Una maravillosa cita. Parte 2

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Pasó alrededor de una hora y media para que lográramos volver a la civilización, la música alivianaba el ambiente, sacándonos versos a ambos, incluso uno que otro bailoteo sobre el asiento

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Pasó alrededor de una hora y media para que lográramos volver a la civilización, la música alivianaba el ambiente, sacándonos versos a ambos, incluso uno que otro bailoteo sobre el asiento. Mi estómago comenzaba a fastidiar, exigiendo comida lo más pronto posible.

— Usted ha llegado a su destino — anunció Nelly sacándome de mis empalagosos pensamientos de cómo me le declararé al ruso. Él bajó del auto, abriendo caballerosamente mi puerta, extendiendo su pálida mano.

— Que caballero señor Nikiforov — parlé sujetando su mano, saliendo del automóvil con gracia. Acercó mi mano a sus labios y depositó un beso.

— Me alaga señor Katsuki — cerró la puerta de la carroza.

— Me pregunto cual será el próximo destino de esta maravillosa cita — continué hablando como si de realeza se tratara.

— No le puedo decir aún, pero espero que sea de su agrado alteza — hizo una ridícula reverencia sonriendo. Reí y lo abracé, apoyando mi cuerpo en el auto.

— Te amo tonto.

— Y yo a ti — susurró besando mi sien — vamos, no quiero que perdamos las reservas en Ugolëk— dijo galante, sujetando mi mano para llevarme al caro recinto.

— ¡¿Qué?! ¿Conseguiste reservación ahí? — pregunté incrédulo ¡Ese es uno de los restaurantes más costosos de Moscú! — ¿Cómo lo hiciste? Y aún más importante, ¿Cómo lo vamos a pagar? Sólo tengo 500 rublos — me comencé a poner nervioso, no tenía con que pagar.

— Amor, esto es una cita, no tienes que pagar, además, tengo todo controlado, simplemente disfruta.

— Pero ese restaurante es increíblemente costoso, no me sentiría bien si pagaras todo, además-

— Que complicado eres — interrumpió — mira, el dueño es amigo de la familia, no nos costará nada, no sabes cuantas veces he venido aquí con Yurio a comer como reyes — sin darme cuenta, ya estábamos en las puertas del lujoso restaurante— Así que ahora, vas a pedir todo lo que quieras sin quejarte. Hoy eres parte de la realeza cielo.

Siempre me sorprende.

Me quedé en silencio unos segundos, desenredando mi complicada mente, haciendo a un lado cualquier conflicto moral que pudiera llegar a tener.

— Que afortunado soy de tener a este príncipe — solté aceptando la invitación de entrar con una sonrisa. El peliplata abrió muchos los ojos y sus mejillas se tornaron rojas como una cereza.

— Yuuri, ¿Cómo es posible que casi tengamos 3 meses saliendo y aún me hagas sonrojar de esta manera? — cubrió su rostro con sus dos palmas caminando detrás de mí, simplemente adorable. Reí contento.

— Muy buenas tardes caballeros — anunció un elegante señor en traje.

— ¡Michail! — saludó contento el peliplata, abrazando al hombre de corta estatura.

Cambio de CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora