La inquientante historia de un pueblo aislado del mundo, cuyos habitantes desaparecieron sin dejar rastro en la década de los 80', llega a manos de Samantha Bush, una joven periodista cuya profesión peligra con desaparecer.
En búsqueda de la verdad...
—La cena está lista -Comentó Darelle —Sólo debo servir los platos en la mesa y listo.
En ese momento, Samantha salió de aquel trágico momento en Shellingtoonhood, como si la hubieran despertado de un terrible sueño —Déjame ayudarte -Comentó, levantándose, servicial como siempre.
De pronto, el celular de Benjamin comenzó a sonar en su bolsillo —Con permiso -Dijo, levantándose —¿Aló? -Preguntó. Tanto Samantha como Adeline podían oír una furiosa voz que regañaba a Benjamin desde el otro lado de la línea.
—Benny... ¿Qué pas... -Benjamin interrumpió a Samantha, levantando su mano, enseñando el dedo índice, indicando que le diera un momento.
—Lo sé, lo siento. Voy en camino -Comentó él —Sí, sí. Hasta luego -Dicho eso, soltó un suspiro, guardando su celular.
—Benny, ¿quién era? -Preguntó Samantha, pero Benjamin no pareció prestarle atención, sino que se llevó las manos a su cara y gruñó.
—¡No puede ser! ¡Soy un idiota! -Exclamó —Debo subir a cambiarme de ropa. ¿Recuerdas el hotel donde hice una reservación para nosotros?
—Sí -Contestó ella.
—Tengo que prepararme para ir a una reunión a las diez en ese hotel-Comentó, rápidamente — Es urgente. ¿Vienes? ¿No? -Preguntaba, apurado, subiendo las escaleras sin despegar la mirada de Samantha —Demonios, son las nueve en punto. Lo siento mucho por interrumpir, ¡continúen sin mí! -Dicho eso, subió a su cuarto para bañarse.
—Tiene mucha prisa -Comentó Adeline.
—Hace mucho que no lo veía así...
—¿Algo inusual? -Preguntó Darelle, sirviendo la comida en los platos.
—S-sí -Contestó Samantha, extrañada —Benjamin, en ocasiones, puede ser muy infantil, despistado, incrédulo y poco serio en situaciones que lo requieren; sin embargo, ha estado cambiando, debido a que ahora tiene más responsabilidades por la empresa de su familia. Gracias a eso, es más maduro que antes...
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—A ver, guapo, ¿qué te pondrás esta noche? -Se preguntaba a sí mismo en el baño, sin camiseta.
—Sí, él ha cambiado -Continuaba ella —Ahora es más serio respecto a sus asuntos empresariales con su padre.
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