Capítulo 51

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Sirius había estado feliz, muy muy feliz si era sincero consigo mismo, pero la felicidad le duró poco.

Tomó la presencia del papá de Reynald parra acabar con su felicidad. Habían salido de la oficina de Harrison y se reunieron con todos en el salón, y solo pasaron unos segundos en los que Harrison había tomado a su ahijado en sus brazos cuando se movió mirando el fuego de la chimenea que bajó su mirada se tornó verde; y a los segundos apareció el padre del mejor amigo de su ¿aliado? Ugh, Sirius debía pensar en una forma de referirse a él que no le hiciera sentir raro.

El punto era que apareció y robó su atención, bien, no era como si toda su atención hubiera estado en Sirius en primer lugar, es más, parecía que lo había estado ignorando deliberadamente todo el bendito día, pero no era el punto exactamente, porque el mago que le llevaba años de ventaja al chico, le estaba coqueteando desde que le saludó, y de forma descarada, y en su presencia.

Lo único que quería Sirius era sacar su varita y repartir crucios, porque él sabía cómo usar ese hechizo y nunca antes sintió el impulso de querer torturar a alguien tan fuerte antes; mas la mirada de su madre que estaba sobre él de forma perpetua lo hizo reconsiderar sus acciones. La entendía, los Senclaire posiblemente eran la familia aliada más antigua de Harrison y la familia de Sirius recién había firmado el pergamino a pesar de que la tinta ya estaba seca.

- Lord Harrison - habló el mago más joven entre los mayores de 20 años en la habitación - Mi hermano me pidió le hiciera llegar ésto lo antes posible

Sirius observó el pergamino y James tuvo que golpearlo para romper el gruñido que salía de sus labios. Sirius estaba entre agradecido y enfurecido por lo que hizo porque el pergamino que fue exhibido era un puto pergamino de compromiso. La casa Senclaire se atrevía a presentar unaputa propuesta de compromiso. No le tomó ni dos segundos registrar la mirada molesta de sus padres que estaban igual de disgustados que él aunque lucían más serenos, lo que sí le tomó más tiempo fue registrar la de los Potter y la mirada fastidiada que mostraba Reynald hacia el pergamino.

- Bueno - habló Harrison cuando abrió el pergamino y lo leyó de forma  superficial, como si no hubiera reconocido de lo que trataba desde que fue puesto a su vista - No puedo decir que estoy totalmente sorprendido, aunque lo estoy - todos le miraron con una ceja alzada en incredulidad, meno Aiden que parecía confundido y Teddy que no prestaba atención a lo que sucedía distraído con el cabello de la mamá de James - La verdad es que la Casa Senclaire se estaba demorando en hacer una proposición, incluso pensé que eso estaba fuera de la mesa en este punto.

No pudo evitar fruncir el ceño ante eso, pero el recuerdo lo asalto como un relámpago, Reynald había mencionado que no estaban en esa clase de conversaciones por el bien de su amigo, cualquier cosa que fuera ello estaba incluso en la ignorancia del chico y por ende de Harrison.

- Mi hermano cree que es necesario mostrar que estamos dispuestos a relacionarnos de todas las formas posibles con usted y su familia - explicó con una sonrisa que Sirius le quería borrar de la cara - Él fue muy insistente en querer mostrarle su buena voluntad 

- Y lo es - contestó Harrison - La dote que ofrece por su hija es considerable 

Sirius volteó a ver a Harrison con los ojos abiertos en horror, el tono parecía muy interesado, como sí de verdad estuviera considerando la idea de tomar como esposa a la prima de su mejor amigo.

- Aunque me desconcierta la propuesta de dote para mi hermana - continuó sin inmutarse por las miradas que recibía - Debería decir que incluso estoy ofendido en su nombre 

Eso valió un ceño fruncido de parte de Hermione y de las demás brujas presentes, la cosa con la dote de una bruja era un tema delicado por decir lo menos, después de todo, la dote de una bruja era en realidad el dinero que podía manejar realmente la bruja a su libre albedrío sin rendirle cuentas a nadie, no a la familia de su esposo ni al esposo.

Enemigos de los Herederos ¡Temed!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora