Capítulo 29

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Pársel = serpiente
Contenido de carta = muy pocos
Lengua dragón = dragón
Hechizos = obliviate
Recuerdos = "memoria"

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- Deja de caminar Harry

El oji verde lo miró brevemente y luego lo volvió a ignorar paseando por el dormitorio casi vacío.

- Juro que harás un sendero en la piedra

Fue ignorado, llevan así media hora, estaba furioso y lo entendía, Regulus se despertó a mitad del día y no pudo decirle nada sobre quién lo atacó, no había visto a nadie, y sus familiares (o mascotas exóticas como le gustaba a él llamar a los animales vinculados a su amigo) no encontaron nada; siendo ya de noche y pasando un día desde el ataque, Harrison estaba explotando en furia, una que fue contenida mientras suministraba la poción matalobos a Aiden, y aún así el cachorro de lobo sintió la ira y frustración del mayor, logrando que corriera lejos de la habitación por recomendación de Hermione.

La bruja había hecho lo mismo, luego de que Walburga los hiciera dejar la enfermería, la más joven los había dejado en el cuarto y luego había huido dejándolo solo con un intranquilo Harrison.

- ¡Atacaron a Regulus!

- Lo sé

- Bajo mis narices

- No realmente - un gruñido fue toda su respuesta - No estabas aquí, y el mismo Reggie te a dicho que estaba fuera del castillo al momento de ser atacado, no tenias forma de saberlo

Hubo un nuevo gruñido, Harrison estaba de un humor peor que el de Remus de su tiempo a un día de la luna llena y al de Sirius luego de ver la figura de Snape en su casa; se sentía mortificado, herido y vengativo, les explicó porqué no estaba en el castillo ayer y ellos entendieron que se había retirado con suma urgencia, su nuevo estatus se lo exigía de esa forma.

Y es que al hacerse amigo del Director del Banco de Gringotts, que casualmente también era el Rey de los Goblins en Inglaterra, le dio cierto estatus dentro de ellos aparte del que tenía como Lord Drakonis, claro que no era necesario completamente, ellos se habían ganado su reputación en su tiempo con su expedición en el Banco y recibieron cierto respeto, respeto por el cual Ragnok los tenía en su más alta estima (al parecer Lady Magia le contó que él también regresaba); así que cuando un dragón se volvió loco en las bóvedas de máxima seguridad en Gringotts al primero que llamaron fue a Lord Drakonis.

Harrison se había encargado de remover a los dragones que tenían antes, le había disgustado que los entrenaran para sentir dolor así que los reemplazó con otros dragones a los que instruyó que cuando escucharan sonar esas tontas campanas se apartaran, eran dragones que tenían alguna dificultad para estar en el mundo exterior y morirían de forma inminente, así que todo era un ganar ganar, los duendes cuidaban a esos dragones y éstos ofrecían protección a las bóvedas mientras que Harry se llevaba a los que tenían a su reserva privada donde otros dragones los ayudarían a superar sus traumas.

Al parecer un mago tonto llevó a sus bóvedas un huevo de dragón que hizo eclosión dentro, justo donde había una dragona y ésta se volvió loca al escuchar sus pequeños rugidos de ayuda, los Goblins vinieron de inmediato y se llevaron a Harrison para solucionar todo el problema, calmar a la dragona y sacar al bebé dragón sin sufrir tantas consecuencias, por eso sus túnicas habían estado quemadas, la dragona había perdido a sus crías antes y el escuchar a una regresó su instinto materno, Harry le comentó que nunca había amado más ser inmune al calor.

- Encontrarás al culpable Harry - trató de tranquilizar de nuevo - Tú eras el objetivo final, quien sea lo va a intentar de nuevo y estarás preparado

Enemigos de los Herederos ¡Temed!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora