Anormal

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Un pequeño niño de dos años, con tez blanca como la azúcar observaba entre la rendija de la herradura, como su madre deslizaba una pequeña navaja por su muñeca sin importarle que la sangre estuviese manchando las suaves sábanas azul cielo.

Sus labios temblaban con las mejillas empapadas de lágrimas.

—Tengo que morir, no puedo seguir así, —murmuraba una y otra vez.

—¡Mamá!

—¡No! ¡No!

El fuerte ruido a sus espaldas lo asustó hasta las tretas que se alejó de allí a la velocidad de una bala directo a su habitación.

Luego de unos meses nació su pequeño hermano, al cual llamaron Jimin, no pudo acercarse a él porque el padre de éste se lo había prohibido.

Su madre volvió a tener episodios parecidos al anterior, el padre de su hermano no estaba para nada contento, y se desquitó con él. Golpeando y abusando del pequeño cada que podía, Yoongi cumplió cuatro años.
A los seis años aprendió a leer y su primer libro fue "Hansel y Gretel".

Cumplió nueve años.

El golpe que había recibido en su cabeza había sido tan devastador que ni siquiera tuvo consciencia cuando escapó de fuera de la casa y cayó de rodillas sobre el pavimento.

Luego de nueve años, su padre apareció en su vida, pero ya era demasiado tarde.

Desde ese día su padre lo alejó por completo de su madre y hermano. Se mudó a otra casa, una bastante bonita que se encontraba dentro de una villa protegido en donde el padre de su hermano no podría pasar, eso era lo que le decía su padre.

Los primeros meses se negó a salir, a lo que su padre tuvo que contratar a varios profesores particulares para que vinieran a casa para que siguiera  sus estudios. 

Su primera sesión con el psicólogo fue un desastre, estuvo mudo hasta que el especialista se acercó a él y lo abrazó con tanta fuerza sintiendo al fin que alguien se preocupaba por su inútil ser que rompió en llanto.

Aun se negaba a ir a la escuela y ya tenía once años. Su padre ya no se encontraba mucho tiempo en casa por lo que tenía que arreglárselas solo.
Una noche con el mentón reposado sobre la palma de su mano derecha observó cómo una niña golpeaba a un chico con aspecto de gorila en la cabeza. La niña parecía bastante molesta mientras apretaba los puños y su rostro se fruncía de la furia.

Soltó un fuerte suspiro y se alejó de allí porque le comenzaba a doler el pecho. A los quince años se atrevió a salir a la calle, pero solo de noche, sentía tanta tranquilidad con la oscuridad, nadie lo reconocería, ni siquiera el padre de su hermano y ya no podría hacerle daño.
Volvió a retomar el contacto con su hermano después de tanto tiempo.

A los dieciséis, a base de pastillas y varias visitas seguidas a su mismo psicólogo logra integrarse a la sociedad estudiantil. A los dieciséis con dos meses ve a la niña que observaba jugar con el gorila casi todos los días a unas pocas distancias de él.

A los dieciséis años con tres meses se pregunta si realmente alguien sería capaz de amarlo.

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Park Jimin fue criado de la mejor manera posible, con algunos fallos, pero de la mejor manera. Su madre solo tenía ojos para ella y nada más a su alrededor, por otro lado su padre lo consentía en todos los aspectos que podía desear.

A los tres años conoció a Jang Issing, un chico chino bastante divertido y admirable ante sus ojos.

A sus seis años fue reconocido por ganar el primer lugar en una competición de baile infantil, su hermano no había podido venir porque se encontraba enfermo. Estaba muy enojado y preocupado a la vez.

A sus ocho años, su hermano dejó de existir en su día a día, se la pasó llorando y como si se tratara de un interruptor dejó de hacerlo cuando su padre le obsequió la consola que últimamente tanto quería.

A sus trece años la conexión con su hermano vuelve a aparecer. Su padre lo lleva a entrenar y a practicar tiros con armas de fuego mientras su madre se queda encerrada en la casa cocinando con una enorme sonrisa un pastel de coco.

A sus trece años con dos meses, su padre le adentra a su mundo y a los trece años con cuatro meses decide alejarse de eso.

A sus catorce años presencia por primera vez un atropellamiento en frente de sus narices conjeturado por Issing. Decide alejarse de él y evitarlo a toda costa.

A los dieciséis años con nueve meses decide mudarse junto a su hermano, lejos de su madre y su padre.

Su madre fue internada a un psiquiátrico por trastorno maníacodepresivo.

A los diecisiete se enamora y a los diecisiete años con cinco meses
comienza a  desarrollar los primeros síntomas de bipolaridad.

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