POV Noa
Mañana empezábamos por fin la gira. ¡Poco más y nos habríamos olvidado que era a eso a lo que veníamos a Australia!
Las cosas nos iban de bien a mejor. Nuestros fans cada vez eran mayores, y, aunque sea triste decirlo, la mayoría de las fans eran de los chicos.
Tanto Mel, como Zoe y yo, sentíamos que les estábamos robando a su familia, y que la fama la teníamos solo por ellos. Nos sentíamos unas ‘enchufadas’, por así llamarlo.
Nick: No tenéis que sentiros así, Noa. ¿Tú te crees que todos los cantantes del mundo son conocidos por arte de magia? Unos tienen suerte, y llegan a la fama rápido, pero la mayoría…
Noa: La mayoría siempre necesitan un cable. Sí, lo sé, me lo has dicho mil veces, Nick. – hablaba con él por teléfono bajo la atenta mirada de Zoe y de Mel, que no hacían nada más que sonreírme y mirar atentamente la cara de enamorada que tenía al hablar con él, que según ellas, se parece a la de un niño cuando le das un caramelo después de días y días.
Desde que empecé con Nick todo iba genial. ¿Recordáis la cita que tuve con él? ¡Fue de maravilla! Tuvimos varias después, y al final, aquí estamos.
Flashback
Noa: ¿A dónde me llevas hoy? – dije sin apartar la sonrisa de mis labios mientras me colocaba la venda en mis ojos –
Nick: A un sitio, que por cierto… espero que te guste.
Noa: Has resuelto mi duda completamente, gracias señor. – reímos. Nick encendió la radio para hacerme más llevadero el viaje, supongo, ya que no ver nada me ponía de los nervios. -
El viaje no nos llevó más de 15 minutos. Bajé torpemente del coche, moviendo mis brazos a todos los lados esperando toparme con algo.
Hasta que lo hice.
Noa: ¡Oh dios mío! ¡Lo siento! – dije tras escuchar quejidos de Nick – Lo siento, lo siento, de verdad – empecé a reírme; si alguien me viera en aquel momento debía aparecer ridícula –
Nick: No pasa nada – sentí su sonrisa aparecer y justo después, me agarró de la mano guiándome hasta donde estábamos –
Noa: No se oye nada, Nick.
Nick: Eso es porque estamos solos, quizás. Puedes quitártelo ya.
Sonreí como una niña pequeña, y seguidamente llevé mis manos a la parte trasera de mi cabeza para desatar el nudo que poco antes me había hecho.
Noa: Oh dios mío… - me giré para quedar cara a cara a Nick – eres imbécil, ¿cómo has hecho todo esto?
Estábamos en la playa, con el mar en calma y en la arena había una enorme hilera de lo que parecían ser antorchas en frente de otra, formando así un camino. A su fondo podía distinguir un ¿picnic? No lo podía ver bien.
Nick: No es para tanto, Noa. ¿Vamos? – asentí cogiendo de su mano, haciendo así que sonriera. Una vez nos sentamos en el picnic, empezamos a hablar de nosotros. – Supongo que ya sabrás que si te he traído aquí no es solo para que cenemos a la bonita luz de la luna, ¿no?