Capítulo 8: "pensaba que tenía una oportunidad"

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Mi cabeza daba mil vueltas. Estaba bebiendo más de lo que debía y mañana iba a arrepentirme de ello. Fui con las chicas ya que las vi en la barra charlando sin más.

Noa: Oye, ¿tú sabías que Calum tenía novia?

De repente noté que me flaqueaban las piernas. Miré a mi amiga que miraba fijamente a una zona, y al girarme, pude ver a Calum tonteando con una chica.

Mel: Quizá es solo una amiga…

Zoe: Michael me ha contado que llevan juntos un par de meses. Pero la verdad, yo creía que le gustabas tú…

Miré a Zoe y después volví la vista a Calum. Las ideas que él mismo me trajo a mi cabeza hace tiempo, volvieron a resurgir.

Mel: Las cosas cambian, y la gente también, os lo he dicho mil veces. – me senté con ellas y me pedí otra copa – ¿qué tal con Michael?

Zoe: Michael es alucinante, en serio. Y besa… ¡besa incluso mejor de lo que me esperaba!

De repente solté todo el ron que acababa de llegar a mis labios.

Mel: ¿¡Te has besado con Michael!?

Noa: Y no una, sino varias veces… aquí donde la ves es una rompecorazones. – las tres empezamos a reír –

Michael: ¿De qué os reís tanto? – apareció Michael junto Luke, Hayley y Ashton - ¿Os la puedo robar un momento? – dijo refiriéndose a Zoe

Mel: Toda tuya, caballero – reímos todos de nuevo. No pude evitar volver mi vista hacia donde Calum estaba con aquella chica, y allí seguían; comiéndose la boca como si no hubiera mañana. -

Por algún motivo me molestaba tener que ver aquella escena, así que volví mi vista a mi vaso, vaciándolo con el último trago.

Luke: ¿Bailas? – vi que el rubio estaba ofreciéndome bailar con él –

Mel: Mejor que no, la cabeza me da vueltas, la canción es demasiado rápida – justo en aquel momento, la canción terminó y comenzó a sonar la canción de Grease “Hopelessly devoted to you”– me temo que ahora no tengo excusa – sonreí y le cogí de la mano.

Me llevó al centro de la pista, me agarró de la cintura y yo enlacé mis dedos tras pasarlos por su cuello.

Luke: Sabes… en mi opinión, él mismo se lo pierde – dijo susurrándome al oído mientras bailábamos perfectamente acompasados.

Mel: ¿A qué te refieres? – dije poniéndome cara a cara con él –

Luke: A Calum. Se nota que te gusta, aunque no lo aceptes. – negué girando mi cabeza a un lado y al otro – sí, si que te gusta Mel. Ahora mismo te gustaría estar bailando con él y no conmigo. Y pensabas que ibas a tener esa oportunidad, aunque en realidad… todos lo pensábamos, a pesar de que lleva con esa chica algún tiempo. Ha tenido unos días muy pesados hablando sobre ti, y después, los detalles que tenía contigo… no sé.

De repente noté cómo me caía una lágrima y cerré los ojos intentando impedir así que salieran más, pero fue inútil.

Mel: Lo siento – dije riéndome limpiando el hombro de su camiseta blanca. – soy imbécil. ¿Quién tropieza dos veces con la misma piedra? Y más aún cuando la maldita piedra te arruinó la adolescencia… si ahora soy tan negativa es por él, Luke. Pero al arreglar las cosas con Calum, le vi diferente… más maduro. Pensaba que tenía una oportunidad, Luke. –dije entre sollozos en el cuello de mi mejor amigo –

Luke: ¿Quieres que te lleve a casa? Creo que no va a ser buena idea seguir aquí.

POV Luke

A la mañana siguiente me desperté en casa de las chicas. Terminé cayendo rendido esperando a que Mel durmiera entre tanto sollozo.

Preparé mi desayuno, y junto a este, el de Mel. La veía como mi hermana pequeña, y no quería verla tal y cómo la vi ayer a la noche. Por una vez la había visto indefensa, me había mostrado su talón de Aquiles.

Mel: Qué bien huele por aquí… - dijo abrazándome por atrás –buenos días rubio.

Luke: Wow, ¿y ese buen humor? ¿A qué viene?

Mel: Dormir con una buena compañía siempre ayuda – me sonrió – Me voy a duchar, en seguida bajo. Y por cierto, el café con leche, ¿sí?

Luke: A sus órdenes, madame.

Llamaron al timbre de las chicas y me maldecí mil veces, porque aquella noche Zoe no pisó la casa y Noa seguía durmiendo como un tronco. Así que me tocaba a mí abrir.

Fruncí el ceño a ver a aquella persona delante de mí.

Luke: ¿Quién eres tú?

Prohibido estar tanto tiempo sin vernos | Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora