V E I N T I C U A T R O

817 84 5
                                    

- ¡Necesitamos trasladarla a un hospital rápidamente el bebé puede morir!

Todo había ocurrido en tan poco tiempo que me veía fuera de la realidad, mi cabeza rebotaba de un lado para otro tratando de enfocarme en la situación.

- La paciente se encuentra en un estado de inconsciencia.

- Ella so-solo bajó del avión y comenzó a tener contracciones.

- Las mujeres embarazadas que se encuentran en el tercer trimestre de gestación tiene grandes posibilidades de un parto prematuro al viajar en un avión por...-

- ¡Maldito seas Yifan! ¡Se supones que eres doctor! ¿¡Has comprado el titulo!?

Mi cuerpo se sacudió brevemente mientras oía algo cerrarse.

- Todo estará bien.

El sonido de una ambulancia me taladraba el cerebro y las contracciones que me habían abandonado por unos buenos minutos volvieron desgarrando mi garganta en un grito.

- ¡Se va a morir!

- Por favor, no se alarmé.

- ¿¡Es que los hombres son estúpidos!?

El dolor se sentía como si te arrancasen los órganos uno por uno con brutalidad, fue tan intenso que mi vista se nubló quitándome toda la poca nitidez que tenía, los gritos y voces se oían lejanas.

- Dilatación vaginal 6 centímetros.

Parpadeé varias veces tratando de traer mi conciencia, debía estar al cien por ciento para mi bebé, no quería que nada malo nos pasara.

- ¿Señorita Lenahi? Necesito que responda.

- Si la paciente sigue en ese estado tendremos que proceder a una intervención quirúrgica.

- Uhm. – logré arrastrar.

La doctora con un tapaboca puesta, desvió sus ojos del enfermero y los posó en mí.

- Usted dará a luz inminentemente, necesitamos de su ayuda.

Luego de varias indicaciones y más precauciones, llegó la hora de entregar todo mi esfuerzo para traer una vida al mundo.
La doctora gritaba que me esforzara, según sus palabras, mientras más diera de mí, el dolor sería mínimo. Mis manos se aferraron a los bordes de la camilla y con un grito ahogado en sollozo di mi último esfuerzo antes de escullar un llanto desgarrador.

La voz de Mika se oía desde la lejanía, reclamaba algo, se le notaba por el tono y volumen que utilizaba. ¿Por qué me era tan difícil mantener los párpados abiertos?

- Lenahi, cierre los ojos, es mejor que descanse unas horas.

Sin medir las consecuencias hice caso a la doctora y dejé que mi cuerpo se entumeciera en el profundo sueño.

Al despertar me topé con una pequeña cuna transparente al lado mío, mi corazón se aceleró de la emoción, me incliné levemente para poder ver con detención si allí se encontraba o no mi bebé, sin embargo no encontré nada más que mantitas.

- Aquí está Hansol.

Volteé mi rostro como si estuviese poseída por un demonio al escuchar la voz grave de Yifan, mi vista paró en un pequeño rostro rojo como un tomate.

Mis manos se tendieron hacia mi amigo ansiosamente, entendió mi suplica en silencio y se acercó para dejar con suma delicadeza sobre mi regazo al pequeño ser. Cuando pude contemplar su rostro mis ojos se empañaron de la emoción, era tan pequeño e indefenso, dormía con los puños apretados sobre su pecho tranquilamente.

-Luego de que naciera, te habías quedado dormida, mientras eso la obstetra se encargó de vestirlo y alimentarlo.

- Es niño. – pronuncié incrédula, aun no asimilaba todo lo que estaba aconteciendo, ya era madre oficialmente.

- ¡Lenahi! – un grito ahogado se escuchó desde el marco de la puerta, la silueta de Mika pasó de estar allí a encontrarse delante de Hansol observándolo anonada.

- Mika, sabes que no puedes hacer ruido, estás en un hospital. – le riñió Yifan con el rostro distorsionado en irritación.

- Cállate, estoy admirando a mi pequeño sobrino.

Un fuerte jadeo delató la presencia de Namjoon y Jin cruzando el umbral de la puerta.

- ¡Oh! Estoy apunto de llorar, mi pequeña hermana ya es madre.

- Namjoon. – reprimió su pareja.

- Estoy tan emocionado, ya quiero verlo crecer.

- Apenas nació hoy día.

- ¿Cuándo Lenahi podrá ir a casa?- preguntó Namjoon balanceando su pie derecho de un lado para el otro, ansioso.

- Mañana se podrá ir; y estará en reposo por dos semanas.

- ¡Me encantará cuidarlo!

- Namjoon, por favor. - contestó Mika golpeando su hombro suavemente.


Aunque mis amigos estuviesen hablando, mi vista no se despegaba del pequeño ser, moría por ver sus pequeños párpados abrirse, sus ojos me observarían demostrando su curiosidad por su nuevo entorno extraño.

- Les dije que iba a ser niño. Ya quiero ver la reacción de Hansol cuando crezca y sepa la verdad.

- Tú no le dirás nada. – gruñó Mika dispuesta a golpear a Yifan.

- Es hora de dejar a Lenahi descansar y que tenga tiempo a solas con Hansol. – decidió intervenir, como siempre Jin.

- Mika puede quedarse unas horas más para acompañarla.

Levanté mi vista rápidamente al escuchar mi nombre salir de los labios de Yifan, el rostro de Namjoon se deformó en desacuerdo, mas no objeto nada, Jin permanecía con la vista perdida hacia la ventana.

- Ni siquiera pude cargar a mi sobrino.

- Para otra ocasión será.

- No te preocupes, tendrás mucho tiempo para conocerlo. - murmuré en voz baja para no despertar a Hansol.

- Volveremos mañana, a la hora que te den de alta.

Namjoon se acercó a mi y depositó un pequeño beso en mi frente, se alejó despidiéndose junto con Jin que seguía ensimismado, Yifan se retiró unos minutos después hasta asegurarse de que estaba completamente segura. Mika tomó asiento a la altura de mis pies sobre la camilla.

- Park Hansol. - lanzó Mika con un brillo de emoción observando directamente hacia el pequeño bulto en mi regazo. - Lenahi, ¿se lo dirás a Jimin?

Mis labios se sellaron con fuerza impidiendo decir mis pensamientos, mis ojos se negaron a los suyos, no estaba segura de nada, solo quería disfrutar de mi bebé y no pensar en cosas que no valían la pena.

AnormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora