POV Calum
Dos semanas ya desde que Mel no está. 14 días en los que habíamos hablado cinco veces y ella estaba cada vez más distante.
Lo nuestro se estaba acabando, la relación estaba muriendo y yo no sabía qué hacer para evitarlo.
Me dolía saber que hablaba con todos los chicos menos conmigo. Luke y ella hacían video llamadas cada dos por tres a pesar de que uno de los dos tuviera que estar despierto a las tantas de la madrugada, y también vi un par de veces a Ashton y Michael hablando con ella.
Quería darla su espacio; el que ella se merecía.
POV Mel
Estaba en la sala de espera con Zoe. Madrid era una ciudad muy bonita, pero tener que moverte hasta el centro era horrible y más aún con una embarazada de 3 meses.
Mel: ¿Nerviosa?
Zoe me miró sonriente. Desde que estaba con el embarazo había cambiado mucho, era bastante más madura y eso me agradaba, aunque en ocasiones echara de menos a la Zoe rebelde.
Zoe: Soy una madre soltera, doy asco Mel…
Siempre terminaba diciendo lo mismo, pero había sido su elección y yo no sabía qué más hacer.
¿Zoe Santos Ahedo?
Zoe asintió y me levanté a su lado, entrando a la salita que ya tanto conocíamos.
El doctor la hizo una serie de preguntas, sobre si había ingerido alcohol, si había comido lo adecuado…
Zoe: ¿Si algo fuera mal, me lo diría? – El doctor la asintió con una sonrisa, y comenzó la ecografía. Todo iba bien, manteníamos una conversación entre los tres sobre nada en general, hasta que el doctor frunció el ceño y se acercó a la pantalla. Zoe empezó a ponerse nerviosa y apretó mi mano, yo la susurré que se relajara y miró al doctor - ¿Ocurre algo?
El doctor quedó en silencio y siguió mirando la pantalla.
“No puede ser…”
Volvimos a casa y allí estaba Noa, que acababa de volver de la universidad.
Noa: ¿Qué tal todo chicas?
Zoe quiso hacerla ponerse nerviosa y la hizo tener que esperar un rato. De repente escuché a Noa gritar, por lo que supuse que Zoe ya le había dado la noticia.
En aquel momento me hallaba entrando en mi cuarto, dispuesta a seguir escribiendo.
Era tan genial poder escribir todo aquello y desahogarme al mismo tiempo de mis pensamientos… Realmente quería que aquella historia funcionara, no como pasó con mis anteriores cuentos, que siempre eran rechazados.
Al día siguiente las chicas y yo decidimos darnos un respiro, y aprovechando que era sábado y que Noa y yo no teníamos que estudiar, decidimos ir a una feria que había en el barrio donde vivía antes con mis padres.
Los cuchicheos no cesaban; las miradas que recibíamos tampoco. Lo normal era escuchar a gente hablar de nosotras fuera, pero no en nuestro propio país. Me extrañaba que no salieran fotos de Zoe y que, por tanto, Michael no la hubiera visto embarazada aún.
Fuimos a comprar un par de cositas y las chicas propusieron ir a tomar algo.
Mel: Id vosotras, tengo que ir a mirar una última cosa – las chicas me asintieron y quedé con ellas en 10 minutos en la cafetería donde íbamos antes cada tarde – Aquí estás…
Me acerqué a la camiseta que había visto antes mientras paseaba con Zoe y Noa. No dudé un segundo y le di a la recepcionista el dinero a cambio de la camiseta.
Llegué hasta la cafetería, pedí un capuccino y me senté con las chicas.
Noa: ¿Qué llevas ahí? – le tendí la bolsa y miró su interior con el ceño fruncido - ¿Y esto?
Sacó la camiseta, y Zoe, al verla, supo qué significaba.
Zoe: ¿Capitán América? – asentí sonriente – ¿En serio?
Mel: Es una mierda, lo sé, pero le destrocé la anterior que tenía y la tenía mucho cariño…
Noa: Pero eso significa que…
Mel: Sí – dije sonriente y soltando un respiro –