Yoongi y los niños eran un lío ruidoso en las mañanas, los gritos y gruñidos por parte del adulto eran algo a lo que ya me estaba acostumbrando de a poco. Me alegraban el corazón con sus pequeñas sonrisas.
-¡No! ¡Yo no querer!
- Se dice "Yo no quiero".
Kwansook se acercó hacía mí con un pequeño mohín en los labios, su hermano le había quitado la cabeza a su figura de acción y por eso estaba triste.
- Fue Kwanbok. - tomé los pedazos del juguete y utilizando un poco de presión la cabeza volvió a estar junto a su cuerpo, el pequeño observó asombrado, soltó una risa incrédulo, se colgó de mi cuello para darme un beso en la mejilla. - ¡Grashias!
La puerta principal se abrió y el cabello negro de Yoongi apareció, pronto se plantó enfrente nuestro. Sus sobrinos chillaron emocionados, fueron a abrazarlo. Me puse de pie cuando noté su mirada sobre mí, extendió su mano desocupada y no dudé en tomarla, pronto fui acogida sobre el aura cálida de cariño.
- He conseguido trabajo. Luego buscaré un departamento para arrendar, que esté cerca de aquí.
- Puedo ayudarte en todo lo que necesites.
- Con tú presencia ya es suficiente.
Reí suavemente mientras mi pecho se alimentaba con sus palabras, desde que había vuelto no dejaba de demostrarme su amor en cada cosa que hacía, era como si fuera otra persona, pero no, era él, Min Yoongi, él cual había tomado la decisión más drástica de su vida al hacerse responsable de sus sobrinos. Los pequeños habían impulsado el manejo en su personalidad, porque las personas nunca cambian, solo controlan el lado repudiado por todos.
Me aparté suavemente para poder ir al comedor. La mesa ya estaba puesta y solo faltabamos nosotros. Los mellizos no sabían comer solos aún por lo que Yoongi y yo nos encargabamos de uno. Al terminar, Kwansook fue el primero en dormirse y a pocos minutos Kwanbok, estaban acostumbrados a tomar una siesta después de comer.
- Debemos tener citas, ¿no crees?
Sonrió de lado mientras se acercaba con un brillo mal oculto en sus pupilas.
- ¿Me lo estás proponiendo?
- Por supuesto, ¿qué día está disponible en tu agenda, guapo?
- Para ti hay disponibilidad ilimitada, linda.
Acaricié sus labios mientras capturaba nuestra risa, pero pronto las risas se opacaron entre el silencio y el dolor que albergaba mi corazón al sentir mis mejillas húmedas por unas lágrimas que no eran mías, pero dolían como si lo fueran.
En éstos casos de desesperación, melancolía, cuando el corazón angustioso de Yoongi parecía explotar y sacar un poco de presion con lágrimas, estaba yo, su apoyo, aunque también tenga mis luchas los llevaremos juntos, él está para mí y yo estaré para él.- Lo siento.
- No te disculpes.
- No entiendo porqué me he vuelto un manojo de lágrimas en éstos últimos años. - refunfuñó con un mohín en los labios.
La puerta principal fue abierta y unas carcajadas inundaron la silenciosa paz, pronto nos vimos rodeadas por miradas pícaras y otras de asombro.
- Hola. - saludaron todos, menos el novio de mi amigo.
- ¿Dónde están los niños? - prefirió preguntar.
- Están durmiendo en la habitación que se encuentra enfrente de la mía.
- Iré a verlos. - dijo tomando varios pasos hacia la habitación.
Namjoon lo siguió con una emoción casi igual. Issing se encontraba pegado como lapa a Yifan mientras amenazaba con la mirada a Mika.
- Yifan e Issing, ¿pueden hacerse cargos de los pequeños mientras llevo a Yoongi a un lugar?
Los tres pares de ojos observaron al chico a mi lado, Issing no se negó, tampoco Yifan, pero Mika no respondió. Yoongi se resistió un poco al principio, pero accedió.
Al salir del edificio tomé su mano entrelazando los dedos con los suyos.
- ¿Está es nuestra primera cita oficial?
- La primera de muchas más.
Las palabras salían sin ser forzadas, las sonrisas cómplices y suaves roces siempre con un hilo de tristeza, nos llenaban el corazón de catársis.
- Ellos irán a la guardería mientras yo esté en el trabajo.
- Puedo ayudarte con ellos. - ofrecí. - mi jefe es flexible y aún más si hay niños de por medio, los ama.
- Te lo agradezco.
Estaba en acuerdo que Yoongi se mudara, ambos teníamos miedo de adelantar las cosas y que al final todo fallara, por eso tratábamos de ser cuidadosos, porque ya no solo éramos él y yo, también estaban los pequeños.
Entramos a una cafetería y tomamos una mesa, fuimos rápidamente atendidos por un chico de unos veinticinco años, pidió nuestras órdenes y se marchó.
- No está mal para ser nuestra primera cita.
La cafetería era extensa, con muebles y decorativos de colores neutros con muchas plantas.
- Tengo buen gusto. - exclamé arrogante con el dedo pulgar arriba.
El chico volvió con dos tazas café mocca junto con galletas de arroz, los colocó en la mesa y volvió a marcharse. Yoongi tendió una de las tazas hacia mí, le di las gracias, cuando intenté darle un sorbo su dedo índice selló mis labios, arqueé una ceja preguntando en silencio qué sucedía.
- Brindemos por nuestra primera cita.
- ¿Con café? - me encantaba sus ocurrencias.
- Exacto.
- El café es amargo mas al añadirle azúcar se vuelve una adicción, tal como nuestro amor.
![](https://img.wattpad.com/cover/117361314-288-k659014.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Anormal
FanfictionLuego de escapar, Lenahi tiene como meta ser la chica de antes, aunque con varias espinas más dentro de su ser que aún le siguen rasgando con cada paso que da. Ella quiere morir, pero él quiere ser su vida. |Prohibido la copia o adaptación| [Continu...