Taylor tenía un taxi para nosotras enormemente gigante. Era enorme, de verdad. Ella se subió al coche en el que los chicos debían de estar no sin antes entregarnos en un papel nuestra nueva dirección.
Le dimos al taxista la dirección que Taylor nos había marcado, y el coche paró frente a la casa más bonita que jamás habíamos visto.
Zoe: Chicas, creo que adoro Australia. – las tres parecíamos de otro planeta, mirábamos embobadas todo lo que estaba a nuestra vista –
Mel: Maldito calor, joder. Esto no es ni medio normal – me quité la sudadera quedándome en una camiseta básica negra y me miré en el cristal del coche – qué pena doy…
En ese mismo momento, justo detrás de nosotros, aparcó el coche en el que Taylor se había montado.
Eso solo significaba una cosa.
Cogí mi maleta y empecé a andar sola por aquella calle desconocida. No estaba preparada para ver la cara de esos chicos, no podía hacerlo.
Noa: ¡Mel! ¡Mel! ¿¡Pero dónde vas!? – me paré bruscamente y me giré, encontrándome con 7 pares de ojos mirándome divertidamente-
Mel: Emm, son las ganas de ves el piso. Ya sabes. – miré a los chicos meintras acomodaba mis gafas de sol, y justo cuando uno de ellos iba a saludarme me puse de nuevo a andar hacia la puerta de la casa, pudiendo escuchar un ‘No os preocupéis, es un poco rara’ por parte de Zoe.
Una vez estuvimos todos en la casa, nos encontramos con la sorpresa de que teníamos un inquilino esperándonos.
Nos sentamos todos en los sofás que estaban en aquella enorme sala. Taylor se había quedado fuera de la casa esperando.
Jayden: Bien, chicas. Yo soy el mánager de estos cuatro gamberros, mi nombre es Jayden. Hoy no tenemos nada importante que hacer, y estaréis cansadas, supongo – todas asentimos; no veíamos el momento de ir a la cama – Es normal – rio – bien, solo era para daros la bienvenida a Australia, os va a encantar. ¿Habéis estado alguna vez aquí?
Noa: Mel estuvo aquí hace años, ¿verdad? – asentí tímida –
Jayden: ¿Y te gustó esto?
Mel: Sí – todos me miraron esperando algo más, pero no hablé sobre el tema – Estoy muy cansada, lo siento, mejor me voy ya a la cama. ¿Mañana a las 9 entonces? – Jayden y los cuatro chicos asintieron –
Jayden: Vamos a venir a buscaros, así que tranquilas. Buenas noches.
La casa quedó ocupada por nosotras. Solo nosotras. Apenas nos dirigimos palabra alguna, nos daba pereza hasta tener que hablar.
Acomodamos todas nuestras cosas en nuestras habitaciones, una para cada una. Decidí ir a darlas las buenas noches antes de dormir.