Soledad.

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Te amo - esas fueron las palabras que más me llenaron ahora, sentí el calor de mi corazón, los latidos en el. Pude sentir los nervios en mi cuerpo.

Era como si no pudiera controlar el amor tan fuerte que sentía por él.

Este momento no quería borrarlo nunca de mi mente. Quería conservarlo para toda la vida, no quería que nada más fuera un recuerdo, quería que este momento se pudiera repetir, que todo lo que hemos vivido se pudiera repetir. Y estoy segura de algo. Sé que aunque no lo podemos repetir, haremos todo mucho mejor.

¿Saben lo que es encontrar todo lo que se desea en una misma persona? Uno siempre quiere lo mejor para su corazón y cuando menos lo espera alguien ya está llenándolo con cariño, amor, palabras lindas. A veces somos ciegos y no nos damos cuenta del tipo de persona que nos está diciendo algo como esto. Pero yo estoy segura que él lo dice de verdad.

En sus ojos nunca he visto la palabra mentira. Ni el engaño. Ni algo que sea lo contrario del ser honesto.

Siempre ha sido transparente y tierno. Y sé que si ya no me quisiera al menos tendría el valor de decirlo.

Sé como llegamos a ser las personas, a veces nos guardamos lo que sentimos, por miedo a que lo que sientan por nosotros no sea lo mismo que sentimos por ellos, tenemos miedo de que no sea mutuo.

Muchas veces es mejor dejar que el corazón salga al aire y sea libre de decir lo que siente.
Y si nos ahogamos con lo que sentimos, entonces escribiremos el verso más triste sobre la persona que invadió nuestro corazón, nuestros pensamientos y todo nuestro cuerpo, se hizo dueño de nuestros sentimientos, se hizo dueño del cofre donde guardabamos todos nuestros secretos.
Al abrazarlo sentí paz, lo que únicamente las personas que amo me hacen sentir.

Pienso las mil formas en las que podría irse y un escalofrío pasa por mi cuerpo. Puedo notar como mis ojos se llenan de lágrimas.
Tragó grueso para no llorar. Este es un día muy especial para ambos nueva corazón para estar mal.

Imagina que estás en el centro de la oscuridad y te sientes solo, sientes que no tienes a nadie y es que no hay nadie hasta que un pequeño rayo de luz ilumina ese centro y tu corazón por un instante se llena totalmente, vuelves a creer en la luz.

Cada vez que lo beso puedo sentir la calma y brillo en el alma.

Nacimos para estar juntos. Esa es la verdad, estamos destinados a ser.

- También te amo - Susurro en su oído y siento un apretón en mi columna.

Me siento al frente de Deneb tomando la carta.

Un mesero con un delantal negro amarrado a  su cadera pide nuestra orden.

- Una pasta a la boloñesa por favor - Deneb le sonríe amablemente y le pasa la carta - Con un vino de uva.

- A mi igual, por favor.

Aunque casi no me gusta la pasta estuve viendo las mesas de los otros clientes y ellos tenían lo mismo que nosotros hemos pedido ahora. Las albóndigas se ven muy jugosas porque llevan una salsa roja encima y un poco de queso parmesano.

Supongo que serían mucho mejor acompañadas de un vino de uva.

De postre pedimos un pastel de chocolate que lleva una bola de helado de vainilla a la derecha y cerezas sobre el pastel.

Deneb apoya sus codos sobre la mesa y me mira sonriente.

- Estoy tan feliz de que seas mi novia. Que me hayas dicho que si. Que me hayas dicho que me amas. Me hace sentir más aliviado.

- A mi también, Deneb - Alzó las cejas pervertidamente - Ahora eres totalmente mío.

- Siempre lo fui, Abbi.

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