállense!
—¡Quiere llorar! ¡Quiere llorar! ¡Quiere llorar!
—¡Me cagan cabrones!
Lanzó el balón hacia estos y comenzó a perseguirlos haciendo suspirar a Hajime.
—¿No te da algo de lástima? ¿Es que acaso no tienes corazón?
Shouyo iba con su mochila colgando de un solo brazo mirando a su amigo tomar otro raspado de leche.
—¿Importa, mierda? No me gusta carajo, lo único bueno que tiene es la pinche altura.
—Oye Tobio, ¿sabías que los altos tienen la verga grande?
Aquello logró sonrojar al azabache.
—Ya estuvo que nunca te casaste Shouyo, te puedo prestar el culo de vez en cuando.
—¡Ora' verga! Ni quien quiera tu culo guango aparte de Kei.
Un golpe llegó a su brazo y las clásicas riñas entre ambos comenzaron, las persecuciones hasta llegar a un parque donde regularmente los demás llegan a besarse y tocarse fueron el límite para ambos. Se miraron antes al llegar a la banca entre bromas crudas y recuerdos, porque en el momento que Tobio confesó ser homosexual llamó la atención del pelirrojo, experimentaron pero en ese momento conocieron la verdad, aquello jamás funcionaría. Tobio y Shouyo eran esas pocas amistades que perduran después del amor fallido y que no deseara más el pelirrojo saltarín que ver a Tobio siendo feliz.
—No se ve tan mal pedo, inténtalo güey, ya el matrimonio entre putones es legal aquí, no quiero que seas el tíarroba de mis hijos.
Tobio comenzó a reír por aquello.
—Esta bieeeen, que sea para conocernos mejor y si no funciona me dejas enterrarme en tu culo.
—¡Ah! ¡Me acosa un puto!
Se ganó otro puñetazo. Lo intentó, se acercó al rubio durante un almuerzo y comenzó la típica plática, los juegos, las búsquedas por redes sociales terminando en una relación más mexicana que el verde, blanco y rojo. Con insultos a modo de cariño y mensajes con packs.
¿Durarían? Si, lo mismo que las groserías en México hacia los gringos, pa' siempre.
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One Shots TsukiKage
RandomPorque la OTP merece amor, merece escritos, ¡y yo quiero más TsukiKage en Wattpad!