Enemigos de los Herederos ¡Temed!

Capítulo 30

Pársel = serpiente
Contenido de carta = muy pocos
Lengua dragón = dragón
Hechizos = obliviate
Recuerdos = "memoria"

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Sirius estaba furioso.

No podía describir a ciencia cierta qué tan furioso se sentía, pero era mucho.

Ni bien había tenido una buena vista de la sala común vio a Harrison de espalda, su vista fue rápidamente atraída a su trasero respingon que estaba remarcado por el pantalón de mezclilla negro, pero la mano de mujer que cubría su cintura tampoco pasó desapercibida del escrutinio y sus ganas de matar estuvieron encendidas en un instante hasta que escuchó el gemido de Remus detrás de él.

Miró a su amigo y luego volvió a mirar, la mujer era Hermione, eso lo relajó, pero podía decir que Remus ahora era el que estaba en tensión, la chica tenía un pantalón color verde oscuro, un polo sin mangas que era ceñido a su cuerpo y unas botas negras que la hacían un poco más alta pero no tanto, su hermano aún era más alto, aunque Reynald que estaba al frente de ellos era el más alto del grupo.

- Habló en serio Mione - escuchó a Reynald quejarse - ¿Qué vamos a hacer mientras el niño aquí está en su cita?

El gruñido de ambos amigos hizo que James lo empujara de las escaleras y luego los arrastrara lejos del campo visual inmediato del grupo.

- Ya te dije Reynald - la exasperación bañó su voz - Luego de almorzar vamos por el pueblo, iré a la biblioteca, quiero revisar unos libros

- Tienes todos los libros de Hogwarts para revisar - replicó frustrado

- ¿Y dónde propones ir? - preguntó desafiante casi separándose de su hermano

- Primero a almorzar por supuesto - vieron con diversión cómo el de ojo verdes se llevó los dedos al puente de su nariz en exasperación - Oh vamos Harrison, sabes que estoy hambriento

-Tu siempre estás hambriento Reynald - replicó sin verdadero calor

- También te oí quejarte de la comida - señaló el oji azul

- Pero él no va a dar vueltas en su comida - escucharon decir con irritación a Hermione - En cambio tú te vas a demorar en elegir lo que quieres y luego pedirás demás y no querrás pararte a no ser que ya tengamos algo programado antes

- No es mi culpa que Harrison coma lo mismo siempre - se quejó

- No lo hago

- Sí lo haces - respondieron los dos

- ¿Por qué nos desviamos? - preguntó queriendo cambiar de tema rápido

- Pero qué haremos - se volvió a quejar Reynald

- Acompañaras a Mione a la biblioteca del pueblo - dijo con sencillez

- Eso suena a una cita con tu hermana

El gruñido estruendoso de Remus atrajo la mirada del grupo y de sus amigos menos la de Sirius que prácticamente se congeló.

Le costaba respirar, su corazón parecía haberse detenido y vuelto a poner en funcionamiento, y sí hubiera estado bebiendo algo el cree que fácilmente pudo haberlo escupido o fácil atragantado hasta la muerte. Pero estaba justificado, demonios, su muerte estaría justificada una y mil veces sí era por ese chico, sus ojos verdes parecían más resplandecientes, sentía la atracción de su mirada como sí fuera un maldito hechizo, tenía la necesidad de acercarse a él y apartarlo de todos para encerrarlo en una bóveda de Gringotts para sólo poder observarlo él.