Pov's Deneb.
Era domingo por la mañana y la casa de Abbi estaba en completo silencio. La noche anterior, después de lo que habíamos vivido, ella se había quedado en el hotel conmigo, pero en estos momentos habíamos llegado en un taxi a su casa, Abbi dijo que se sentía rara por usar el vestido de la noche anterior, no tenía ropa de cambio, así que se había quedado, cambiándose de vestido, buscando dejar atrás la incomodidad de haber compartido todo con tanto fervor, dejando que el vapor de nuestra intimidad se disipara poco a poco. Yo, en cambio, había salido del hotel casi sin decir palabra. Esa mañana, el silencio de su ausencia en mi mundo se sentía como una puñalada; sin embargo, mis propios pensamientos apenas me permitían estar en paz.
Ya en su casa aproveché y entre al bañó, noté que algo había cambiado. Mi rostro, acostumbrado a mantener la dureza, parecía aún más inexpresivo de lo habitual. Lavé mi rostro con el agua fría, que en realidad se sentía helada, me sumergí en mis propias reflexiones. Miraba a mi alrededor, las baldosas de color crema con figuras abstractas, pero nada lograba romper la barrera que yo había levantado desde la noche anterior.
De repente, mi teléfono vibró en silencio. Revisé el grupo de WhatsApp y ahí estaba el mensaje:
"Chicos, vamos a ir al mirador fuera de la ciudad. ¿Te apuntas, Deneb?"
Durante la última semana y media, me había mostrado prácticamente en modo automático, casi indiferente a lo que antes solía ser. No estaba acostumbrado a salir con ellos, a reír en voz alta, a compartir momentos sin pensar en las obligaciones o en la imagen que mi padre imponía. Pero algo en ese mensaje me sacudió. Quizá fue la memoria de aquella noche, la sensación de haber compartido algo tan íntimo con Abbi, o quizá simplemente el anhelo de volver a sentir que pertenecía a algo más que a la fría soledad de mi herencia.
Miré mi teléfono, los mensajes anteriores seguían sin responder por mi parte. Por más que quise enviarles algo antes, algo que explicara mi estado, el silencio me retumbaba en la cabeza. Al final, dejé el móvil en silencio y decidí no posponerlo más. Sí, iba a reunirme con ellos.
Subí al cuarto de Abbi, sintiéndome un poco extraño al invadir su espacio, cuando llegué su vestido caía desde su cintura a sus pies, estaba casi totalmente desnuda.
Se giró mirando por encima de su hombro desnudo, su cabello caía en capas, se veía hermosa la verdad, no puedo evitar hacer lejos los pensamientos de la noche anterior, como nuestros alientos se mezclaban, nuestros roces quemaban en mi piel, la amaba, pero no quería que ella sintiera que sólo pensaba en eso por lo que sucedió, la amaba desde antes que me lo dijera, quizás Abbi no lo sabe y no creo que lo imaginé en realidad, pero mi corazón se siente como si pudiera ponerlo entre mis manos, porque si pudiera dárselo a ella lo haría sin dudarlo.
— Abbi debo irme — Antes de voltearse la vi tomar un hoodie verde militar. Me sentía tranquilo solo que no sabía cómo expresarlo.
—Dale, no hay lío —Me sonrío, pero en realidad me estaba volviendo loco por volver a sentirla. Hasta yo sentía que debía darle espacio, aunque me muriera por sentirla de nuevo, por escucharla de nuevo, que su calor me acoja entre abrazos y besos.
Abbi da pequeños pasos por su habitación y finalmente se recuesta contra la pared de su habitación, con ese hoodie que le queda grande, como si lo hubiera robado de mi clóset. Pero no es mío. Ojalá lo fuera. Lo que sí es mío —por un segundo, por un instante que ya no existe, pero aún siento— es la forma en que me mira.
No dice nada. No hace falta. Sus ojos están en los míos, y hay algo distinto en su expresión, como si estuviera repasando cada cosa que pasó, igual que yo. Mi corazón va lento, pero mis manos están inquietas. Hay un calor extraño en mi pecho. No es lujuria. Es otra cosa.

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El viaje.
RomanceAbbi es una chica de 17 años. Amante de la lectura, las pinturas y el dibujo. No es muy sociable o trata de no serlo, vive con sus padres y su hermana. Tiene un gran amigo y un día uno de los chicos con los que se sienta decide hacer un viaje, lleva...