capítulo 22: un diario, unas notas y un rechazo.

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Querido diario,

las cosas siguen igual que siempre. Sigo en el mismo punto que desde el principio.

O puede que no.

Antes al menos podría decir que estaba atrapado en la “zona de amigos”… ¡pero es que llevo unos días que ya ni eso!

Los he perdido, amigo. Calum me pidió que no le dirigiera palabra para nada fuera de lo laboral. Como ya te conté, Calum se enteró de lo que hice con Mel. Al principio pensé que ella misma se lo contó, pero Michael me dejó saber que fue el mismo Calum quien nos vio. Estaba saliendo para ir en busca de Mel de nuevo, y se quedó a mirar cuando nos vio juntos.

Estoy roto. Vacío. Y ahora sí que lo estoy de verdad.

Cuando te confesé que estaba pillado de ella hace semanas, y que estaba muerto por dentro al saber que no tenía ninguna opción con ella… pues bueno, aquel sentimiento no era ni comparable a cómo estoy ahora.

De vez en cuando, Zoe y Noa se acercan a mí a contarme cosas sobre Mel. Me interesa saber cómo está, si está tan rota como yo o si esta situación de ignoración mutua le da igual.

Nunca he intentado hablar con ella, y eso es lo que me da más miedo de todo. Que no soy capaz de acercarme a ella sin que me tiemble el cuerpo, y cuando tengo pensado todo lo que quiero decirla… ¡POOM! Se me traba la lengua. Y entonces solo quiero gritar, ¿me entiendes?

Estoy impotente, necesito salir de esta situación. O al menos conseguir darle a Mel algo que sé que la sigue haciendo feliz: Calum.

Sé que no soy yo con quien quiere pasar su tiempo, y que el afortunado es mi amigo… ahora solo compañero de banda. Pero las cosas no están bien entre ellos, y en parte es por haberme entrometido.

Pero el corazón a veces no puede seguir aguantando, y tarde o temprano tenía que pasar. Aunque jamás pensé en las consecuencias.

No paro de darme contra paredes.

Les necesito de vuelta. Necesito volver a estar con ellos como siempre.

                                                                                         Tu capitán Sparrow

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POV Mel

Un día más, es un día menos. Qué razón. 25 de junio. Ese era el día. Prometí darme un tiempo, para pensar en todo y hacer las cosas bien. Evitar a Luke no me estaba sirviendo de nada, por mucho que me doliera decirlo.

Tenía pensado todo lo que quería decirle, y cómo. Había estado estos días pensándolo, y mañana, por fin, iba a hacerlo.

Las cosas con Calum se habían enfriado. Aun así, siempre había momentos en los que no podía evitar mirarle, y entonces veía como retiraba su cabeza, dejándome ver que él también me miraba a mí.

No sabía qué pasaba por su cabeza, y me encantaría poder estar ahí dentro para averiguarlo.

Al día siguiente me desperté, y de nuevo tenía un mensaje en mi móvil.

Llevaba unos días recibiendo mensajes de un número oculto, pero que siempre firmaba de la misma manera.

“I bite my tongue, but i wana scream out– tu capitán Sparrow”

Los anteriores mensajes eran todos parecidos. Frases cortas pero preciosas. Nadie sabía sobre esto, porque me tomarían por loca.

Bajé al hotel a desayunar, y a prepararnos después para nuestro último show. Hoy terminábamos el tour, y tenía miedo de qué podría pasar de ahora en adelante.

Bajé sola, pero me encontré con Luke mirando fijamente la comida, sin saber qué escoger. Suspiré, y me armé de valor para acercarme y quedarme frente a él al otro lado de donde se encontraba la comida.

Mel: Si te doy mi opinión, yo cogería huevos revueltos.

Luke levantó su mirada y me miró sorprendido. Cosa que yo también haría. Me dedicó una tímida sonrisa y anduve hacia él.

Mel: ¿Qué tal estás? – dije para parecer normal. Todo lo que tenía preparado para decirle se me estaba escapando de las manos en cuestión de segundos. Luke me hacía sentir nerviosa.

Luke: No sé a qué viene esto, Mel.

Me sorprendí con su respuesta y seguí tras él en todo el comedor hasta que se sentó en una mesa y yo en frente.

Mel: ¿No quieres hablar? – Luke dejó su zumo en la mesa y me miró divertido –

Luke: No me hagas preguntas estúpidas, claro que quiero. Pero dudo que preguntarme que qué tal estoy después de todo no es algo normal.

Mel: Quizá tengas razón.

Se hizo un silencio. Y por primera vez desde que conozco a Luke, fue un silencio incómodo.

Mel: ¿Qué tal te van las cosas con Álex?

Luke: No seas estup…

Mel: Contesta. ¿Qué tal estás con ella?

Luke bufó y me volvió a mirar divertido.

Luke: Igual de pillado que siempre. – me miró serio- No me hagas parecer imbécil, no sé por qué me preguntas eso.

Mel: Luke… no quería que acabáramos de esta manera, lo sien…

Luke: ¿Si te pido un favor me lo harás?

Asentí convencida de aquello.

Luke: Aléjate de mí. Olvídate de que existo y de que alguna vez fuimos amigos, ¿sí?

En aquel momento me faltaba el aire. Quería llorar. Y sabía que iba a tardar poco en hacerlo. Me levanté de la silla, pero no me moví de allí.

Sentía mi lágrima aparecer, y me acerqué a él.

Mel: Mírame y dime que es eso lo que quieres.

Luke, sin problema alguno, me miró a los ojos, y dijo cinco palabras:

Luke: Ha sido un placer, Mel.

Mordí mi lengua, quería gritar. Y entonces recordé la nota de aquella mañana: “I bite my tongue, but i wanna scream out”

No sabía quién era. Pero me conocía demasiado bien.

Eché un último vistazo a mi compañero, que a partir de mañana no sería ni eso.

En aquel momento todo eran recuerdos con Luke. Y lo peor, es que sabía que no iba a ser capaz de volver a revivir ninguno.

Prohibido estar tanto tiempo sin vernos | Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora