- Capítulo 19 -

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*Aún no escuchen la canción. Yo os aviso cuando podeis colocarla para una mejor experiencia en la lectura. *

—¿Aló? -Contestó Samantha, al sentir su celular vibrar en su bolsillo.

—¡Samantha! ¿Cómo estás? -Era Robert, su jefe. Samantha se puso nerviosa, Darelle lo notó; mientras que Benjamin estaba acostumbrado a esa reacción.

Estoy bien, Rob...

—Me agrada saberlo... ehmm... ¿Y cómo va la investigación? ¿Has avanzado? -Preguntó él.

—E-estoy en eso -Respondió —Va de maravilla, estoy desayunando.

—Oh, disculpa que te interrumpa -Comentó él. Darelle le hizo seña a Samantha para que le cediera el teléfono y ella, cofundida, se lo dió.

—¿Aló?

—D-disculpe, ¿quién es? ¿con quién hablo? -Preguntó Robert.

—Soy la persona que se encargará de contarle la historia a Samantha. Vamos avanzando, todo está bien. Falta poco para terminar. Son muchos detalles, no es fácil, Samantha hace lo que puede -Respondió ella, para terminar la conversación de inmediato —Usted le dio un plazo a ella, ¿cierto?

—S-sí, pero...

—¡Excelente! Entonces, le pido que la deje trabajar tranquilamente. Ahora mismo, estamos en un punto crucial y ella no puede perder el hilo de la historia.

—Y-ya veo... -Robert no sabía qué decir. Todo fue tajantemente rápido —Bueno, espero que tenga un buen día. Salúdela de mi parte, por favor.

—Con gusto. Gracias, buen día -Respondió ella y colgó —Agradable sujeto -Les comentó a ambos, con una sonrisa, entregando el teléfono.

Tanto Benjamin como Samantha, estaban impresionados. Era primera vez que alguien le hablaba así a Robert; y se veía que, Darelle, bajo esa cariñosa y dulce personalidad, se encontraba un carácter firme y tenaz.

—Gracias, Darelle -Comentó Samantha, guardando el celular en su bolsillo.

—Descuida. Bueno, supongo que eso fue una señal para continuar. ¿Qué les parece si regresamos? -Comentó Darelle.

—Me parece bien.

Al llegar a casa, Adeline se encontraba en el sofá, quieta. Los tres vieron eso, y Darelle no tardó en acercarse a ella.

—¿Te encuentras bien?

—Si, sí. Descuida. Sólo intentaba retomar el aire.

—¿Te dio un ataque? -Preguntó Darelle.

—Me tomé la pastilla a tiempo -Respondió Adeline —No sé qué pasó.

—Ven, te llevaré a tu cuarto...

—No, no, no. Necesito seguir contándoles la historia -Contestó.

—Benjamin y yo no tenemos problemas en esperar a que usted se recupere, señora Adeline -Comentó Samantha.

—Necesitas descansar, Adeline -Comentó Darelle.

—Pero, la jovencita necesita del trabajo...

—¿Acaso eres la única que se sabe la historia al derecho y al revés? -Le preguntó Darelle a Adeline.

—Es cierto...

—Yo se las contaré mientras tú descansas -Le dijo ella —Ahora, ven -Tomó el brazo de Adeline para que ella tuviera apoyo -Vamos -Adeline se levantó, apoyándose en Darelle —Chicos, ya vuelvo.

La Sirvienta © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora