Cambio de Cuerpo

Epílogo

Narra Yuuri.

No recuerdo mucho del viaje de vuelta en el auto, sólo sé que un terrible sueño me inundó el alma.

La noche cayó sobre nosotros, llenando el cielo de brillantes estrellas y suaves brisas. Caminábamos hacia la facultad de diseño gráfico, sin decir nada, sólo disfrutando nuestra compañía mutua.

Unos agudos gritos entorpecieron mis oídos, provocando que un frío me bajara por la columna vertebral.

— ¡Ahí está! — giré sobre mis pies buscando la dueña de esa aguda y acusadora voz. Un montón de chicas miraban a mi dirección, apuntando coléricamente — ¡Tú! ¡Niño que persigue a Viktor! ¡Déjalo tranquilo de una vez! — me quedé inmóvil, las chicas se acercaron corriendo a nosotros, como si quisieran rescatar a alguien — ¡Vitya! — chilló aferrándose al brazo de mi novio. Una extraña incomodidad golpeteó en mi pecho, poniéndome alerta.

— ¡¿Quién te crees para alejar a Viktor de Alina?! ¿¡Cuánto les estás pagando?! — ¿pagando? ¿me están acusando de pagarle a Viktor para estar conmigo? El ruso intentaba sacarse a la pegajosa chica de encima sin lastimarla, pero sin ningún éxito.

— ¡Pobre Viktor! ¿Cómo eres capaz de forzarlo a estar contigo? Él no te pertenece, ¡nosotros lo vimos primero! — a pesar de todas las palabras que tenía ganas de gritar, ninguna salía de mis labios. Esta chica está tocando a mi novio, reclamándolo como suyo y acusándome de haberlo obligado a estar conmigo, la cólera comenzó a aflorar en mi corazón.

— ¡No soy propiedad de ustedes! — soltó el ruso agitado — y nadie me obliga a nada, yo estoy con Yuuri porque quiero — todas comenzaron a acercarse aún más a mí, gritando uno que otro insulto, junto con un montón de falsas acusaciones, ignorando al peliplata.

Mi estómago se comenzó a revolver, no sabía qué hacer, Viktor tampoco, y las chicas no se darían por vencidas hasta vernos separados. El peliplata intentaba zafarse de los fuertes agarres sin lastimar a nadie, tratando de sacarnos de ahí lo más pronto posible. Las voces de la turbia se oían lejanas, hasta una frase que me hizo quedar perplejo.

— ¡No puedes adueñarte de un bien público Katsuki! — ¿Le acaban de decir "bien público" a Viktor? ¿Qué creen que es? ¡Viktor es un ser humano cualquiera! Ahora sí sentía la cabeza caliente por tal estúpido comentario.

— ¡No hablen de Viktor como si fuera un "bien público! — alcé la voz finalmente. Una de las chicas sonrió, al parecer la líder de ellas.

— Al fin dices algo, pensé que te comieron la lengua. ¿Por qué Viktor Nikiforov estaría con alguien como tú?

— ¡Alina, piérdete! — el ruso se exaltó más de lo normal. ¿La ex de Viktor?

— Hola Vitya, tanto tiempo sin vernos.