Anormal

V E I N T I S É I S

- El dolor apaga todo el amor hacia una persona, si siguiera queriéndolo sería una obsesión.

- Tienes razón.

- ¿Y tú - mordió su labio inferior, dudativo, pero prosiguió. - has superado a Jimin?

Mi mente se quedó en blanco por varios minutos, la respuesta estaba en la punta de mi lengua, pero no la tenía a la vez. Era difícil descifrarlo, por lo que opté por una respuesta auxiliar.

- No lo sé.

Yifan arqueó las cejas un poco decepcionado por mi simple respuesta.

- ¿Realmente no lo sabes o no quieres aceptarlo?

Tragué saliva gruñendo en mi interior.

- Yo siento que ya no queda nada de él en mí. - alejó la tetilla de Hansol y se lo tiendo a Yifan. - No sé quién de los tres es la víctima.

- ¿Por qué involucras a su hermano? Él solo es un tercero o...- sus labios se curvaron levemente.

Negué rápidamente con la cabeza.

- No lo mal interpretes, Yifan. Desde el inicio de nuestra relación, estuvo marcada por Yoongi.

Levanté a Hansol y coloqué su mentón sobre mi hombro mientras le daba pequeñas palmaditas en su espalda.

- ¿Estás consciente que podías haber detenido a Yoongi antes de que todo se descontrolara? - sus ojos brillaron inquisidores sobre los míos. - O tal vez , solo tal vez siempre estuviste enamorada de Yoongi y no Jimin.

Una risa nerviosa involuntaria salió de mi entrañas, me sentí desnuda antes los ojos de Yifan.

- No, no puede ser posible.

Yifan sonrió orgulloso maquinando su teoría mental.

- Que historia de amor trastornado. ¿Por qué no puedes reconocer que estabas enamorada de él?

- Yo...yo. Está mal. - gruñí.

Volví a recostar a Hansol en mis brazos y comencé a mecerlo.

- No lo reprimas.

- Cállate.

- ¿Vas viendo la luz? - se burló duramente. - Sólo por ese pequeño detalle has aguantando todo lo que él te ha hecho. Por esa razón no podías tener una conversación con Mika por más de dos minutos.

- Cállate.

- Ella podía decir sus sentimientos, pero tú no, no podías destrozar a tu amiga, pero de igual modo lo hiciste inconscientemente.

- Te dije que te cerraras la boca.

🌸

- Todo está preparado, solo necesitas esperar unos miseros días, además es tu culpa que ella no esté aquí contigo, lo lamento, pero menudo imbécil.

- No me insultes, ya suficiente tengo con estar haciéndolo mentalmente a cada segundo.

- ¿Estás tomando las benditas pastillas? Te juro que soy más tu niñera que un sicario.

- Al pie de la letra, no quiero tener otro episodio maniático.

- El primer episodio, cuando golpeaste a Yoongi al saber que tenías los cuernos más gruesos que unos rinocerontes, el segundo al matar al padre de Lenahi, por azares del viento  atravesó la bala en él y no en otra persona.

- Issing.

- No, cállate. El tercero...uh - colocó un dedo debajo de su mentón pensativo. -  Cuando mataste a su madrastra justo después de regresar de China, eres una máquina sanguinaria.

Jimin sacó la daga que mantenía enfundada entre su cintura y sigilosamente caminó hasta dejar el filo a unos mililitros de la piel nívea del sicario.

- Es mejor que guardes silencio.

- No estás tomando las pastillas de nuevo.

- ¡Cállate!

- Vale, vale. No te alteres que matas a las únicas neuronas que te quedan.

Jimin con la mano desocupada palpó la cazadora de Issing hasta topar el móvil del aludido, se alejó de él con una mueca torcida.

- Estoy volviéndome loco, necesito estar seguro que es verdad, que es mío.

El rostro de Issing se deformó totalmente al ver como la mano que sujetaba la daga temblaba violentamente, parecía que iba a desmayarse en cualquier momento, pequeñas gotas carmesí cayeron al piso bien pulido, ignorando todo pronóstico salió de la casa. El sicario no tuvo más remedio que seguirlo, aunque estaba seguro que todo iba a salir mal, su intuición sanguinaria nunca le fallaba sobre todo si corría sangre de por medio.

Jimin se encontraba al asiento del piloto y cuando se instaló al lado suyo aceleró como si estuviese en una pista de carrera.

- Tú distrae a Yifan y yo hago el resto.

- Buen plan. - musitó rodando los ojos, de todas maneras venía armado y eso era una ventaja.

💐

- ¿Dónde demonios estás?

- Estúpido soy de Daegu, no tengo mucha noción en Seúl.

- ¿Has tomado la intersección correcta? ¡Te dije que era a la izquierda!

- ¡Entonces ven a manejar tú, mocoso!

- ¿Con quién hablas, Jungkook?
- Taehyung.
- ¿Puedo hablar con él necesito....
- ¡Adiós!

La llamada se cortó de la nada luego de oír al gorila preguntando cosas. Gruñó y gruñó, maldición, hubiese llegado hace horas si no fuese por su problema con la orientación, pero se decía que todo valía la pena y se imaginaba a Lenahi con un pequeño ser en sus brazos sonriendo hacia él, veía cómo movía su mano invitándolo a acercarse a ellos.
Movió su cabeza de un lado a otro tratando de concentrarse, moría por sentir sus brazos.

Mordió su labio inferior con fuerza tratando de aguantar las ganas de llorar por la frustración.

No podía llegar tarde, no lo permitiría otra vez.