Especial: Cuidando A Noah.

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— ¡Déjate eso quieto! — Noah dejo de jugar con su canalización y me miro. — Eres peor que un niño pequeño Noah.

— Este apretado, duele. — Rodé los ojos y tome su mano, quite delicadamente la gasa que cubría su mano con cuidado de que la aguja no se saliera, lo solté un poco y lo volví a pegar. — Gracias Lunática.

— Para eso somos los amigos Wayland. — Coloco su brazo en mi regazo y cerró los ojos.

Ya tenía mejor semblante pues los antibiótico hacían efecto, la fiebre había bajado y había recuperado el color en la cara, aun tosía como un poseso y tenía ese horrible silbido en el pecho pero estaba drásticamente mejor a como cuando lo trajeron hace dos días.

Elise estaba dormida en el sofá, pobre de ella, siempre venía a hacerle compañía después de las clases.

— Hola familia. — Agustus entro y yo sonreí. — Caramelo ¿Qué haces aquí? La hora de visitas termino.

— Tío Auggie. — Noah se incorporó en la cama, chocaron los cinco.

— Es persistente. — Agustus me señalo y Noah me sonrió.

— Es terca y un dolor en el trasero. — Ellos dos se rieron y yo rodé los ojos.

— Wayland, Doctor Black, estoy justo aquí. — Agustus negó con la cabeza y levanto la vista.

— ¿Dónde está mi hermanita? — Señale el sofá. — Pobre, debe estar cansada, hora de tu revisión campeón.

— Iré a despertar a Elise. — Me acerque a la mujer, se veía tan cansada que me daba pena, aun así la sacudí. — Elise, Elise, despierta.

— ¿Que paso? ¿Noah está bien? — Yo asentí y ella se incorporó. — Hola Agustus, ¿Hora de revisión?

El hombre asintió y ambas salimos del cuarto. — Ciertamente necesito dormir, y una ducha.

— Deberías ir a casa, Elise. — Coloque mi brazo a su al rededor. — Noah estará bien, hay buenas enfermeras y tu hermano cuidara bien de él.

— No, ni loca lo dejo solo. — Se restregó los ojos. — Además mañana es su cumpleaños.

— Pero enserio necesitas descansar, dudo que un hospital sea lo mejor para ti ahora. — Ella negó con la cabeza y yo sonreí, tenía una idea. — ¿Qué tal si yo me quedo?

— Oh no Angie, no podría pedirte que hagas eso. — Se le cerraban los ojos solos, ladee la cabeza.

— No tienes por qué pedírmelo Elise, Noah es mi mejor amigo, no me molesta, además hoy es viernes, no es como si tuviera que ir a clases. — La mujer me miro insegura. — No lo dejare solo ni un momento.

— Este bien ¿Tu mama no se molestara? — Como si mi mama fuese a molestarse.

— Se trata de Noah, no lo hará. — Agustus abrió la puerta y entramos.

— Está progresando, dos días más aquí y poder darle el alta. — Elise suspiro y tomo su bolso.

— Gracias a Dios, te pondrás bien bebe. — Le dio un beso en la frente a un Noah confundido.

— ¿A dónde vas mama? — Yo sonreí como el gato de Cheshire.

— Si hermanita ¿A dónde vas? — El doctor dejo el historial de Noah y se acomodó las gafas

— A casa, Noah quedara en buenas manos. — Elise le guiño un ojo a Noah y él se colocó serio.

— Mama... — Elise le dio otro beso y se despidió de su hermano.

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