Aún no reproduzcan el vídeo de fondo. Yo os aviso.
Samantha estaba profundamente dormida. La noche desaparecía poco a poco. Tenues rayos de luz alumbraban el cielo oscuro de la madrugada, amenazando con hacer resplandecer su brillo, trayendo el alba de un nuevo amanecer. Sin embargo, aún estaba muy oscuro. La luz del sol aún estaba muy débil. La noche reinaba con poderío y la oscuridad cubría cada rincón de la calle, aún más en la habitación de Samantha, donde la oscuridad estaba en su máximo poderío, gracias a las gruesas cortinas de su cuarto.
De repente, algo comienza a vibrar en la mesita que tiene al lado de su cama. ¿Su reloj despertador? Tal vez, pero ella estaba muy dormida y aún no se percataba de las molestas vibraciones.
Las vibraciones cesaron por un rato y volvieron a aparecer. Samantha estaba despertándose poco a poco. Pero la alarma dejó de vibrar. Una vez más volvió a activarse y ella finalmente abre los ojos. Aún adormilada, deja que su mano tantee por la mesita, buscando su alarma despertadora para desactivarla. Ella no recordaba haber activado su alarma la noche anterior. Ni siquiera lo había sacado del bolso.
Samantha se asustó al darse cuenta de que a su lado no había absolutamente nada. La mesita estaba vacía y no tenía ninguna alarma despertadora encima que vibrara y la despertara. ¿Qué era aquello que estaba vibrando entonces? No podía estar loca. Ella lo sintió. ¿Y si eran sensaciones ilusorias producto de que estaba dormida? No podía ser posible, se sentían muy reales.
Repentinamente, alguien golpeó levemente la puerta como un "knock knock". Ella se volteó rápidamente y pudo vislumbrar algo. En ese instante su cuerpo se invadió de una horrorosa sensación al ver que una figura femenina estaba en la puerta. Debido a la gran oscuridad de su cuarto. Aquella figura era totalmente negra, pero sus pequeños ojos blancos brillaban como focos. La invadió una sensación que no había sentido antes; pero que le resultaba familiar. Samantha siempre había sido una chica muy miedosa a la hora de ver películas de terror. Suele asustarse con facilidad al ver escenas terroríficas. Pero eso no era nada comparado a lo que estaba sintiendo justo en este momento.
Por primera vez en su vida, su cuerpo comenzó a temblar de una manera horripilante. No podía controlarse. Sus manos temblaban. Los ojos blancos de aquella figura femenina de color negro la miraba fijamente. No podía ver su rostro ni su ropa. La oscuridad la cubría totalmente. De repente, un brazo totalmente pálido comenzó a salir de entre las sombras y comenzó a señalar en dirección a su mesita de noche. Samantha empezó a mirar lentamente en dirección donde aquél dedo señalaba y miró su mesita. Su corazón comenzó a latir a mil y ahogó un grito al ver que su libreta favorita había aparecido repentinamente en aquella mesa que hace unos segundos atrás, no tenía nada. Samantha volvió a mirar en dirección a la puerta, y la mujer ya no estaba. En ese momento, se despertó.
Miró en su mesa y el reloj marcaban las 6:09 a.m. Sintió un grandísimo alivio y dio un gran suspiro. Se dirigió al baño, se cepilló los dientes y se echó un buen baño. Rato después, bajó a la cocina y vio que Darelle tenía el desayuno listo.
-Buenos días -Saludó ella.
-Buenos días -Respondió Samantha.
-¿Cómo dormiste? -Preguntó Darelle. Samantha lanzo una pequeña risa.
-Tuve una pesadilla -Respondió ella -Lo sé, es algo muy infantil.
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La Sirvienta ©
TerrorLa inquientante historia de un pueblo aislado del mundo, cuyos habitantes desaparecieron sin dejar rastro en la década de los 80', llega a manos de Samantha Bush, una joven periodista cuya profesión peligra con desaparecer. En búsqueda de la verdad...