Enemigos de los Herederos ¡Temed!

Capítulo 64

El dolor logró que no se concentrara y que todo su cuerpo se estrellara contra el suelo terroso del bosque muggle.

- Mierda- maldijo estirando la mano con la daga para colocarla cerca de su cara - Maldito imbécil - sus músculos empezaban a sentirse pesados - ¿Qué puto veneno usaste?

Puso la daga por debajo de su nariz, obviando el olor a sangre, las toxinas del veneno estaban presentes, sí su nariz no estuviera más desarrollada capaz y no lo notaba, además de dónde veía, el veneno era claro para él, uno de los cuales estaban en los estantes en una sección del invernadero en su Mansión.

- Víbora de la muerte - gimió 

Tenía sentido, el veneno de esa serpiente era considerado como uno de los más mortíferos del mundo, una serpiente común de la costa de Australia y Nueva Guinea, causaba debilidad muscular y parálisis. 

- Hijo de - gruñó, se dejó caer de espaldas al suelo, su sangre seguía saliendo después de todo, tomó su varita y la apuntó a su herida - Vulnera Sanentumr 

Respiró mejor cuando ya no tenía hemorragia o la herida abierta, pero el veneno seguía en su sistema, y tenía el cuerpo hormigueando, sí no fuera porque fue expuesto al veneno de basilisco y a las lágrimas de Fénix, su cuerpo no habría podido hacer frente al veneno, estaría muerto al caer al piso, solo esperaba que Tom se tardara en identificar el veneno que usó, pero sí ese idiota había sido inteligente, como un hablante pársel se habría expuesto al veneno de diferentes serpientes para desarrollar inmunidad. 

Uno podría ordenar a una serpiente, pero a veces el pársel en sí no te servía, hablaban con animales después de todo.

Se paró y notó por primera vez que estaba frente a la choza descuidada de sus lejanos parientes. 

- Siempre precisa tía - sonrió y avanzó ignorando el cosquilleo presente en su cuerpo 

La choza era una cosa de maderas y la maleza subía por las paredes, la magia oscura era espesa y Harry creía poder tocarla, su cuerpo aún estaba con las repercusiones del veneno entumecido, pero obediente, sin la herida abierta podía moverse sin dolor, agitó su varita y, como lo sospechó, hechizos defensivos estaban en el lugar, Tom había protegido la choza de su familia, evitando extraños magos o muggles no podría decirlo, tal vez ambos.

Deshacerse de los hechizos le tomó un pequeño tiempo, la varita de sauco fue muy útil para ello, la magia no se resistió a él, no considerando que también era familia.

Pronto estaba parado frente a la puerta de la choza que tenía una serpiente muerta clavada en forma de "S".

- Tan originales - rodó los ojos y empujó la puerta

Podía escuchar siseos a la distancia, serpientes curiosas que notaban la actividad.

Tuvo que cambiar sus ojos a los de dragón para una mayor visibilidad, no quería conjurar fuera de lo necesario dentro de la casa por el miedo de alertar a Tom, no podía darse cuenta de lo que hacía.

La mayoría de muebles estaban lleno de polvo, todo en el suelo y roto.

Su mirada vagaba por el lugar tratando de imaginar a una mujer aterrorizada y dos hombres que se creían más grandes de lo que eran y sintió dolor, dolor por la mujer que opacaron y destruyeron, dolor por la niña que aprendió a tener miedo a su propia familia, pesar porque lo único egoísta que hizo fue su más grave error y fue lo peor que pudo hacerle a otro ser humano, quitarle su libertad.

Suspiró y una lágrima rodó por su mejilla, lamentaba las acciones de Merope como sí fueran propias, pero aun más lamentaba que fueran sus acciones las que robaron la posibilidad de Tom de crecer feliz y amado.