Cambio de Cuerpo

Una bocota del tamaño de Rusia

Cepillé la larga y brillante cabellera color plata, la verdad se sentía muy bien tener el cabello largo. Salí a la habitación en toalla agarrando lo necesario para partir lo más pronto posible a la cafetería, me volví a encerrar en el baño para evitar cualquier tipo de calurosa escena. Ya listo para marchar, abandoné el baño para encontrarme a Viktor ultrajando en mis cosas como un niño pequeño.

— Uuuuh, ¿qué es esto? — canturreó abriendo mi cuaderno de apuntes en el cual tenía un dibujo de él. Me acerqué lo más rápido que pude a él, con bastantes ganas de asesinarlo por intruso.

— ¡Dame eso! — se lo arrebaté con la menor delicadeza posible de las manos. Me miró un poco confundido y triste, espero que se haya dado cuenta de que odio que se metan en mis cosas.

— Está precioso Yuuri, tienes mucho talento. — intentó reparar buscando mi rostro. ¿Talento? ¡Talento!

— ¡La audición! — Lo había olvidado completamente. Mañana a las 7:00pm tenía una importante audición de balé para el musical de verano, sería mi debut como estelar. Empecé a sollozar. —¿Qué haré ahora? ¡Mi vida es una desgracia!

— ¿Audición? ¿De qué hablas Yuuri? — dijo acercándose lentamente, queriéndome consolar con alguna caricia, pero antes de que su mano tocara mi piel absurdamente, manoteé su palma bruscamente.

— Nada por lo que pueda hacer algo en este estado, vámonos y salgamos de esta desagradable situación —lo halé del brazo, al principio sentí un poco de resistencia de su parte, junto con una mueca de dolor, pero no le di importancia, tengo que salir de este aprieto para poder encerrarme en mi habitación el resto de mi vida.

Nos dirigimos rápidamente a la facultad de medicina. Entramos al Tea House, ahí estaban Yuko y Mila hablando.

— ¡Yuko! — extendí la mano para que nos vieran y nos encaminamos a la mesa. — Hola Mila — saludé cordialmente. La pelirroja se veía que no iría con rodeos, con una malévola sonrisa en sus labios, ladeó su cabeza y analizó cada uno de mis movimientos hasta llegar a la mesa.

— Yuuri, Viktor — nos miró a cada uno respectivamente sin equivocarse de quien es quien — creo que sé el porqué de esto — sentí como Viktor levantaba sutilmente la mirada, vigilándome sigilosamente, con cara de preocupación, pero en este momento no me interesa si algo le preocupa, quiero volver a mi cuerpo ahora. La rusa hizo una dramática pausa — Alguien quiso que esto pasara con un propósito.

— ¿Qué? — Solté. Me parecía un disparate, pero vamos, estoy en el cuerpo de Viktor Nikiforov, ¿Había alguna locura más grande? — ¿Quién quisiera algo así? O más importante, ¿cómo lo consiguió?

— Todavía sigo investigando al respecto, pero no he encontrado mucho, tengo algo en mente, pero no estoy muy segura... Puede ser que este acontecimiento fuera uno de sus más grandes anhelos y el destino cumplió su deseo sin pedir nada a cambio. A veces los dioses complacen a los seres humanos de maneras inesperadas y poco convencionales — La palabra destino quedó retumbando en mi mente. Destino, destino... ¡Viktor!

— ¡Viktor!, ¿¡Tienes que ver en esto!? ¡Porque te juro que si es así...! — regañé al castaño que me miraba desconcertado, él era el más grande candidato para ser el culpable de esto.

— ¡Claro que no! —miró hacia un lado ofendido cruzándose de brazos — ¿Cómo crees? Tú no eres el único con una vida ¡Me has tratado horrible desde que despertamos! ¡Yo he tenido la mejor cara posible frente a este desastre y no sé si se te ha pasado por esa cabezota que tienes que no eres el único afectado! — No se me pasó eso por la cabeza en todo el día siendo sincero — ¡Acabas de coronar el pastel Yuuri! ¡Ahora no sólo me tratas mal y regañas, ahora me culpas de esto solo porque te dije que el destino nos quería juntos! ¡Qué gran error el mío! —sentía dolor y enfado en las palabas de Viktor, pero la sangre me hervía de todos modos, fue toda una mezcla de frustración e impotencia.

Chicos cálmense, que no cunda el pánico —dijo Yuko intentando que no armáramos una escena. Juro que si alguien vuelve a decirme que me calme le pegaré un puñetazo. —Mila y yo haremos lo posible para saber quién está detrás de todo esto. Ambos nos quedamos en silencio sin decir nada, como dos hermanos pequeños después de una pelea.

— ¿Alguna sabe de qué manera revertir esto? — soltó con fastidio el ruso, me sorprendió escuchar ese comentario siendo honesto, especialmente con ese tono, era la primera vez que lo veía así de serio y molesto, ¿Yo lo provoqué? ¿dije algo que lo molestó? Tal vez estaba solo preocupándome de mi mismo sin pensar en Viktor.

—Me imagino que si alguien quería esto fue con un objetivo, no creo que vuelvan hasta que eso se cumpla... pero... ¿qué? Todo es muy confuso, no sé muy bien si él o ella quería que se perjudicaran o...

— ¿ó? — me acerqué más a Mila para escuchar y entender que decía.

— Quería que pasara algo entre ustedes...

— ¿A qué te refieres con "algo"?

— Por dios Yuuri — soltó Viktor con amargura —Sabes perfectamente lo que es "algo", pero si continuamos así, nunca volveremos... — murmuró molesto la última frase.

— Ya tuvieron sexo así que no creo que sea eso — dijo Yuko tocando su barbilla, considerando las posibles causas de este embrollo.

— ¡Y-Yuko! ¡No digas eso en voz alta! ¡Y menos en un lugar con tanta gente! — me encogí de hombros mientras que la vergüenza se apoderaba de mí, ¿cómo era posible que no tuviera filtro? El ruso frunció el ceño apretando los dientes, hasta que su mano sonó violentamente contra la mesa, haciendo que todos diéramos respingo.

— ¿Te causo tanta vergüenza? ¿Es tan malo decir en voz alta que tuvimos sexo? ¿Por qué lo niegas? ¿¡Estuve tan mal?! — me quedé sin palabras, su voz sonaba tan quebrada, que podría jurar que escuchaba un cristal cayendo al suelo — ¡Respóndeme Yuuri! — sentí una daga en el corazón al escuchar la amargura y pena en la voz de Viktor, una desilusión tan grande como este problema. Él había explotado.

— Y-Yo... — La verdad era que, sí me daba vergüenza admitir que había tenido sexo con Viktor, pero no por el hecho de que fuera él, sino admitir que me dejé llevar por mis primitivos deseos sin pensar en las consecuencias. Antes de terminar, Viktor se levantó de la mesa sin apartar su mirada del suelo.

— Bien — sentenció antes de salir por la puerta dando pasos apresurados y rascando sus ojos, ¿lo hice llorar? Todos quedamos en total silencio. ¿Qué he hecho? ¿Qué debería hacer ahora? Viktor era una persona tan complicada y simple a la vez, que no sé qué pensar sobre él.

Desde que choqué con él he querido no alejarlo de mi lado, fantaseando con él y como sería nuestro amor perfecto, pero esto no se parece nada a mis sueños de azúcar, esto es más como una amarga píldora al seco.

— Yuuri. — dijo seria Yuko captando toda mi atención— No puedes ser tan egoísta. Sé perfectamente que no eres bueno pensando o mucho menos inquietándote por otros, pero no eres el único con problemas. Viktor tiene una vida, y no puedes preocuparte sólo por ti ahora. Él también necesita a alguien que lo apoye. Él te necesita y tiene razón, ha estado con la mejor cara, pero sigues tirándolo hacia abajo. Odio cuando te comportas así Yuuri - la mirada de desaprobación de Yuko me consumió, es cierto, Viktor realmente lo estaba intentando. Se levantó de la mesa indignada y Mila la siguió sin antes darme una pequeña palmada en la espalda.

—Davai...—murmuró. Parece que fueron a darle el apoyo a Viktor que yo no le estaba ofreciendo.

¿Qué me está pasando? ¿Cómo pude olvidar al otro pez en este vaso? Soy un egoísta... No sé cómo enmendar esto.

------------------------------

¡Alguien golpee a Yuuri!

¡Nos leemos!

Minari~