¿Qué cabeza usas más?

63 3 1
                                    

Tomo un limpion del mesón para no quemarme al coger la olla y sirvo los dos vasos de leche, luego agrego el café y por último echo el azúcar. 

Me siento en una butaca frente a él y tomo mi café. 

- ¿Podemos tener una conversación normal? - Pregunto en tono suave. Solo quería hablar como gente civilizada.

- Estábamos teniendo una conversación normal, Abbi. 

- No, Sam. Estabas gritándome y hablándome duro porque estoy con Deneb, no entiendo tu problema. 

- Mi problema es que me pareces hermosa.

Se levanta y se acerca a mi. Toma mi barbilla mirándome fijamente - Y que quisiera besarte. 

- Aléjate Sam. Nunca vas a lograr hacer algo así. 

Quito bruscamente su mano y sin algún animo termino mi café en silencio.

- Me imagino que tu noviesito aún sigue dormido.

- Y yo me imagino que él debería dejar de importarte. 

- No me va a dejar de importar, porque está contigo. Cuando ya no esté contigo, ahí si dejará de importarme.

- No estaré contigo, Sam.

- Estás con un imbécil - Escupe y me mira enojado.

- Ahora mismo si lo estoy.

De un momento a otro mis manos pasan a estar detrás de mi. Sam tiene ambos brazos con su mano y con la otra me toma de la barbilla. Intento moverme, pero lo único que veo moverse es mi cadera.

Él se pega a mi y choco contra la pared.

- No sabes como espero a que te rindas a mi.

- ¿Qué te pasa?

- Nada Abbi. Pero te quiero ver muriendo de placer cuando estemos juntos.

- Eso jamás va a pasar, Sam. Yo. No. Te. Quiero.

- Pero yo si, y tu sólo quieres lastimarme. 

Me intenta dar un beso y yo giro mi rostro.

- Difícil - Masculla - Algún día ya no estarás junto a él y vendrás corriendo a mis brazos.

- Nunca - Mis ojos muestran debilidad, porque de sólo pensar que el se vaya entonces ya soy como un cristal. 

Me suelta y de nuevo está tocándose mucho la cara.

- Mereces algo mejor. Abre los ojos.

- Yo miraré con quiero estar. No quiero consejos de alguien que podría ser mi hermano.

- Abbi, éste año cumples 18, podríamos estar juntos, sólo escúchame. 

- ¡No! - Subo el tono de mi voz y acerco mi rostro mientras digo entre dientes - No quiero estar contigo y no puedes obligarme.

- No sería capaz de hacerlo.

Lavo la olla. Y salgo de la cocina con mal genio dándole un fin a nuestra conversación.

El genio está invadiendo mis venas.
No tengo mucho por decir. Todos los chicos son complicados. ¿Quién los entiende?

El mundo está rodeado de hombres que dicen que nosotras somos las complicadas. Que para entendernos es difícil. Pero si somos más directas que ellos. Y somos más sinceras. Ellos a veces son un poco delicados y se molestan por cosas mínimas.

Me gustaría entenderlos.

En medio del pasillo veo a Deneb con ojeras, el cabello despeinado, en bóxers azul oscuro y caminando como loco.

El viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora