13 | STAY AWAY

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(ALÉJATE)

HAE RYUNG






—¿Ya te vas?

Terminaba de poner la mesa cuando mi primo asomó en la cocina.

El moreno de cabello rosa se refregó los ojos medio dormido y me pregunté hasta qué hora se había quedado trabajando en sus canciones.

—Todavía es temprano —dijo Nam Joon, observando el reloj a mis espaldas.

—Necesito llegar con tiempo a la escuela—respondí, terminando de arreglarme—. El desayuno está listo.

—¿Y tú? —su mirada pasó de mí a la mesa y viceversa—. ¿No vas a comer?

—No aquí —le enseñé la comida que había preparado y guardé los recipientes en una bolsa de lona—. Nos vemos después.

—Ve con cuidado.

—Entonces no te quito más tiempo.

Park le dio unas palmaditas en el hombro al castaño y se despidió con un leve asentimiento en mi dirección antes de devolverse a los vestidores.

Jung Kook guardó los documentos que su amigo le había entregado y emprendió rumbo a la cafetería, descubriéndome en su camino.

—Buenos días.

—¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido—. Aún es temprano —agregó, viendo la hora en su reloj.

—Quería verte —respondí, tomando su mano.

Sus mejillas se tiñeron de un leve rosa y aproveché su retraimiento para guiarlo al área de descanso, donde había improvisado un pequeño picnic bajo los árboles con el mantel y los recipientes que llevaba conmigo.

—Espero que te guste —dije, entregándole los cubiertos.

—Tienes un millón de cosas que hacer y aun así...

Se llevó la cuchara a la boca y la mordió nervioso antes de ponerse a comer.

Me dio las gracias con una enorme sonrisa y supe que cada minuto en la cocina había valido la pena.

Manchó sus labios con un poco de salsa y me apresuré a limpiarlos con mi pulgar, desatando la vergüenza de mi novio con mi cercanía a niveles extremos.

—Lo siento, no volveré a hacerlo.

—No se trata de eso, es solo que... No quiero que me veas así —confesó de espaldas—, no es genial.

La piel de su cuello brillaba bajo un intenso carmín y sus manos empuñadas ejercían tanta fuerza que me dolía ver sus nudillos blancos.

—Detesto ser así.

Se oía tan frustrado que me abstuve de emitir cualquier comentario, pero no me quedé ahí.

Lo abracé por la espalda, invitándolo a que se relajara y me acurruqué en su hombro, dejando uno que otro besito en su mejilla.

Noona...

Volteó a verme realmente agradecido y le dediqué una sonrisa comprensiva mientras acariciaba su cabello.

—Gracias por mostrarme quién eres.

Mis dedos bajaron por su cuello y se posaron sobre su pecho, a la altura del corazón, donde dejé unas palmaditas...

Agradecía sinceramente que se hubiera quedado conmigo y me confiara su fragilidad, no era algo que hicieras todos los días, mucho menos con cualquiera.

Tomó mis manos y dejó un beso en ellas antes volverse encantadoramente meloso.

Tomó su cuchara y me ofreció el bocado en ella. Abrí la boca para rechazar el gesto, pero Jeon fue más rápido y acabó alimentándome.

—Acabamos de darnos un beso indirecto —dijo cuando terminé de tragar.

—¡Jung Kook!

Le di una palmada en el hombro y nos largamos a reír.






[...]







—Bueno, creo que es hora de irme.

Tomé todo lo que había traído y lo guardé en la bolsa con su ayuda.

—¿De verdad tienes que hacerlo? Todavía quedan unos minutos y quiero pasarlos contigo.

Sus dedos se envolvieron alrededor de mi muñeca y quise que el día tuviera más horas para pasar cada bendito segundo con él.

Estaba a nada de aceptar su oferta cuando un desagradable escalofrío erizó mi piel y un mal presentimiento me revolvió el estómago.

—¿Noona?

Jeon no tardó en descubrir que algo no andaba bien y tomó mi rostro en sus manos intentando averiguar qué me pasaba.

Tomé sus manos y separé mis comisuras, pero la voz de Moon Hee me paralizó.

El castaño se colocó entre nosotras, dedicándole una mirada tan poco amistosa a la rubia que no se atrevió a dar otro paso en nuestra dirección y se nos quedó mirando con una sonrisa incómoda.

Oppa...

Comenzó en tono dulce, pero Jeon no la dejó siquiera empezar.

—Lo siento, estoy ocupado.

Me tomó de la mano y me sacó de ahí, dejando a Choi y a su séquito completamente mudas.

Su mano se escabulló por mi cintura y con un beso en la mejilla me aseguró:

—Esa bruja no volverá a molestarte.






───── 𝐍𝐎𝐎𝐍𝐀 ─────
전정국

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