T R E I N T A Y N U E V E

505 54 3
                                    


💐

- Lenahi se aferra a Min como si fuese su amuleto de la suerte. - reconoció el sicario sorprendiendo a Yifan, porque ambos tenían la misma conclusión.

- Por esa misma razón no le diré en donde está Min.

- Y yo ya te he dicho que no tengo ni la más remota idea, no es mi problema y tampoco la tuya. - Issing se acercó enredando sus brazos alrededor del cuello de Yifan. - ¿Por qué siempre hablamos de otras personas cuando estamos juntos?

- Porque de una a otra manera siempre estás vinculado, como has dicho, solo hablamos por las otras personas, porque entre tu y yo, no hay nada.

Separó bruscamente los brazos, dispuesto a salir de allí. Caminó hasta la puerta, a punto de girar la perilla, sintió un bufido y una mano apretar con demasiada fuerza su antebrazo.

- ¡Maldición! ¡Está bien! Lo buscaré hasta debajo de las piedras, ¿vale? Pero por favor no te vayas aún.

Y como Issing había dicho anteriormente, Yifan era su talón de Aquiles.

💐

- ¿Dónde está Yifan?

Namjoon sonrió coqueto y codeó a Mika. - Te gusta mucho, ¿eh?

La susodicha encogió sus hombros con las mejillas en un gesto incómodo.

- Solo preguntaba.

- A ella le gusta Yifan.

- ¡Lenahi!

- ¡Hey! A mí no me metas, yo no dije nada.

- Eres bastante obvia, querida. - se defendió Jin con una sonrisa divertida.

- ¡No me gusta! - chilló más avergonzada.

- Eso es como poner un cartel pegada a tu frente que diga; "Me enciende Yifan".

- Jin.

- ¿Qué? Ya no somos niños para cohibirnos al hablar de sexo, ¿o si?

Yo me encogí de hombros dándome exactamente igual, yo prefería mantener mi atención a la pequeña bota entre mis manos.

- ¿Por qué no intentas algo con Yifan?

- Créeme que los antecedentes de los romances de mi alrededor me han dejado un trauma que es difícil de olvidar.

Solté un pequeño suspiro y desvié mis ojos a mi amiga.

- ¿Dónde podrá estar?

- ¿¡Ese no es Kwon Jiyong!?

Observé el dedo índice de Mika que señalaba un tumulto de gente y a los pocos segundos ella y Jin corrieron entre chillidos sacando cada uno su móvil, Namjoon se acercó a mí y me abrazó por los hombros.

- Sé que todo es muy difícil, pero tratar de negarlo te hace más daño.

- Yo no quiero recordar, me hace la tarea de seguir respirando más fácil.

Mi amigo soltó un fuerte suspiro rendido y me hizo sentir muy mal.
Quizá ya no había nada que hacer conmigo, perdí todo lo que tenía, todo lo que tocaba y quería se esfumaba entre mis manos. Hundiéndome en mi infierno personal sentí distintas manos tomar las mías.

- Sé libre. - murmuró Mika muy quedamente.

- Serlo no significa olvidar, es recordar y por más amargo que sea buscarle el lado agridulce.

- Así es todo el trayecto llamado vida. - finalizó Jin con una pequeña sonrisa.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y solo logré asentir hasta que no aguanté más y me desbordé en un mar de lamentaciones.
Les dije mis miedos. Miedo a olvidar a mi hijo, miedo a dejarlo de lado, miedo a ser feliz sin mi bebé, miedo a avanzar y por sobre todo, miedo a estar sola.

- Creo que debemos buscar un espacio un poco más privado que el pasillo del centro comercial, hay varias personas que no han apartado la mirada de Lenahi.

- Vámonos.

Abracé a mi amiga por la cintura y fuimos así hasta el coche. Regresamos al departamento y nos topamos con Yifan viendo la televisión mientras tenía una copa de vino en la mano.

- Buenas tardes.

- Hey, ¿qué tal?

- Bien.

- Bueno. - Namjoon se rascó la nuca. -Yo y Jin debemos ir a comprar un par de cosas, nos veremos mañana sin falta, Kibum está muy encantado contigo.

- ¿Kibum?

- El tipo de pelo rosa.

- Ohh.

- Bueno, nos vemos.

- Hasta luego. - se despidió Jin con una pequeña sonrisa.

Salieron del departamento a los pocos segundos, Mika observaba a Yifan absorta en el mundo de la adoración, mis labios casi se curvaron, pero no tenía mucho ánimo. Decidí dejarlos solos y fui a la terraza deslizando la puerta de cristal con lentitud.

Ese lugar estaba lleno de vida, Yifan amaba la botánica y siempre me recordaba regar a sus preciadas plantas antes de ir a trabajar, pero eso dejó de ser mi deber hace unas semanas atrás.
La última vez que había estado allí fue en compañía de todos mis amigos y Yoongi.
Busqué entre todas las plantas la maceta colorida y al toparlo inqué ante el con demasiado lentitud. Saqué una de las pequeñas botas y volví a acariciarlo, recorrerlo con el dorso de los dedos.

- Yo no voy a olvidarte, no lo haré, no debes preocuparte, siempre serás mi primer hijo. Yo...quiero vivir, pero no te olvidaré, te lo prometo.

En mi cabeza giraban las palabras olvidar y merecer. Pero debía ser fuerte, si no lo era todo acabaría y sabía que no iba a pelear para mantenerme a flote.

🏮

- ¿Dónde mierda estás?

- ¿Ahora eres mi niñera?

- Responde, maldición.

- Volveré cuando sea el tiempo indicado.

- ¿Y eso cuánto tiempo sería?

Su risa burlona atravesó los auriculares contrarios.

- El tiempo necesario para cicatrizar ciertas heridas.

🏮

AnormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora