Pov's Abbi.
¿No pudo decirlo con más calma?
Eso es lo peor que me ha podido decir, y más por lo que ha pasado últimamente entre nosotros.
Siento como si mis ojos ardieran, pero me niego a llorar. Me niego rotundamente porque sé como es Sabrina, busca enterrarle las garras al lobo y las enterro, literalmente.
El intenta acercarse a mi, pero lo aparto, si algo me duele en este momento es la forma en que dijo que fue Sabrina. No sabe lo doloroso que es escuchar algo así.
Es como si yo le dijera, Daniel.
Pero no, él no estaría como estoy ahora, simplemente estaría gritandome cosas y seguramente golpeando la pared mientras se lastima los nudillos.
- Abbi, déjame hablarte.
De nuevo me alejo, no quiero su toque.
- Abbi me rasguño ella, pero no es lo que crees.
- Eso es obvio, ¿No? - El sarcasmo se nota en mi voz, pero no pienso escucharlo o no ahora.
- Déjame hablarte - Un rostro afligido es lo único que veo.
Pero me quedo allí de pie, sin dejarlo acercarse a mí.
Manteniendo nuestra distancia, es lo mejor. Pienso que es lo mejor, porque cuando uno está molesto o algo parecido prefiere esperar unos buenos minutos y calmarse. Bajarle un poco a su guardia.
Voy a salir de este cuarto, puedo sentir la tensión y es incómodo. Lo mejor es hablar cuando ambos estemos más calmados, y yo tenga la paz mental que ahora mismo siento perdida. Quiero hablar, pero no ahora.
Cuando abro la puerta me encuentro a Sabrina abriendo la perilla, su sonrisa es triunfante y grande. Creo que le encanta verme mal.
- ¿Dónde está, Denebsito?
Arqueo una ceja - ¿Denebsito?
- Sí, mi pequeño bebé.
¿Mi pequeño bebé?
Se asoma y cuando lo ve pasa por mi lado empujando mi hombro.
No quiero pelear, no puedo. No tengo las fuerzas para hacerlo.Cierro la puerta conmigo adentro y me quedo ahí apoyada esperando que pase algo.
Deneb está mirando la ventana, no ha notado la presencia de Sabrina. No ha notado nada.
- ¿Interrumpo algo? - La voz de ella nos atrae y ambos la miramos curiosos.
Deneb se acerca a ella y la mira con odio, mucho odio.
- Sí, Sabrina. Me jodes la vida.
Ella se queda estupefacta.
- Disculpate - Le ordena y lo señala.
- Jamás - Deneb la reta aún mirándola con desprecio.
- Pero si eso no decías hoy, cielito.
- No me llames cielito, Sabrina. Que tu sabes que no ha pasado absolutamente nada entre nosotros, desde que estoy con Abbi.
- Siempre mintiendo sobre las cosas, Deneb - Niega con el dedo y sonríe cinicamente.
- Yo no te amo, ni te quiero. ¿Cuándo vas a comprender eso, Sabrina? ¡Estás loca!
- ¡No me llames loca! - Un grito se escucha en toda la habitación y puedo ver como Sabrina le golpea la mejilla a Deneb - Tú eres él que está loco, queriendo a alguien como ella - Me señala y se acerca a mi.
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El viaje.
RomantizmAbbi es una chica de 17 años. Amante de la lectura, las pinturas y el dibujo. No es muy sociable o trata de no serlo, vive con sus padres y su hermana. Tiene un gran amigo y un día uno de los chicos con los que se sienta decide hacer un viaje, lleva...