La luz me impedía ver con claridad, parpadeé varias veces tratando de aclarar mi visión.
— Lenahi. ¿Estás bien?
— Dios, Namjoon eres una bestia. ¿Cómo se te ocurre lanzarla desde el segundo piso?
— ¿Cómo diablos entonces la sacaba de ese loquero? — gruñó—. Habían cientos de vigilantes,—recalcó.
— Vale, no peleen, ella está bien, eso es lo importante. — comentó otra voz distinta a las anteriores.
— Jin, por favor, trae una botella de agua.
— ¿En qué puedo ayudar?
— Acompaña a Jin a traer la botella de agua.
Los pasos resonaron por la habitación. Mi visión se aclaró del todo y pude notar dos figuras humanas delante de mí, me observaban como si fuera un extraterrestre.
— ¿Lenahi? — pregunto vacilante el chico con un gran zoquete sobre la cabeza.
Asentí con la cabeza lentamente.
— Soy Namjoon, tu mejor amigo, probablemente no nos recuerdes, ella, — señaló a la chica que me observaba con los ojos vidriosos.— es Mika, somos tus mejores amigos y nos alegramos que estés bien, de cierta forma.
— ¿Puedes hablar? — preguntó la chica con voz distorsionada.
— Según el informe médico no habla desde los sucesos, —comentó a la chica con el ceño fruncido.
— ¿Puedes hablar? —volvió a preguntar la chica ignorando a su amigo.
Negué con la cabeza mientras abrazaba mis piernas y escondía mi rostro entre las mismas, me dolía mucho mantener los ojos abiertos, solo quería dormir para siempre. Quería estar sola.
— ¿No lo has intentando? — interrogó el chico con un enorme copete sobre la cabeza.
Me encogí de hombros tratando de que las preguntas cesaran.
— Jimin. — susurré.
— ¿¡Qué dijo!?
— ¡No grites, Namjoon!
El aludido levantó una mano.
— Jimin, —afirmó—. ¿Quieres saber qué pasó con él?— me preguntó lentamente.
Mis sentidos se agudizaron al oír la palabra pasó. Asentí con la cabeza frenéticamente enderezando mi postura.
— Te lo diré si hablas.
Formé una mueca con mis labios, ¿por qué se comporta de esa manera?
— No la presiones, —regañó la chica al lado suyo.
— ¿Quieres ayudarla o no?
— Aquí está la botella.
Dos chicos atravesaron el marco de la puerta y se acercaron lentamente junto a mí, me observaban minuciosamente como si tuvieran miedo de mis reacciones.
— ¿Me recuerdas? —interrogó uno de los recién llegados con el cabello tintado de granate.
— Él es Jungkook, es mi hermano. —aclaró Namjoon.
— Soy Kim Seokjin, pero puedes llamarme Jin, soy novio de Namjoon.
—¿En verdad no nos recuerda? —volvió a preguntar Jungkook.
— Según el informe, tuvo un accidente cerebro vascular por los golpes que había obtenido.
— Jimin. — volví a decir con más fuerza.
Necesitaba saber dónde estaba, lo necesitaba junto a mí.
— ¿Sabes quién es Jimin? — pregunto Mika limpiando una lágrima que había resbalado por su mejilla.
Asentí con la cabeza con una pequeña sonrisa.
— Amor, — logré pronunciar.
Todos se observaron entre sí transmitiendo varias emociones a la vez.
— No podemos quedarnos aquí por mucho tiempo, debemos regresar a Corea lo antes posible, —murmuró Seokjin con las cejas fruncidas—. Realmente no sé si esto está bien, Namjoon.
— No iba a permitir que mi pequeña hermana se pudriera en un loquero por más tiempo, — refutó.
— Por favor no comiencen a pelear, necesitamos volver a Corea.
Seokjin me tendió la botella de agua y con la mano temblorosa la tomé.
— Está pastilla te ayudará, confía en mí, —Namjoon tendió su mano hacía mi con una pequeña píldora de color rosa.
Observé a todos con cierta desconfianza, con rapidez la tomé y con un largo trago logré introducirla a mi sistema.
— No era necesario drogarla, —sollozó Mika.
Un fuerte dolor invadió mi cabeza, haciendo que me costara mantener los párpados abiertos.
¿Qué me han hecho? ¿Me están ayudando?
— Es necesario, ella aún no está bien.
Luego de esa repetitiva oración perdí la noción del tiempo.
¿Por qué no puedo despertar? ¿Al fin estoy muerta? Aunque quiera morir, necesito a Jimin junto a mí.
Comencé a desesperarme, no podía abrir los ojos, me negaba eternamente a dejar el mundo sin haber sentido el cálido tacto de Jimin otra vez.
— Tranquila, somos tus amigos, —murmuró una voz a lo lejos.
— Sabía que era una mala idea.
— Mika, sólo fueron seis horas.
— ¡Seis horas, Namjoon!
— Algunas veces me pregunto si en verdad eres narcotraficante o un rapero.
— Jin, ¿narcotraficante?
— Mi hermano le tiene miedo a las armas.
Parpadeé varias veces y tomé asiento sobresaltada.
— ¿Te encuentras bien?
Mi respiración estaba agitada, mi cuerpo estaba sudoroso y pegajoso.
Negué con la cabeza ante la pregunta de Namjoon.
— Es exasperante que no hables, necesitó que digas algo, necesitó saber que estarás bien, —murmuró Mika.
— No podemos presionarla.
— ¿Ahora qué haremos? — preguntó el chico peinando su cabello con sus dedos—, ella es una fugitiva desde hoy.
— Tendrá que cambiar su identidad.
— Realmente estás loco, Namjoon.— exclamó el chico con dientes raros.
— Es una buena idea.— estuvo de acuerdo la chica.
Namjoon colocó una de sus manos sobre mi hombro lo que hizo que diera un pequeño salto y comenzara a temblar.
— Prometo que te ayudaremos, no te dejaremos sola, pero por favor ayúdanos también.
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Anormal
Fiksi PenggemarLuego de escapar, Lenahi tiene como meta ser la chica de antes, aunque con varias espinas más dentro de su ser que aún le siguen rasgando con cada paso que da. Ella quiere morir, pero él quiere ser su vida. |Prohibido la copia o adaptación| [Continu...