Sin voluntad tuve que resignarme a no poder dormir, no basto con los treinta minutos en los que había conciliado el sueño, me sentía molesta por tener que sentarme a leer, seguramente esto dispersaría un poco mi mente, me frustraba conciliar el sueño y menos cuando las risas del piso de abajo eran demasiadas y cada vez más fuertes, como si no pudieran controlar sus carcajadas, lo comprendo, quizás sonaba un poco aburrida, pero no podía dejar de sentirme así, incomoda, así estuviera la presencia de personas con las que socializaba habitualmente, no sé si era la forma en la que habían sucedido las cosas, la mirada de Deneb, la incomodidad que me generaba tener que ver todos los días a Thomás nuevamente o simplemente sentirme hastiada de tanto y querer bajar para mitigar mis ideas de mi cabeza. Opte por quitarme el uniforme, había dormido con él y debía lavarlo si quería estar presentable para iniciar un nuevo día mañana, busque en mi closet algo netamente formal, simplemente quería comodidad, así que ponerme un suéter ancho y un pantalón de sudadera negro no se me hacía tan mala idea.
- Oh, Abbi - Rebeca trajo a todo el grupo a nuestra casa. Afortunadamente Daniel también está aquí por lo que mi actitud turbia y la densidad del ambiente se hizo menos palpable para mí, me sentía un poco más cómoda con él junto a mí, lo sentí cuando levante mis hombros y pude percibir como si hubiera soltado algo que me pesaba, muy en el fondo sabía que Dani no entendía muy bien las actitudes de Thomás. En realidad, nadie las entendía, era un secreto que pensaba llevarme hasta la tumba o eso creía que era lo correcto.
- Hola Abbi - Dani se levantó con una emoción que se le salía por los poros, dándome giros en el aire, obligándome de manera instintiva a botar mi uniforme al suelo, justo iba a llevarlo a la lavadora que estaba en el cuarto auxiliar de la cocina. Me reí ante su gesto, pero de nuevo sentí una mirada punzante cuando me bajo de sus brazos, Deneb estaba mirándome de la misma forma fría que lo había hecho cuando dejé la escuela esta tarde, pude percibir mi piel erizarse al verlo con la mandíbula tensa, fueron un par de segundos que se sintieron eternos, no entendía que pasaba, pero de alguna forma logre librarme de su mirada para saludar a cada uno de los chicos y las chicas con un beso en la mejilla, incluso a Deneb, que al saludarlo me sentí como si una pequeña electricidad corriera por mis mejillas, apartándome de el de inmediato por inercia.
Todos volvieron a sentarse en el sofá, lo cual me dio campo para recoger mi uniforme del suelo e ir por algo de comer, aprovechando mi pequeño paseo por la cocina, me sentía hambrienta, puesto que había dormido solo treinta minutos en el almuerzo no había querido comer nada, ni siquiera fui al comedor para reunirme con ellos, se me hizo un poco extraño que no me hubieran preguntado nada, pero los conocía, son demasiado prudentes como para indagar sobre la vida de los demás y en ocasiones reservados, me sorprendía que fueran amigos de alguien como Sabrina, no se me hizo extraño no verla por aquí, a Reb no le agradaba en lo absoluto, pero la soportaba y entre todos percibía una vibra tensa entre José, Juli y Sabrina.
Quería desaparecer de ese lugar pese a que me gustaba pasar tiempo con ellos sentí que lo correcto era no hacerlo. No me gusta sentirme muy observada, sin embargo, quien me estaba observando realmente era Deneb, no entendía que le pasaba, nunca conversábamos, ni siquiera respondió mi disculpa de esta tarde, me sentía culpable, como si yo lo hubiera metido en un problema, lo cual me hizo enfurecer más, no solía disculparme a menudo, pero eso realmente me causo un malestar en el estómago, odiaba su frialdad, al menos no sé, ¿Podría dejar de ser tan idiota?
Mi mal genio cada vez más latente se fue contra los platos que estaba lavando, tenía que admitir que el hecho de estar molesta hacía que quedaran mucho más brillantes, me reí ante mi gesto, ¿Por qué estaba permitiendo que él dominara mis emociones? Me di la vuelta disgustada con mi pregunta y ahí estaba él observándome fijamente, la esponja llena de jabón se me cayó al suelo por el hecho de encontrarlo ahí de repente, haciéndome molestar aún más, ahora tendría que trapear el suelo.

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El viaje.
RomansaAbbi es una chica de 17 años. Amante de la lectura, las pinturas y el dibujo. No es muy sociable o trata de no serlo, vive con sus padres y su hermana. Tiene un gran amigo y un día uno de los chicos con los que se sienta decide hacer un viaje, lleva...