Parte del pasado.

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- No soy el chico fuerte que imaginas. No soy ni la mitad de eso. Soy inseguro e inestable.
Cuando pequeño era muy seguro de mi mismo. Crecí con popularidad. Desde pequeño ya tenía a niñas de mi edad buscando estar conmigo en algún descanso. Era el centro de atención. Crecí y todo cambio. Porque empezaron a juzgarme y a pordebajearme, sólo por tener varias niñas como amigas. Yo no las quería usar, sólo quería amigas porque me escuchaban. Ellas mismas me fallaron, así que confíe únicamente en mi hermana. Un día salimos al patio y sin querer le pegue a una niña con un balón. Detestaba esas situaciones porque trataba de no hablarme con ninguna mujer. Ella era rubia y bonita, me habló bien y le pedí disculpas. Me transmitió confianza desde que la ví. Ella es Sabrina. Nos hicimos buenos amigos, siempre estábamos juntos, no era mi novia y no me gustaba. Un día perdí mi virginidad y llegué a su casa ebrio y feliz de la vida por contárselo. Por ese motivo me gané un portazo en la cara, justo en mis narices. No comprendía nada.

Toma una pausa y me mira con esos maravillosos ojos. Yo entenderé todo su pasado.

- La chica con la que la perdí era muy bonita. Estar con mujeres bonitas me subía el autoestima. Sin saberlo ella le dijo a muchas chicas que yo sabía moverme y que era muy guapo. Incluyendo muchas más cosas. Ya había conocido a mis amigos, ya tenía a mi grupo de amigos y Juli se la pasaba con Isa y Sabrina. No sé qué pasó. No recuerdo muy bien, pero Sabrina sin razón alguna grabó un vídeo donde se besaba con José y audios donde fingía gemir. Él estaba ebrio, y antes de eso ella estaba bien conmigo. Pero luego vio como una chica iba a pasar por mi cuerpo de nuevo y no sé, se enojó. Siempre se enojaba si yo me acostaba con alguien. Pero ella era mi mejor amiga. Creo que le di falsas esperanzas cuando te conocí y lo nuestro acabo. Tu y yo ya no estábamos juntos. Esta parte de la historia es muy caótica y complicada porque jamás me había enamorado. Estaba con mujeres porque me subían el ego y la popularidad. A ti eso nunca te importo, y no sé si lo pensaste, pero mi mundo se detuvo en seco cuando te ví por primera vez, Abbi.

Se recuesta en el marco de la cama y toma mis manos con fuerza.

- Ya conocía a tu hermana. Y era una gran amiga mía, Jared fue mi primer amigo. Luego conocimos a Daniel y Jose. Ya sabes, la misma historia que te conté cuando íbamos en el auto.

Asiento y él sonríe.

- Iba a tu casa, veía a tus padres. Los saludaba con naturalidad, y luego tú bajabas las escaleras. Siempre llevabas hojas y lápices. Me intrigabas. Tanta era mi intriga que sin que Rebeca se diera cuenta le pedí que si íbamos a tu casa un día, todos fuimos. Ese día tu debías quedarte hasta tarde en el colegio. Rebeca había estado toda la semana hablando sobre eso y lo aburrido que se le hacía, dijo que debías ayudar a tu directora con algo de un periódico del pasillo del colegio. Me reí por como se quejaba tu hermana. Bueno en fin. Cuando llegamos a tu casa le pregunté donde se encontraba el baño. Buen momento en el que pregunte porque Isa estaba en el del primer piso, era un estratega.

Me río mientras me tapo la boca. Deneb y sus locuras cautivadoras.

- Cuando subí me encontré con cuatro cuartos. Y al final encontré el tuyo. Lo supuse porque estaba lleno de pinturas en las paredes. Por eso cuando entre junto a ti te pregunté si había una que era para alguien en especial.

- No era por nadie. Sólo me gustó.

- Lo sé, y eso me alivio. Estaba seguro de que no estabas enamorada de nadie. Recuerdo los nervios que tuve cuando te hable por primera vez. Cuando entré a la cocina y estabas de espaldas, estábamos tan cerca. Podía hablarte. Podía excusarme con una herida. Antes de eso dure muchísimo tiempo yendo a tu casillero, participando en peleas, exponiendo en los salones y buscándote a la hora del almuerzo. Siempre llegabas con Daniel, los veía reírse y compartir una grata y buena charla, escuchaba todo lo que le decías. ¿Cómo podía yo enamorarme de la hermana de una de mis amigas? Iba a complicar las cosas con todos. Porque nadie se lo creería. Me sentí tan vulnerable cuando descubrí que por fin me había enamorado. No lo podía creer. Yo, Deneb enamorado de una chica que sabe de su existencia. Pero no lo suficiente.

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