Cambio de Cuerpo

Yuuri Dedos Calientes

*En los sueños de Yuuri*

Abrí los ojos en un oscuro lugar totalmente desolado, bueno, eso pensaba hasta que percibí una profunda voz masculina a la lejanía, sus palabras eran totalmente incomprensibles para mis oídos. ¿Acaso era...? El frío cubrió todo mi cuerpo, un extraño vacío recorrió por un segundo mi pecho dejándome una extraña sensación.

— Todo es tu culpa. — se escuchó alguien que parecía que kilómetros de mí, su gruesa y autoritaria voz estaba llena de odio y rencor, pero, ¿Por qué?

— ¿Qué? — empecé buscar impacientemente con la mirada el dueño de esa inconfundible voz. Miré a todas partes, pero no veía absolutamente nada, parpadeé un par de veces para asegurarme que no tenía los ojos vendados. ¿Dónde está? La incertidumbre me apretaba todo el cuerpo.

— Me arruinaste la vida, Yuuri.

— ¿ Viktor? — un cegador reflector blanco se hizo presente a unos metros de mí, confirmando mis sospechas sobre el amo de aquella estruendosa voz, con cara de rivalidad y repulsión — ¡Estás en tu cuerpo! ¿qué está pasando? — intenté correr hacia él, pero un par de cadenas entorpecieron mi inepto intento de acurrucarme en sus brazos.

— Yuuri, ¿qué no lo entiendes? Por tu culpa mi vida se arruinó — me miró con un repudio incoincidible.

— ¿Por qué dices eso Viktor? — se me quebró un poco la voz ¿Acaso me dolía lo que él estaba diciendo? — ¿Qué está ocurriendo?

— Tuve que actuar en tu estúpida presentación, sin contar la enorme cantidad de personas que me vieron contigo. Estoy tan avergonzado por estar con una persona tan repugnante como tú — se llevó la mano a la frente cubriendo sus ojos. Sus vocablos se sentían como una patada en el estómago y un escupitajo en el rostro. ¿Se podía causar tanto daño con una oración?

— ¿¡Qué te está pasando Viktor!? — no pude evitar subir el tono de voz, este no es él. Pero todo se ve tan real...

— ¡No quiero estar cerca de ti nunca más! ¡Te odio Katsuki Yuuri! ¡Sólo piensas en ti! ¡Te odio! ¡Te odio! — gritó histérico de repente.

— ¡Cállate! ¡Tú no eres Viktor! ¡¿Qué hicieron con él?!— apreté los ojos negándome a creer esto, las lágrimas bajaban por mi mejilla como si de nieve se tratara. — ¡Me niego a creerlo!

— Ojalá nunca te me hubieses acercado. Me das asco Yuuri, no sé cómo pude tener sexo contigo, que asco, me siento sucio.

Sentí una apuñalada en el pecho, se me revolvió el estómago y me quedé sin aire. Me desmoroné ahí mismo cayendo de rodillas con el sonido de las cadenas acompañando mis movimientos, este era el peor dolor de todos, ni se lo desearía a mi peor enemigo, tan agobiante, que te sientes muerto, pero desgraciadamente todavía respiras ¿Dónde está el Viktor empalagoso y lindo?