Días de mujeres.

62 4 0
                                    

Pov's Abbi.

Deneb descansa apoyado en mis piernas. Trato de no moverme, pero de verdad necesito ir al baño.

Me levanto haciendo el menor ruido posible en esta habitación. Por suerte la chimenea aún prendida irradiaba calor. Y había un closet en una esquina.

Me dirijo a el en busca de alguna prenda. De verdad no quiero salir así como estoy, por suerte encontré un saco ancho rojo y una pantaloneta de pijama algo corta. Estaba descalza, por lo que me ayudaría a andar hacia la puerta sin hacer mucho ruido al pisar la madera.

Abrí la puerta lo más lento que pude y la levanté por si rechinaba. Por mi suerte, no sucedió tal cosa.

Entré al baño y luego me mire en el espejo. Cogí mi cabello en una coleta. Y me senté en la taza para orinar, sentía mi barriga pesada por no haber hecho mis necesidades. Vi una mancha roja y mierda.

Había olvidado que esta era la semana del mes donde debía llegarme.

Corrí a la habitación de Deneb y busque en mi bolso unas toallas higiénicas, tome una y otra ropa interior.

Entre de nuevo al baño y al cambiarme tuve una sensación de alivio. Esa sensación de alivio que sentimos las mujeres cuando ya no estamos machadas, creo que como todas ahora me siento más protegida.

Busque una bolsa para guardar mi ropa y lavarla después. No ahora, ahora mismo eran como las 12 y no quería despertar a nadie. Guarde la bolsa en mi maleta. Me siento mejor porque gracias a la chimenea no siento que tengo cólicos. Pero podía sentir el estruendo que había en mi estómago, debía quitarme el hambre. Y en este momento tenía ganas de un sándwich.

Camine a la cocina con suma tranquilidad y me encontré con Sam. Llevaba puesto un pantalón de pijama con cuadros y el torso desnudo, haciéndome sonrojar. ¿Por qué me sonrojo por esto? Quizás porque no sabe lo que es una camiseta, Abbi.

- ¿Qué haces despierta a esta hora? - Su pregunta me hace mirarle el rostro y lleva su cabello algo desalineado.

- Oh, pues. Me desperté por cosas de mujeres.

- Me imagino que es tu periodo, ¿Me equivoco? - Toma un vaso de leche despacio sin dejar de mirarme.

- No, no te equivocas. Debes saberlo por Martha.

- Yo soy quien la cuida en esos días. Obvio sé lo que es.

Mi mente divaga entre que debería comer. Si algo frío, pero no porque me caería mal y me causaría cólicos al otro día. O algo caliente, ¿Quizás un café?

- ¿No tienes sueño? - Pregunté intrigada al verlo ahí de pie.

Sólo evitaba que el silencio reinará en la cocina.

- No mucho. Me la he pasado caminando por el patio y fumando un par de cigarrillos. ¿Quieres acompañarme?

- Um. No quiero tener cólicos luego.

- Tienes razón - Susurra un poco decepcionado y agacha la cabeza - Será después.

- Si pudiera te acompañaría sin ninguna molestia. Pero en serio, no quiero retorcerme por el dolor.

El sonríe con amabilidad y luego encarna ambas cejas.

- ¿Por qué no fueron hoy al parque?

- Ah. Es que Deneb me llevo a un restaurante. Me pidió que fuera su novia.

Sonrío ampliamente, él en cambio parece no estar feliz.

- Ya veo - Se apoya en el mesón mirándome fijamente - Con esa sonrisa me imagino que le dijiste que sí.

El viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora