08 | STAY

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(QUÉDATE)

HAE RYUNG


—¿Y?

—¿No vas a decirnos nada?

—Somos tus compañeras, Hae Ryung. —Apenas llegué a mi puesto, la delegada de la clase comenzó a interrogarme secundada por sus amigas.

Eran tantas preguntas que me tomó un tiempo asimilarlas pero, cuando finalmente lo hice, estuve a punto de perder la cabeza. Llevaban SEMANAS hablando a mis espaldas y ahora me buscaban porque era el único medio que tenían para llegar a Jung Kook pero, sorpresa de último minuto, no iba a decirles nada acerca de mi novio.

«Nada, absolutamente, NADA».

—¡No seas mezquina!

«Por Dios, ¡no voy a decirles si nos hemos besado!».

—Disculpen... ¡¿PUEDEN QUITARSE?! Están invadiendo MI espacio personal. —Se quejó Yoo Jin, tratando de espantarlas de su asiento.

Mis compañeras no lo pensaron dos veces y se devolvieron a sus respectivas mesas, esperando de seguro una próxima ocasión par atacar. Rodé los ojos, su actitud, además de exasperarme, daba vergüenza ajena.

—Gracias, estaba a punto de volverme loca.

—De nada —respondió la rubia, alisando su uniforme con socarronería fingida—. ¿Qué cuentas, recién casada?

—No, por favor, ¿tú también? —Lloriqueé, haciendo pucheros—. Y-no-estoy-casada. —Agregué a regaña dientes.

—Está bien. —Alzó sus manos señal de rendición y se sentó—. ¿Qué me dices de las brujas entonces? ¿Te han vuelto a fastidiar? —Negué con la cabeza—. ¿Segura?

—Segurísima, así que no te preocupes. —Afirmé, dándole unas palmaditas en el hombro—. Si vuelven a molestarme... Serás la primera en saberlo.

—Más te vale —amenazó con un dedo acusador.

Detestaba mentir, pero no quería ser una carga para ella.

—Y... ¿Qué me dices de Jeon? ¿Siguen escribiéndose por las noches?

—Algo así —respondí con una sonrisa cansada.

Me acomodé sobre la mesa y mi amiga me dedicó una mirada comprensiva. Kong sabía de primera mano lo difícil que era vivir entre los quehaceres del hogar y las responsabilidades de la escuela, sobre todo si tu familia era numerosa y te estabas preparando para ingresar a la universidad.

—No puedes dedicarle mucho tiempo, ¿eh? —Asentí—. Entonces, deberías hablar con él, no vaya a pensar que es falta de interés.

Yes, sir! —contesté al estilo militar.

El Profesor Jung llegó anunciando un examensorpresa y, mientras la clase se acomodaba entre quejas, lo único que queríaera ver a Jeon.






[...]


—Dios, ¿es Jung Kook?

Íbamos a la cafetería cuando un grupo de estudiantes llamó nuestra atención al final de las escaleras. Kong se puso de puntillas y quiso acercársele tras confirmar sus sospechas, pero no la dejé ir más allá.

—Vamos o te quedarás sin almuerzo. —Le hice ver, entrelazando nuestros brazos.

—¿Y tu novio? Creí que hablarías con él.

—No con toda esa gente —dije, señalando a la multitud con la cabeza y me tomó dos segundos quedarme prendida de Jeon.

—¿Hae Ryung? —Yoo Jin apareció en mi campo de visión y puse los pies sobre la tierra.

—Vámonos antes que...

—¡Noona! —gritó Jung Kook. «Demasiado tarde». 

Entre disculpas, el castaño se abría paso entre el gentío, pero no le di tiempo de alcanzarme. Tomé a mi amiga y corrí escaleras abajo, no me gustaba la atención que estaba recibiendo de pronto, mucho menos la mirada asesina de Choi.

—¿A dónde crees que vas?

Jeon me sujetó del brazo y me detuve en seco, no por la gentileza que ejercían sus dedos sobre mi piel, sino por la sensualidad que desbordaba su voz profunda. ¿Era normal disfrutarlo tanto? «¡Compórtate, Hae Ryung!».

—Emm... La comida me espera, así que... ¡Adiós, tortolitos! —Se disculpó Kong, zafándose de mi agarre.

Quise gritarle que era una traidora por dejarme sola, pero tenía asuntos más importantes que atender, aunque no sabía ni siquiera cómo abordar el tema.

—¿Noona?

—Perdón, últimamente ando en las nubes.

—Está bien —respondió con una sonrisita—. Ahora estamos juntos.

Sus dedos se deslizaron hasta dar con los míos para luego quedarse jugando tímidamente con ellos y me quedé mirándolo impresionada por la rapidez con la que se movía su personalidad. «¿Hombre o niño? ¿Cuál es real?».

—¿Quieres almorzar conmigo? —preguntó con un leve rubor en sus mejillas.

Estaba a punto de aceptar su propuesta cuando Moon Hee apareció.

—Pero prometiste comer con nosotras. —Lloriqueó, haciendo pucheros.

—Mis hyungs quedaron con ustedes —contestó, interponiéndose entre nosotras—, yo no tengo nada que...

—Ve con ellas, Kook.

—¿Qué?

—Anda, no te preocupes por mí —le dije, acomodando su flequillo—. Además, Yoo Jin me está esperando. Nos vemos después. —Soné más fría de lo que pensé.

Aun así, me alejé ignorando sus intentos por hacerse oír entre el griterío que lo acorralaba de nuevo, todo mientras sentía una inquietud asfixiante en mi pecho y la tristeza delineaba sus facciones al tiempo que me veía partir.

—¡Noona! ¡NOONA!

Hice oídos sordos a todo, incluso a la necesidad apremiante que de pronto sentía por estar siempre con él.

Siempre.





───── 𝐍𝐎𝐎𝐍𝐀 ─────
전정국

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