Capítulo 1

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La guerra terminó.

Harry Potter, el niño que vivió, había vencido a su mayor némesis en una épica batalla.

Lord Voldemort estaba muerto.

Pero Harry sentía que había perdido.

Perdió todo por lo que luchaba, Ron Weasley había muerto protegiéndolos a él y Hermione Granger de la maldición asesina que se dirigía a ellos, Remus Lupin fue alcanzado por otra cuando le daba tiempo a Hermione de huir, Nymphadora Tonks murió en duelo contra su tía Bellatrix Lestrange, Fred Weasley y Ginevra Weasley también perecieron a manos de mortífagos, junto a varios otros alumnos de Hogwarts.

Pero la pérdida que más dolió, que destrozó su corazón fue la muerte de su padrino, su amor, Sirius Black.

La casa sombría a pesar de los mejores esfuerzos de el elfo doméstico de los Black, Kreacher, solo lo sofocaba; le recordaba a él, y los momentos que pasaron en esa casa, aunque cortos fueron felices.

Su almohada aún conservaba su aroma, podía sentir la esencia del animago perro en él, y eso lo hacía llorar, su corazón dolía porque no lo tenía a su lado, se había perdido para siempre en ese Velo del Ministerio y con ello se llevó parte de su alma con él.

- Harry - se escuchó una leve voz al otro lado de la puerta del dormitorio de su padrino

- ¡Vete Hermione! - su voz ronca por el llanto - Solo déjame solo

- Por favor - un gemido lastimero se escuchó - No me alejes

Se sintió mal, ella era como su hermana, ella también sufría, ella también perdió al hombre que amaba, él era lo único que tenía, ella era lo único que le quedaba.

Con los músculos tensos y el cuerpo tembloroso se levantó de la cama del ex Gryffindor para abrir la puerta; una temblorosa y llorosa Hermione lo esperaba al otro lado, sus ojos rojos y espesas lágrimas cayendo sin parar.

- Harry - murmuró con la voz quebrada

- Lo siento Mione - la atrajo para un abrazo en el que los dos terminaron llorando en el piso tratando de darse consuelo mutuo

Pasaron horas en las que estuvieron así hasta que lograron calmarse, sin ninguna lágrima más por derramar.

- Amo Harry - dijo el elfo doméstico - Kreacher les preparó la cena

- Gra.. - tosió un poco para aclarar su garganta - Gracias Kreacher

Normalmente no comería, pero tenía que hacer que Mione comiera, se sentía tan delgada en sus brazos, podía ver ojeras y su piel se mostraba pálida, una semana la había destruido tanto como a él, aunque posiblemente él se viera peor y de ahí la preocupación de su hermana en todo menos sangre.

- Ven Mione - dijo suavemente alejándola para poderse parar - Vamos a comer

Ella asintió dócilmente tratando de limpiar lo mejor posible su cara y quitar sus cabellos rebeldes de encima.

Pasaron cerca del cuadro de la antigua Lady Black, Walburga Black, madre de Sirius y Regulus qué, extrañamente, había estado muy callada a pesar de tener las cortinas corridas y no hizo mención alguna cuando Harry o Hermione entraron en su rango de visión, como tampoco estalló en un ataque de ira contra cualquiera de los Weasley que venían a querer sacar a Harry del cuarto de su hijo.

No llegaron a la cocina, eso solo los pondría de peor humor ya que ahí se reunía la Orden, ahí habían estado con los que los habían dejado; cenaron en la sala de estar en silencio porque no sabían qué decir, no era que pudieran decir algo, ambos tenían dolor en su corazón, a ambos se les negó estar con los predestinados por Lady Magia.

Enemigos de los Herederos ¡Temed!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora