Ninguna dijo nada, era un nombre simple, sin ningún significado especial.
Mel: Bien, ese mismo.
Jayden: Bien, pues ahora… ¿tenéis alguna canción propia?
Zoe: Todas las canciones las escribe Mel, y aún no nos ha pasado ninguna, así que podría can… - cerré los ojos, no podía estar haciéndome esto –
Mel: No pienso cantar, ni de coña.
Michael: ¿Por qué no?
Miré a mis amigas, y después a la razón de ‘por qué no quería cantar’ sin que esta me viera.
Mel: Porque no. – Miré a Jayden – lo siento, mejor otro día, ¿sí? – Jayden me asintió mirándome fijamente y comenzamos a hablar del tour, fechas, zonas…
Jayden: Eso es todo, chicos. Nos veremos otro día, ya os iré avisando.
Se fue de la sala dejándonos a los siete solos.
Calum: Chicos, mi madre quiere que vayamos a comer todos juntos. Bueno, me ha dicho que lo han pensado entre todas las madres. Vosotras también vendríais.
Miré al chico detenidamente.
Mel: ¿Y para qué quieren que vayamos? – dije sonando más borde de lo que pretendía sonar. –
Calum: ¿Y a ti qué mierdas te pasa? Llevas todo el maldito día mirándome con malas caras– dijo acercándose bruscamente a mí –
Mierda Mel, no le mires a los ojos.
No le mires.
Mierda. Te dije que no lo hicieras.
Me quedé embobada mirándole los ojos, y él se dio cuenta… me sonreía de una manera burlona.
Eso solo quería decir una cosa; sabía quién era yo.
Mel: La gilipollez te ha aumentado con el paso del tiempo, ¿no? –dije apartándole de mí, sin miedo a que resultara que antes no supiera nada y con esto lo averiguara–
Calum: Tú también conservas muy bien tu bordería, preciosa.
Me senté junto a mis amigas que me miraban sin entender qué acababa de pasar.
Ashton: Esto… ¿entonces vamos a ir a comer juntos o no? – todos reímos ante la introducción maravillosa que había tenido el batería del grupo –
Media hora después nos dirigíamos a la casa de los padres de Calum. Su madre organizaba la barbacoa.