Capítulo 6

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Pársel = serpiente
Contenido de carta = muy pocos
Lengua dragón = dragón
Hechizos = obliviate

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Él no podía dormir.

Se la pasó dando vueltas en su cama sin  conciliar el sueño, habían quedado en que solo iría Hermione a ver a Teddy ya que él necesitaba descansar para que la poción surgiera efecto, aún así no funcionó.

Los sueños se habían detenido luego de conversar con sus padres, padrino y profesor favorito; pero el verlos ahí, vivos, al alcance de sus manos y no poder estar con ellos, abrazarlos y decirles lo mucho que los quería, dolía, dolía tanto que parecía desgarrar su corazón.

Le habían advertido que eran unos capullos a esa edad y se mentalizo que no debía tomar eso como personal, toda la práctica mental se fue a la mierda, esa era su familia que lo veía con desconfianza, ese era su padrino, su pareja que lo veía como si fuera suciedad en sus zapatos que debía eliminar.

Dolía mucho.

Y más que Sirius se veía condenadamente guapo y caliente, no ayudaba a sus estúpidas hormonas, era horrible tenerlo tan cerca cuando se acercaban mis días fértiles y mi cuerpo me exigía "aparearme" como amablemente dijo mi tía Walburga que era lo que me sucedía, o como lo decía Hermione, me encontraba en mis días.

La herencia de criatura, de ambas, me había venido la madrugada de mi cumpleaños, sentí las diferencias por la forma en que mi voz parecía endulzar a otros magos (entiéndase ésto por Regulus que fue al único que vi en el transcurso del día) así como brujas ya que era un Veela simplemente era atractivo para el sexo opuesto y el mismo porque, según el libro de criaturas que me prestó Walburga de la biblioteca Black, sí nuestra pareja destinada era del mismo sexo nuestro cuerpo se modificaba para que pudiéramos producir descendientes; la idea daba miedo y felicidad por partes iguales.

La herencia de dragón fue agradable, mi piel se volvió como la de un dragón, no con escamas seguía siendo suave y tan inmaculada como cuando la magia familiar me liberó de las ataduras que me puso el vejete ese; era resistente a los hechizos así como a heridas mundanas, los pinchos de Leviatán no me dañaban o un cuchillo no me cortaría sí no era en partes específicas y con cierta presión, mis ojos también fueron un toque hermoso y escalofriante, cuando me enfadaba se volvían rojos rasgados como el de una serpiente o dragón en realidad, según Leviatán se me veía intimidante.

- Puedes dejar de moverte - gruñó mi familiar que estaba recostado en mi almohada, me sorprendí la primera vez que Mione logró entenderlo también pero es que ellos tenían dos idiomas, el de serpiente y el propio de su especie según explicaba el libro - He tratado de ignorarte para poder dormir pero no me dejas

- ¿No se supone que tienes que consolarme Levi? - dijo sentándose, no podía dormir más, solo esperaba que las clases me distrajeran lo suficiente

- Es Leviatán - gruñó estirándose - No entiendo porqué me pones un nombre sí no lo usarás

- Son las 6 - dije luego de saber la hora con un Tempus no verbal - Mandaré una carta a Tía Walburga, aprovechas para irte a cazar antes de ir a clases

- Mm... Puede ser - respondió bostezando como un cachorrito - Aunque no sé cómo conseguir comida en el bosque prohibido

- Cerca a la Mansión te dejamos un rebaño y lo sabes - le recordó molesto, ya habían tenido esa conversación sobre comer humanos

Enemigos de los Herederos ¡Temed!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora