20 | TELL ME

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(DIME)

JUNG KOOK






-Vuelvo enseguida -dije, lanzándole el balón a Tae.

-¡Que sea rápido! -exigió, recibiendo un manotazo juguetón de parte de Park-. ¿Qué te pasa?

-Déjalo tranquilo -lo escuché decir, con un humor sombrío.

Me dirigí hacia las gradas y me abstuve de abrazar a Hae Ryung.

Era más sudor que persona después del intenso partido de práctica, así que me resigné a compartir el mismo espacio que ella y me quedé mirándola.

-¿Qué? ¿Tengo algo? -dijo, pasándose las manos por sus mejillas.

-No, solo... -acaricié, delicadamente, una de ellas con mis nudillos-. Te ves hermosa, noona.

Una sonrisa iluminó su rostro y un cosquilleo agradable se apoderó de mi estómago.

Un «Buen trabajo» salió de sus labios y tomé la botella de agua que me ofrecía.

-Gracias.

Un último trago recorrió mi garganta y la toalla que traía en mi mano acabó rodeando mi cuello, seguido de suaves toques que buscaban encargarse de mi transpiración.

Los dedos de Hae Ryung se movían por mi piel con tanto cuidado que no dudé en inclinarme a su tacto, sintiendo con la cercanía la necesidad repentina de probar sus labios.

-¡Jeon!

La voz del capitán resonó en mis oídos, espantando mis intenciones de golpe y a regañadientes le contesté que iba enseguida.

-Me ducho y nos vamos, ¿está bien?

-Claro -dijo, recuperando un poco de espacio personal-. Nos vemos al rato.






[...]







M

e coloqué mi abrigo y cerré mi casillero.

No había nada como una buena ducha y ropa limpia.

Tomé mi bolso, dispuesto a salir, pero Ji Min me cerró sin querer la salida.

-¿Todavía aquí?

-El Doctor Jung me pidió que lo ayudara -respondió encogiéndose de hombros.

-Oh, ya veo -dije, acomodando mejor mi mochila-. Entonces, nos vemos. Hae Ryung me está esperando.

-Me gustaría hablar contigo antes -pidió, llevando su mano a mi hombro.

-¿Ahora?

Asintió, así que me senté en la banca a escucharlo.

Se pasó la mano por el cabello y luego de un suspiro pesado soltó:

-Sobre tu billetera...

-Lo siento, me tengo que ir -espeté apresurado por salir.

-¿Por qué huyes? -cuestionó y sus palabras me encadenaron al piso-. Por favor, se honesto conmigo -se paró delante de mí e insistió con tono suplicante-: Dime, ¿de verdad estás interesado en ella?

-¿Qué estás insinuando?

-No te hagas el tonto, Kook -su ceño se frunció y todo rastro de amabilidad en su semblante desapareció-. ¿Por qué te acercaste a Hae Ryung? ¿Qué tienes planeado hacer con ella? -inquirió.

Su agarre en mi hombro se afianzó y la intensidad que lo rodeaba me asustó.

Park enojado era otra persona.

-Joder, Kook -maldijo, desordenando su cabello frustrado-. Sabes lo que pienso sobre utilizar a la gente.

»Dime, ¿quién es la chica de la foto? -clavé la vista en el suelo ante la ola de recuerdos y presioné mis comisuras en una línea tensa-. La hiciste tu novia porque se parece a ella, ¿no es así?

-No -mentí-, así que no pongas palabras en mi boca -espeté, zafándome de su agarre.

-No soy estúpido, Jeon, no me mientas.

Había tanta rabia en su voz que los vellos de mi piel se erizaron.

Sentí que merecía cada gota de su molestia, pero no tenía tiempo para hundirme en ello. Tragué en seco y empuñé mis manos con fuerza, sin importar cuántas veces se lo explicara, él no iba a entenderlo nunca.

Nunca.

-No es nadie -solté tenso.

-Es obvio que no, estaban besándose.

-¡Te dije que no es nadie! -exploté.

-Kook...

-¡Ya basta! -lo enfrenté, ignorando el repentino dolor en su rostro-. Te dije que no es nada, ¿está bien? Solo... Solo olvídalo.

-No puedo -fijó la vista en sus pies y con voz apagada murmuró-, la frase al dorso de la foto... -levantó la cara y, tomándome de las muñecas, me suplicó-: No lo hagas, por favor, no sabes cuánto duele un corazón roto.

Hyung!

Lo apreciaba, pero Ji Min no tenía derecho a opinar.

Me solté y salí de los vestidores, diciéndole que no tenía idea y que lo mejor era que se olvidara del asunto.

Caminé ignorando la brisa fría arañando mi piel, necesitaba tranquilizarme antes de llegar con mi novia.

A pasos de nuestro lugar de encuentro, me detuve y respiré varias veces, Hae Ryung no podía verme así.

Más calmado, retomé mi camino y me acerqué a ella, sintiendo con su sola presencia que el alma me volvía al cuerpo y mis demonios se perdían a lo lejos.

-Perdón por hacerte esperar -me disculpé, envolviendo mis brazos en su cintura.

Su cuerpo reaccionó dando un brinco de la impresión, así que me resigné a dejarla ir, después de todo, las muestras de cariño no eran bien vistas en la escuela.

-N-No es nada -declaró con las mejillas sonrosadas.

Extendí mi mano para que la tomara, pero no lo hizo.

Se quedó mirándola con el ceño y la boca levemente fruncidos como si un millón de preguntas estuvieran pasando por su cabeza.

-¿Pasa algo?

-¿Mhm? No, nada -contestó con una sonrisa-. ¿Nos vamos? -preguntó, llevando mi mano al bolsillo de mi chaqueta.

-Claro.

Resguardó las suyas del viento que comenzaba a correr y nos dirigimos al paradero de buses hablando de todo y nada.

Si hubiera sabido que iba a perderla...

Me habría aferrado a ella.






───── 𝐍𝐎𝐎𝐍𝐀 ─────
전정국

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