(TE RECUERDO)
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HAE RYUNG
Dos años...
Había pasado dos largos años evitando cualquier estación de policía.
Pero aquí estaba de nuevo.
Con las manos empuñadas y los dientes tensos mientras los escalofríos persistían en la piel de mi espalda, inhalé por la nariz y exhalé por la boca, necesitaba tranquilizarme.
Mientras más pronto lo hiciera mejor.
Cuando mi ansiedad dejó de ser un problema, crucé la calle y subí los escalones de la comisaría, maldiciendo en voz baja el mal temperamento de mi hermano.
Lo último que necesitaba en estos momentos eran los malos recuerdos que su actitud impulsiva me traía.
«¿Qué diablos le dio por pelear en una fiesta?».
Aunque la estación distaba del lugar sombrío en mi memoria, la esencia era la misma, por lo que mis músculos se mantenían tensos y adoloridos.
La sensación retrocedió un poco cuando encontré a Shin en los asientos frente a la recepción. Agradecí su llamada junto a los detalles del incidente y que se quedara con Yoon Gi cuando tenía un negocio que atender.
-No es nada -dijo, restándole importancia-. ¿Te molesta si te dejo sola unos minutos? Necesito un cigarro para calmarme un poco.
-Para nada -respondí, haciéndome a un lado y ocupé su lugar en los asientos.
Fijé mi atención en la puerta tras la cual interrogaban a los involucrados.
Mientras esperaba a mi padre y a Nam Joon, mis nervios volvieron ante posibilidad de una demanda y tuve que obligarme a descartar la idea, evitaría la negatividad a toda costa.
En eso estaba cuando un hombre de traje alto y fornido, salió de la sala acompañado por quien parecía ser su asistente.
Me puse de pie, intentando un primer acercamiento, pero no pude moverme de donde estaba, el aura que desprendía dejaba en claro que era una persona realmente peligrosa.
El dueño de un lujoso Rolex, acomodó las mangas de su camisa para luego retirarse con un leve asentimiento de cabeza y perderse tras las hojas dobles de la entrada.
Volví a respirar cuando me vi libre de la presencia abrumante del hombre y volví mi atención al lugar de donde había salido para encontrarme con la última persona que esperaba ver en estos momentos.
-¿Jung Kook?
Con el labio partido y otros magullones en la cara, el castaño me enfrentó con expresión alarmada antes de llevarse las manos a las costillas y quejarse por la molestia que en ellas sentía.
Por puro instinto me acerqué a él y le ayudé a sentarse, perturbada por el daño que mi hermano podía llegar a causar estando molesto.
Un avergonzado y adolorido «Gracias», llegó a mis oídos, provocando que cierta culpa se agazapara a mi pecho.
No importaba qué tan grave fuera el asunto, los golpes no eran manera de resolver las cosas.
Y, si bien estaba sufriendo por lo que había sucedido entre nosotros, verlo lastimado no me hacía sentir mejor en lo absoluto.
Reparando en sus labios resecos, me apresuré a conseguir una botella de agua que Jeon rechazó antes de beberla en el más absoluto silencio luego de mi insistencia.
Mientras detallaba en cómo el agua movía su manzana de Adán, me pregunté cómo Yoon Gi había dado con mi novio para cobrarle un sufrimiento del que no tenía por qué saber.
«¿Tan fácil soy de leer?».
Jeon se levantó con algo de esfuerzo a deshacerse de la botella vacía y que no me mirara ni una sola vez realmente me dolió.
Era la primera vez que lo veía en días y su actitud me dejaba claro que la explicación que me debía no era una opción.
El oficial a cargo le pidió a Jung Kook que se acercara a su escritorio y, cuando él lo hizo sin despegar la mirada del suelo, el adiós definitivo se hizo dolorosamente real.
En cuanto el uniformado le explicó lo que sucedería con su caso, no pude evitar darle una última mirada a su figura, reparando en el aire de dolor y tristeza que lo envolvía.
Una puerta se abrió a mis espaldas, insinuando con su chirrido que el tiempo de reunirme con mi hermano había llegado, pero no fue Yoon Gi quien asomó de la sala, sino un sujeto alto cuyo lenguaje corporal y forma de vestir gritaba por todos lados que se trataba de un pandillero.
Cuando nuestras miradas coincidieron, la expresión de su rostro cambió totalmente y la sorpresa delineó sus facciones antes de que un destello de alegría iluminara sus ojos.
La voz de Jeon, resonando a mis espaldas capturó mi atención por unos segundos, segundos que el extraño aprovechó para acercarse a zancadas y acogerme entre sus brazos.
-No sabes cuánto te extrañé, Ha Yoon -confesó, afianzando su agarre.
Entonces recordé de dónde conocía a Jeon Jung Kook.
───── 𝐍𝐎𝐎𝐍𝐀 ─────
전정국
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::: 𝐍𝐎𝐎𝐍𝐀 :::
أدب الهواةTratando de romper su mala racha amorosa, Hae Ryung decide seguir el consejo de su mejor amiga y comienza a salir con Jung Kook, un chico bastante tímido que al parecer se ha enamorado a primera vista de ella. Mientras ambos disfrutan de una relaci...