Nerviosa 3.0, Española Way Y La Pregunta.

12 3 0
                                    

¿Ya les había dicho que amaba la feria?

Pues ahora la amaba tres veces más.

Con Noah todo era sencillo, aún estaba bastante nerviosa pero esto se sentía como una de nuestras escapadas para celebrar el día que nos conocimos.

Nos subimos a la rueda de la fortuna, a las tazas, nos metimos en bolas de Hámster y jugamos juegos de feria en lo cual ambos apestábamos.

Ahora nos íbamos y no entendía por qué si apenas eran las nueve.

— ¿Por qué nos vamos? — Hice un puchero y Noah me abrazo por detrás.

— Tengo una sorpresa para ti. — Tomo mi mano y corrimos al auto.

Entramos en él y estábamos en camino otra vez. — No entiendo como ninguno de los dos logro ganar un maldito peluche, ni siquiera pequeño.

— Apestamos en los juegos de feria Noah, acéptalo. — Vi que tomo el camino hacia la playa. — ¿Vas a llevarme a la playa?

— No exactamente. — Me guiño un ojo y siguió conduciendo mientras yo comía mi algodón de azúcar y le daba trozos en la boca.

— Oh mira, el algodón esta en tu cara. — Pase el algodón por su mejilla izquierda y su frente para después ponerlo en su boca.

— Si nos accidentamos será tu culpa. — Noah se comió el algodón de azúcar.

— Siempre dices lo mismo. — Se lo que pensaran pero estaba acostumbrada a alimentarlo cuando salíamos de viaje, esto era lo más normal que habíamos hecho en la cita.

Noah parqueo y bajamos del auto, caminamos un rato tomados de la mano como si fuera lo más normal del mundo cuando...

— No puede ser. — Mis ojos brillaron de felicidad, habían pasado unos tres años, era casi imposible que se acordara. — Española Way, te acordaste.

—Yo me acuerdo de todo Gomez. — Le di un codazo.

— Tan engreido. — Noah tomo mi mano y caminamos hacia ella.

Era tan hermosa como me la habia imaginado.

Nos sentamos en un pequeño local y ordenamos comida.

— Gracias Noah, todo ha sido muy lindo y todo pero me muero antes de que pagues por mí. — Noah se recostó a su silla.

— Creo que ya nos saltamos ese paso en nuestra relación Lunática. — Y allí iba mi corazón.

— ¿Con que relación? — Quería gritar y liberar mis nervios pero la gente pensaría que estaba loca así que mejor no lo haría.

Tal vez si estaba loca, pero no le dejaria saber eso a los extraños.

— Si, relación, somos amigos ¿No? — Aunque Noah sonrió mi corazón se desinflo.

¿Por qué me sentía tan decepcionada?

— Claro que sí. — Sonreí a medias.

Noah se inclinó en la mesa y se acercó a mí. — Suenas decepcionada.

— ¿Quién yo? Claro que no. — Me enderece en la silla para evitar su mirada escrutadora. — Solo tengo hambre.

— Uno, eres la peor mentirosa que existe y dos te conozco, estas decepcionada. — Noah levanto una ceja. — ¿Quieres que eso cambie?

— ¿Que si quiero que cambie qué? — Tome mi agua como si no le hubiese entendido nada.

— El estatus de nuestra relación, sabes de lo que te estoy hablando Angie.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora