La Sirvienta ©

- Prólogo -

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"Catarsis. La venganza limpia. Aristóteles escribió que el alma humana se purga por el temor y la compasión que evoca la tragedia. Es un pensamiento aterrador que cumplamos el deseo más profundo del alma por medio de la tragedia de la venganza, ¿verdad?"

- Jo Nesbø

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Amor y odio. Dos fuerzas completamente opuestas que se repelen tan ferozmente como las energías positivas de las negativas. Quien alberge uno de ellos en su interior, es capaz de realizar cualquier cosa: Desde el más noble acto de bondad, hasta el más perverso y oscuro deseo de su corazón.

Sin embargo, aún siendo fuerzas totalmente contrarias, están destinadas a estar relacionadas entre sí. Tal como la vida y la muerte.

Por eso, del amor al odio existe una peligrosa, pero muy delgada línea que los separa. Lo mismo ocurre con la inocencia, la dulzura, la bondad, la piedad y la compasión, los cuales están a sólo un paso de la perversión, la frialdad, la maldad, la crueldad y, aún peor, la venganza...

Los comportamientos y las decisiones al azar no existen. Todo tiene un motivo, una razón de ser, un porqué...

Un alma triste, esclavizada, sin esperanzas, sin sueños, oprimida y humillada, se convierte en una bomba de tiempo humana que podría explotar en cualquier momento. Y al estallar, si desgraciadamente llegase el fatídico momento en que llegase a estallar, entonces y sólo entonces, podría revelar al mundo el lado más oscuro, retorcido y macabro que un humano puede llegar a tener.

Por lo tanto, si tuviera que regalarle un consejo a alguien, sería:

Jamás arrincones a ese tipo de personas...