CAPÍTULO 36

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Y al igual que Jack me había dicho, luego de tres semanas y algunos días, ya había salido del deprimente lugar con el que, en parte, ya no me sentía identificada.

Y aunque me sentía un poco débil por todo lo que mi cuerpo –y mi mente- habían pasado, ya estaba mucho mejor.

Al llegar a casa con Jack, disfruté una pequeña fiesta de bienvenida conformada por él y Thalía, y un cartel que me felicitaba por haber vuelto. Fue un lindo gesto que nunca me habría esperado, y menos de mi hermana. Sabía que intentaba reparar el alejamiento que se había generado entre nosotras los ultimos años, eso era algo que apreciaba mucho de su parte. Era una sensación tan bella sentirse querida... Una sensación de la que estaba tan desacostumbrada.

Una hora después partí con Jack hacia un restaurante de comida rápida. Aunque un lugar para comer no era exactamente lo que más quería debido a mi resistencia y a la lucha por la misma causa en el hospital (sin contar la bendita dieta que me habían dado), acepté ir. No quería ni podía rechazarlo.

Luego de tener nuestra comida en manos (la cual ni siquiera sabía si comería), nos sentamos sobre la acera, junto a la calle. La cantidad de estrellas que se podían ver merecían un asiento en primera fila, no tras un vidrio.

Observé el panorama: el cielo azul con sus brillos plateados adornándolo, cubriendo todo como si fuese una cascada de paz. Las casas que se encontraban del lado de enfrente y los pinos que se veían como siluetas negras actuaban como el perfecto marco para una obra maestra. Era precioso.

Bajé la vista a mi nivel y luego a un lado; él era precioso.

Miré detenidamente sus facciones: la suave curva de su nariz, sus ojos que reflejaban el universo que había allí arriba, todo.

-¿Quién es Jack Clapton?

Me miró, se había dispersado tanto observando los universos lejanos, que olvidó lo que estaba cerca suyo.

-¿Cómo?

-Que quién es Jack Clapton, ¿cuál es su historia?   

Rio por lo bajo mientras mantenía la mirada en el suelo:

-No es una pregunta fácil de contestar.

-Soy todo oídos, Clapton.

Hizo una pausa, y luego comenzó.

-Mi familia siempre fue muy humilde, vivíamos en un pueblo pequeño cerca del campo. Mi madre era maestra y mi padre trabajaba en un bar del pueblo... Siempre quisieron lo mejor para mí y me criaron como mejor pudieron, eran épocas difíciles y apenas podían mantener a la familia.- hizo una pausa y sus ojos se pusieron vidriosos, al borde de las lágrimas. Ni siquiera le habíamos dado un bocado a nuestras comidas- Un precioso día de verano, en el trabajo de mi padre, dos borrachos comenzaron a golpearse... Y mi padre, como siempre lo hacía, intentó separarlos... En el intento uno de ellos lo golpeó en el pecho, el tipo era enorme y por efectos del alcohol no medía su fuerza. Fue cuestión de minutos para que mi padre muera.-Jack retenía las lágrimas intentando seguir adelante- Mi madre quedó viuda y yo, su único hijo, y de diez años en ese entonces, a cargo de evitar que se vuelva loca. Estaba en shock cuando se enteró; lo negaba o rompía cosas. No podía ni siquiera ir al pueblo a trabajar: quedamos en bancarrota por lo que nos vimos obligados a mudarnos a un pueblo vecino, hasta la casa de su madre, mi abuela, quien se ofreció amablemente- por un momento él hizo una pequeña mueca de felicidad, pero se borró en poco tiempo-. Mi abuela y yo éramos muy unidos, ella me enseñaba todo lo que sabía, era muy buena y pura... Con el tiempo, mi madre se volvió alcohólica; llegaba a la casa tambaleándose, muchas veces melancólica o incluso agresiva. Mi abuela era una mujer muy anciana que no sabía cómo lidiar con ella, y yo hacía lo que podía- hizo una pausa y comenzó a mirar el cielo- Dicen que después de la tormenta vuelve el Sol... No fue el caso. Luego de cinco años mi madre conoció a un tipo rico que había pasado por el pueblo para firmar unos contratos, no sé si se enamoró de él por la fortuna que tanto necesitaba o por el amor que tanto extrañaba... Ese hombre no me gustaba para nada, un tipo de ciudad que incluso si juraba ser la mejor persona del mundo ni un idiota le creería. A fines del año pasado se casaron y abandonamos a mi abuela para vivir con él y con su hijo (un esnob muy malcriado) aquí en Boston.- Recordé al hombre y a su hijo de la noche en la que había intentado morir (sonaba tan extraño); eran desagradables- Pero eso no fue lo peor... Mi abuela, poco tiempo después de que nos largamos, murió.-Puse una palma en su hombro y nos miramos: el camino de sus lágrimas se marcaba sobre su piel, él hizo una señal de que estaba bien y prosiguió- El esposo de mi madre es un maltratador y aunque intente detenerlo ella lo defiende, cree que realmente es un buen hombre...Esta cegada por el amor que cree tener por él... Es algo tan...Desesperante.

April's Diary // COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora