C A T O R C E

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La mañana transcurrió con suma rapidez al lado de Issing. Estaba preocupada por Jimin, hace más de cuatro horas que no lo veo y se siente extraño sin él.

- Si sigues pensando de esa manera matarás a todas tus neuronas. - murmuró mi acompañante mirando fijamente su móvil.

- ¿Dónde está?

- Por ahí.

- Issing. - supliqué.

- Aish, eres tan adorable. - se burló.

- Solo quiero saber dónde está.

- Aunque te lo dijese no serviría de nada. - declaró. - Es mejor que no lo sepas. - añadió con un tono más serio.

- ¿Está enojado?

- No.

- ¿Entonces por qué se fue sin avisarme?

Issing desvió la mirada a mis ojos tratando de encontrar algo, pero desistió a los pocos segundos volviendo toda su atención al aparato entre sus manos.

- Surgió algo en el trabajo que tiene que solucionar, nada más. No tienes que preocuparte, él siempre está bien.

Con un nudo en la garganta asentí aceptando sus palabras con un sabor amargo en el estómago.

- No quiero volver a separarme de él.

- No creo que los muertos revivan. - murmuró enajenado.

- Haesoo.

Issing se puso en pie a la velocidad de un avión al oír mi nombre falso ser pronunciado por Jimin, mi pecho se comprimió de alegría al verlo.

- Jefe. - canturreó.

- Tenemos que irnos de aquí. - gruñó hacia el sonriente chico.

El aspecto relajado y soñador de mi compañero de tarde cambió por completo a uno más serio y calculador haciendo un claro contraste.

- ¿Quién? - interrogó.

Los dos ignoran mi presencia mientras se envían miradas cargadas de odio.

- No querrás saberlo.

- ¿Qué está pasando?

- Tenemos que irnos.

- No te preocupes, surgió un trabajo de último momento que requiere mi presencia en el extranjero. - explicó evitando mi mirada.

- Voy a alistar algunas cosillas. - murmuró Issing con una leve mueca dibujada en sus labios, hizo una pequeña venia y salió de la habitación .

- ¿Cómo estás? - preguntó Jimin acercándose a mí, llevó una mano a mi mejilla y lo acarició dulcemente.

- Estoy bien, ¿tú cómo estás? - devolví la pregunta cerrando los ojos.

- Con tu calor, me siento acogido. - susurró antes de entregarme un suave beso.

- Listo. - interrumpió Issing con su característica tono burlón.

Jimin se despegó de mí volteando hacia el chico, pronunció algunas palabras que fueron ilegibles para mí, mis ojos pararon en mi nuevo amigo buscando en su mirada la confusión, mas este asintió con la cabeza como si hubiese entendido todo lo dicho por Jimin.

- Haesoo, tenemos que ir de compras.

- Mientras tanto prepararé las maletas.

- Pero, yo no quiero estar lejos de ti. - susurré tímidamente.

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