Capítulo 42

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Harry.

Entre mis planes no sé encontraba contarle que yo era aquél niño gordo que desprecio hace tanto y cuando me vió llorar y que a la par curaba mis nudillos me sentí tan débil. Me sentí como aquél niño sin suficientes huevos para enfrentarse a lo que ese entonces llamaba vida.

¿Y si la dejaba ir?

No.
Absolutamente no. No podía hacer eso después de tanto tiempo de planeaciones.

Cuando me mudé a su edificio para estar más cerca de ella pensaba que iba a ceder fácilmente pero, claramente, ya no era así. Ya no era ese tipo de chica.

Y ahora me encontraba a punto de estallar en lágrimas delante del dormitorio dónde la tengo secuestrada con la comida que había traído para ella.

En estos momentos no me emocionaba el hecho de que estaba adentro con el liguero que compré especialmente y sólo para ella.

Mi mente comenzaba a divagar sobre todo lo que estaba ocurriendo. Y ahora me preocupa el hecho de que estamos en el edifico dónde vive. La tengo secuestrada es su propio edificio. Era algo estúpido y pendejo. 

Respiré profundo  Me levanté y acomodé mi ropa que nisiquiera estaba meramente descolocada.

Necesitaba hablar con José.  Obviamente el ya sabía que traía algo entre manos. Pero ni loco debe decir algo a la policía.

Saqué las llaves y entré a la habitación. Ella estaba sentada, mirando hacia el buró. 

Me detuve unos segundos para observarla. 

Era hermosa. Es hermosa.

Su piel era blanca y tersa. Podías apreciar fácilmente cada lunar .

Carraspeé y se giró para mirarme. Pero enseguida bajó la mirada. Estaba intimidada.

-Aquí está.- dije, dejando la bolsa con comida sobre la cama a escasos centímetros de su cuerpo. Y salí.

No sin antes encerrarla con llave.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2018 ⏰

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