Cocodrilos, Houston... Tenemos un problema y ¿Te gusta?

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Después de esperar un rato llegamos al principio de la fila y nos subimos a una lancha con el señor que nos guiaba, había otras personas en el paseo guiado y todas admiraban tanto la naturaleza como nosotros.

Mientras empezaba el paseo editaba la foto que nos tomó Lisa y una selfie que nos tomó Noah donde besaba mi mejilla y yo tapaba mi rostro.

— Hola Angie. — Mire a Robert que estaba a mi lado recostado en la barandilla de la lancha. — Se ve que te ha tomado cariño.

Él era algo más relajado que Noah, llevaba unos bermudas color caramelo y una camisa polo de color blanco con unas zapatillas.

— ¿Uhh?— La verdad no le había prestado atención por mirar como esas bermudas abrazaban su prominente y bello trasero.

Si ellos podían hacerlo ¿Por qué nosotras no?

—Noah. Te ha tomado cariño. —Yo sonreí, ese rubio me había apoyado y me hacía sonreír la mayoría de los días. No me juzgaba y era la única persona a la que le había contado casi todo de mí.

— Y yo a él, es uno de los pocos buenos amigos que he tenido. — Robert sonrió y miro hacia el frente. — ¿Qué me dices de ti?

—No sé, no soy muy interesante... Bueno yo toco la guitarra — Me sonrió y casi me derrito, el mundo necesita más sonrisas como esas. — ¿Es eso interesante?

Yo me reí un poco y lo mire

— La verdad si, ¿Qué tipo de música tocas? — Él lo pensó.

— De toda la verdad, se apreciar todo tipo de música. ¿Sabes tocar algo?

— ¿Quien yo? Ni una armonica, mi ex era musico. — Yo sonrei falsamente ante la mencion de Matias.

— ¿Ex novio? — Yo ladee la cabeza entrecerrando los ojos.

— Algo así. 

Seguimos hablando de diferentes temas, la verdad Robert era bastante interesante; dejamos de hablar cuando el guía empezó con su discurso.

Yo le tomaba fotos a casi todo lo que veía, hasta logramos ver un cocodrilo a que los chicos alimentaron con un palo y salchichas, yo no quería acercarme al animal, dijo que podían saltar hasta un metro y yo prefería mis extremidades completas al regresar a mi casa.

Hellen, Lisa y yo nos tomamos muchas más fotos hasta que callo la tarde y regresamos a la cabaña.

— Uff pero que día. — El rubio se lanzó en el sofá y la pelinegra se sentó a su lado, el paso los brazos por sus hombros. — ¿Verdad Lorenza?

— No me llames así, teñido.

—Yo que culpa que tu segundo nombre sea un chiste. Y que le pasa a la gente creyendo que soy teñido ¿No ven a mi mama? — La pelinegra rio y yo la mire raro sentándome en un sillón individual. Robert y Lisa se sentaron juntos en el otro.

— Yo si soy teñida cariño. —Comento Elise pasando por la sala con una bandeja de galletas y leche.

— No pues gracias Mama. — Todos en la sala reímos y seguimos comentando sobre lo teñido que era Noah. — Los odio a todos malditos.

— No debiste llamarme Lorenza, ¡Ese ni siquiera es mi segundo nombre! Es Lorena. — La pelinegra le dio un puño en el brazo.

— ¡Tú me dijiste que era Lorenza! — Noah reclamo defendiéndose.

— ¡En tercero de primaria, imbécil!

— Wow ¿Se conocen desde la primaria? — Lisa pregunto sorprendida y ambos se rieron.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora